Cómo Escribir Bien (y No Morir en el Intento)

El Germen de una Idea

Capítulo 2

El Germen De la Idea

En el capítulo anterior hablamos de consejos para comenzar a escribir. Hoy siguiendo esa línea, explicaremos más a fondo el germen de la idea y cómo desarrollarlo.

Patricia Highsmith en su obra “Suspense: Cómo se escribe una novela de intriga” habla acerca del estado germinal de una idea que lleva al escritor a un argumento más solidificado. Sin embargo, a la hora de distinguir este germen, usualmente el germen de una idea no es algo súper interesante, sino algo sencillo que motiva al autor a escribir.

Muchas veces y es un error común, los escritores queremos expandir un germen y terminamos matándolo sin querer. ¿A qué me refiero? Es simple, muchos gérmenes no son lo suficientemente fuertes para hacer una novela con ellos, pero son excelentes para hacer un buen relato corto.

Y te preguntarás ¿Cómo sé que mi germen (mi idea) es lo suficientemente fuerte para escribir una novela de ella? Primero que todo, pregúntate ¿Hasta dónde ella esta idea? ¿Puedo verle un final? ¿Tiene un clímax? ¿Tiene un desarrollo y posterior encauce después del clímax? Si has logrado contestar esas preguntas, probablemente tengas el germen de una idea lo suficientemente fuerte para una novela.   

Pero primero diseccionemos el germen.

Anatomía del germen de una idea

El germen de una idea consiste en tres partes: el marco, la idea, y la proyección de esta.

El Marco de la idea:

Es el elemento condicional que brinda el contexto lógico narrativo a la idea principal. Toda idea tiene un marco y toda idea sin marco, está destinada a fracasar.

 

Piensa en la idea como muchos puntos en un plano. El marco de la idea es la línea que trazas entre esos puntos para formar un dibujo. Si bien tu dibujo puede ser abstracto, debes trazar los puntos formar una imagen.   

Muchas veces tenemos una idea que muere por falta de un marco contextual en el que pueda florecer. El marco es para el germen lo mismo que la maceta es para una semilla. El germen de una idea puede florecer sin un marco hasta cierto punto, pero está destinado a marchitarse si no es puesto en contexto.

Entonces desde el momento en que tienes el germen de una idea debes estar preparado para ponerlo en un contexto interesante que pueda hacer que la idea cobre movimiento.

Voy a darte un ejemplo del patrón idea + marco:

Se te ha ocurrido escribir acerca de una mujer que está haciendo un viaje en tren. Esa es una idea.

El marco respondería a las preguntas de ¿Hacia dónde va? y ¿Por qué?

Idea + Marco:

Una mujer emprende un viaje en tren hacia un funeral.

Aunque no sabemos dónde es el funeral, sabemos por sentido común que la mujer debe ser una doliente del fallecido o fallecida, o eso queremos creer. Sin embargo, surge una nueva pregunta: ¿Quién es el fallecido? ¿Cuál era su relación con la protagonista de la idea? Y seguimos construyendo el marco así:

Una mujer emprende un viaje en tren hacia el funeral de la amante de su marido.

 Tiene movimiento, ¿No?

El error que cometemos muchos escritores es no explicarnos claramente de qué se trata una idea, queremos darnos suspenso a nosotros mismos, cuando en realidad eso no es exactamente conveniente. Cuando uno desarrolla una idea, debe ser claro de qué contiene la idea, de por qué, de cuál es el objetivo de esa idea y cómo se pretender llegar a ello. El suspense (nos referiremos al termino intriga con la palabra suspense) debe ser dejado a los lectores, el escritor necesita saberlo todo cuanto sea disponible.

Figúrate que estás desarrollando la idea de la mujer del funeral y quieres saber cómo desarrollarás la historia. En ese momento necesitas detallar qué es lo que quieres narrar.

Una mujer emprende un viaje en tren hacia el funeral de la amante de su marido. En el camino se encuentra con un sastre que es su compañero de tren, el hombre, joven y apuesto, se siente intrigado por el silencio de la mujer durante el largo viaje, mientras intenta sacarle al menos un monosílabo que explique el porqué de su expresión sombría.

El marco y la idea se unen y nos dan dos géneros en esta pequeña sinopsis, puede ser una historia de suspenso o un romance entre dos personas que se conocen por casualidad, o puede ser ambas. Todo dependiendo de cuan detallada es tu idea y de cual es tu habilidad para escribir.

La Idea:

La idea es ese elemento puro y principal que debe motivar las acciones narradas en una novela. La idea es el propósito de una narración ya que la narración debe conducir hacia el objetivo de la idea.

Volvemos con los ejemplos.

Una mujer emprende un viaje en tren hacia el funeral de la amante de su marido.

El escenario de esta idea es claro, aunque el objetivo no lo sea. ¿Cuál es la intención? ¿Narrar cómo se siente la mujer? ¿Explicar su viaje? ¿Narrar si la mujer tuvo relación con la muerte de la amante de su esposo?

En los ejemplos anteriores establecimos un marco que acompañe a la idea, esta vez estableceremos objetivos para la idea. El objetivo de la idea no tiene que ser explícito en la descripción de esta, sino que es racionamiento intrínseco y análisis del por qué se escribe y qué se está escribiendo.




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