¿cómo hacerle Entender?

Capítulo 6

Al día siguiente Elsa esperó a Catherine en el mismo lugar que el día anterior, pero en esa ocasión la científica se retrasó, una parte de la platinada se preocupó, no creyó que fuera normal que la joven se retrasara, temió que le pudiera haber pasado algo malo aunque no era muy probable si sólo iba a estar revisando la información que había recabado, sin embargo después recordó que dijo algo que hacer una cosas para la siguiente prueba con los espíritus, lo cual hizo que se preocupara más, por suerte, antes de que perdiera la compostura, Catherine apareció.

  • Me disculpo por haberte hecho esperar. –Dijo Catherine cargando otra vez con la maleta donde guardaba su computadora y otras cosas.
  • ¿Ocurrió algo? –Preguntó Elsa.
  • No, solamente tardé un poco más de lo que esperaba en construir lo que necesitaré hoy. –Dijo Catherine.
  • De acuerdo, entonces… ¿A dónde quieres ir hoy? –Preguntó Elsa.
  • Aquí en la playa está bien. –Dijo Catherine.
  • ¿En serio? No vas a hacer que Bruni evapore todo el mar ¿O sí? –Preguntó Elsa.
  • Claro que no, demente, lo que quiero es saber qué tan caliente puede llegar a ser, pero primero nos colocaremos detrás de ese muro blindado. –Dijo Catherine señalando a un extraño muro trasparente y grueso que estaba a un par de metros de ellas.
  • Pero… eso ¿De dónde? ¿Cómo? ¿Desde cuándo está ahí? –Preguntó Elsa confundida.
  • Desde hace aproximadamente cinco horas. –Dijo Catherine dirigiéndose al muro.
  • Pero… pero… tú… ¿Cómo? ¿Con qué? –Elsa seguía totalmente confundida.
  • ¿Te parece extraño que yo haya construido esto? Tú haces hielo y nieve de la nada, tus amigos son una montaña, un caballo de agua, aire viviente y una salamandra que crea fuego morado, una salamandra, un pequeño reptil de sangre fría del cual sale fuego ¿Y los inventos que yo hago son lo extraño para ti? –Preguntó Catherine.
  • No es eso, lo que pasa es que no entiendo de donde sacas los materiales y la velocidad con la que creas estas cosas. –Dijo Elsa alcanzando a la científica.
  • Traje muchos materiales conmigo, para mí hacer esto es como para ti crear nieve, no te sorprendas tanto. –Dijo Catherine mientras seguía caminando.
  • Sí, bueno… no, bueno… dejaré de sorprenderme. –Dijo Elsa.
  • Deja de balbucear. –Dijo Catherine deteniéndose frente el muro, abrió su maleta y comenzó a sacar su equipo.
  • ¿Anna no balbuceaba? –Preguntó Elsa recordando lo parlanchina que era su hermana y preguntándose si eso habría desesperado a esta joven en algún momento.
  • No, hablaba mucho, eso es todo. –Dijo Catherine sin mirar a Elsa, estaba muy ocupada preparando todo.
  • ¿Te llegó a molestar que hablara tanto? –Elsa vio que los movimientos de la científica se detuvieron un segundo, fue demasiado rápido, pero lo notó.
  • No. –Dijo Catherine con un todo diferente al que usa normalmente y se preguntó si era nostalgia.
  • ¿Falta mucho? –Preguntó Elsa.
  • No, ya terminé. –Dijo Catherine mostrándole a Elsa sus artefactos y al ver su cara de confusión comenzó a explicarle.

Le dijo que quería saber hasta qué temperatura podía llegar el fuego que emanaba del pequeño reptil, pero por las condiciones puestas para permitirle hacer experimentos no podía dejar que alguien saliera lastimado o algo peor, por eso creó una caja metálica, era pequeña para alguna persona, pero lo bastante para que Bruni estuviera como con suficiente espacio, además de que estaba diseñada para soportar temperaturas extremadamente altas. La caja estaba conectada a unos cables que llegaban a la computadora de la científica, ahí quedaría registrado todo, la temperatura a la que llegó y la velocidad con la que la alcanzó; también estaba conectada a un par de esferas negras, Catherine dijo que eran en caso de una emergencia, le mostró una pequeña cajita que tenía un botón rojo, dijo que si la emergencia llegaba sólo habría que oprimirlo y tal vez todo estaría bien. Elsa asintió pese a que no estaba del todo convencida.

  • Muy bien, todo está listo, que Bruni entre a la caja. –Dijo Catherine mirando atentamente su computadora.
  • Eh… de acuerdo. –Elsa le hizo una señal a Bruni y él entró, la caja se cerró tan pronto la salamandra se encontró adentro.
  • Correcto, aunque esté dentro de la caja puede oírte, dile que encienda su fuego. –Dijo Catherine.
  • ¿No le… pasará nada malo? –Preguntó Elsa, la joven la miró un breve instante y de inmediato regresó sus ojos a la computadora.
  • No, este experimento no lo matará. –Dijo Catherine.
  • Bueno, ¡Bruni, enciéndete! –Dijo Elsa, en se momento la temperatura dentro de la caja metálica comenzó a elevarse.

Luego de eso, cada cierto tiempo, Catherine volvía a pedirle a Elsa que le dijera a la salamandra que aumentara la intensidad de su fuego, en ningún momento apartó los ojos de su computadora, la miraba con gran detenimiento; Elsa entendió que sería igual a lo que pasó con Nokk, haría que Bruni aumentara y aumentara el fuego hasta que de alguna forma la joven considerara que era suficiente. Cuando los minutos empezaron a convertirse en horas, la científica pensó que subir la temperatura gradualmente era demasiado tardado y le pidió a la platinada que le dijera a Bruni que aumentara el calor hasta el máximo, bueno, el que pudiera alcanzar. La salamandra obedeció y en segundos la temperatura dentro de la caja aumentó de forma considerable, Catherine piso los ojos como platos de la impresión por las cifras que arrojaba la computadora.

  • Que se detenga -susurró sin separar los ojos de la computadora, pero Elsa no la escuchó- ¡Que se detenga! –Dijo Catherine.
  • ¿Qué? –Preguntó Elsa.
  • ¡¡QUE LO DETENGAS!! –Gritó Catherine.
  • ¡Bruni para! ¡Ya detente! –Elsa trató de pararlo, pero al parecer no la escuchaba. La joven se preocupó más al ver que los números seguían aumentando peligrosamente.
  • Y no pasaron ni dos minutos. Elsa tenemos que ir detrás del muro. –Dijo Catherine tomando sus cosas con total tranquilidad, como si la preocupación que había sentido hace un momento jamás hubiera pasado.
  • ¿Significa que lo tienes bajo control? –Preguntó Elsa.
  • Eso espero. –Dijo Catherine. Ella y la quinto espíritu se colocaron detrás el muro blindado, la científica continuó observando su computadora mientras sostenía el botón rojo con su mano derecha.
  • Ah… ¿Catherine? –Elsa se asustó al ver que la caja de metal en donde estaba Bruni había comenzado a derretirse.
  • Esperaba que aguantara un poco más, pero con estas cifras no me sorprende que ya se esté derritiendo. –Dijo Catherine.
  • Catherine…. –Dijo Elsa asustada.
  • Bueno aquí va, tal vez quieras taparte los oídos. –Dijo Catherine.



#449 en Fanfic
#1266 en Fantasía

En el texto hay: fanfic, frozen, elsa arendelle

Editado: 07.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.