¿cómo hacerle Entender?

Capítulo 7

A la mañana siguiente Elsa esperó a Catherine en el mismo lugar de siempre, pero tal y como se lo había dicho, ella no apareció a la hora habitual. La platinada esperó un poco más; no importaba que fuera su día de descaso, sabía que personas como ella no son capaces de despertarse tarde, no cuando están tan acostumbradas a seguir un horario estricto; pero cuando no apareció decidió ir a su refugio de hielo y ver qué estaba haciendo.

Al llegar Elsa llamó un par de veces a la puerta, pero la joven no abrió, tampoco podía escuchar ruido alguno; con cuidado, la quinto espíritu fue a un extremo del refugio y uso su magia para abrir una ventana; al mirar en el interior, vio a Catherine sentada en su cama mirando al suelo, sus ojos parecían vacíos y su mirada era sombría, debido a eso la platinada dudó un poco si sería buena idea hablarle, sin embargo el día anterior había decidido no dejar pasar esta oportunidad, así que se obligó a llamarla.

  • Eh… Catherine, buenos días. –Dijo Elsa con leve un tono de preocupación. Como de costumbre, la joven científica pareció no haber escuchado o haberla ignorado, sin embargo, luego de un momento giró la cabeza y la miró, al principio seguía teniendo sus ojos vacíos y ensombrecidos, pero después de un rato se aclararon.
  • Oh… Elsa, vete, te dije que hoy no seguiría con mi investigación. –Dijo Catherine.
  • Sí, eso dijiste, pero pensé que, ya que no haríamos esos experimentos, podríamos hacer algo que yo quiero, entonces… ¿Vienes? –Preguntó Elsa.
  • No. –Dijo Catherine regresando su vista a la nada.
  • ¿Qué? ¿Qué dices? No vas a hacer nada de trabajo hoy, ven y haz algo conmigo. –Dijo Elsa.
  • No. –Catherine seguía sin mirarla, lo que hizo enojar a la platinada.
  • Ya basta, he hecho lo que me has pedido desde que llegaste aquí, hoy es tu turno de hacer algo que yo quiero ¡Ahora sal de ahí y ven conmigo! Además ¿Qué más podrías hacer? –Dijo Elsa. De nuevo, la joven pareció ignora, pues no se movió, pero entonces se puso de pie y se dirigió a la puerta. Elsa cerró la ventana que había abierto con su magia y fue a su encuentro.
  • ¿Qué quieres? –Preguntó Catherine y pese a lo grosera que sonó, Elsa sonrió.
  • Vamos a pasar el día juntas. –Dijo Elsa sonriendo amablemente.
  • ¿Por qué? –Preguntó Catherine.
  • Quiero pasar tiempo contigo, concerté mejor, ver una faceta tuya que no sea la obsesionada con su trabajo, y ya que este día estás forzada a no hacerlo, me pareció una buena oportunidad. –Dijo Elsa.
  • ¿Conocer otra faceta? –Preguntó Catherine.
  • Sí. –Dijo Elsa.
  • No tengo otra faceta, siempre estoy trabajando en mis investigaciones o inventando artefactos. –Dijo Catherine.
  • Seguramente la tienes, has tenido muchos otros días libre ¿No es cierto? ¿Qué es lo que hacías? –Preguntó Elsa.
  • ¿Antes o después de la muerte de mi reina? –Preguntó Catherine. Esa pregunta sorprendió a la platinada, aunque debió haberlo esperado. El recuerdo de su hermana la entristeció, pero se esforzó por no mostrarlo y mantener su sonrisa.
  • Eh…antes. –Dijo Elsa.
  • Iba a visitarla, no llevaba nada, cuando no era mi día de descanso llevaba artefactos para mostrárselos y probarlos, cuando descansaba sólo iba a verla. –Dijo Catherine.
  • Oh ¿Qué hacían? –Preguntó Elsa.
  • A veces jugar ajedrez, otras veces recorríamos el reino o sólo nos quedábamos en los jardines del castillo y me hacía alimentar a las aves, incluyendo patos. –Dijo Catherine.
  • ¿Te gustaba hacer eso? –Preguntó Elsa. La joven dudó por un segundo.
  • No tenía nada más que hacer. –Dijo Catherine.
  • Entiendo. –Elsa no supo si ese pequeño momento de duda era porque no quería decir que le desagradaba o simplemente porque no sabía si le gustaba o no y le daba pena admitirlo.
  • En ocasiones hacíamos otras cosas como leer, pero no tengo ganas de seguir hablando de eso. –Dijo Catherine mirando hacia otro lado.
  • Está bien, y… ¿Qué hacías… cuando murió? –Preguntó Elsa dudando si era buena idea hacerlo.
  • Limpiar un poco el laboratorio. –Dijo Catherine.
  • ¿Y cuándo terminabas? –Preguntó Elsa.
  • Nada. –Dijo Catherine.
  • ¿Nada? –La quinto espíritu no podía creer que literalmente no hiciera nada el resto del día.
  • Raras veces me pongo a leer algo, por lo general no hago nada, no me dan ganas de nada y además de que no sé qué hacer, sólo me siento y espero a que el día termine. –Dijo Catherine.

En ese momento Elsa entendió por qué la joven estaba así cuando la encontró, el refugio de hilo no tenía muchas cosas por lo que no había mucho qué limpiar, así que lo único que hizo fue arreglar su cama, luego de eso se quedó sentada en el piso, ante eso sólo pudo preguntarse: ¿Realmente se iba a quedar así todo el día? Ella es una genio ¿Por qué no puede pensar en algo que hacer el resto del día? Pero entonces recordó la vida que Catherine llevó, siempre encerrada en ese laboratorio, donde lo único que se le permitió hacer fue estudiar, investigar y crear, siempre lo mismo, toda su infancia, toda su vida; hizo algunos cambios gracias a Anna, pero ella ya no estaba aquí, la joven siguió cumpliendo su orden de tomar un día libre, sin embargo, no tenía idea de qué hacer.

  • Como dije, quiero que pasemos el día juntas. –Dijo Elsa sonriendo.
  • ¿Haciendo qué? –Preguntó Catherine.
  • ¿Tú no tienes ganas de hacer nada? –Preguntó Elsa.
  • Quiero seguir con mi investigación, pero eso tendrá que esperar. –Dijo Catherine.
  • Ja, ja, está vez me toca escoger a mí. –Dijo Elsa.
  • ¿Qué tienes en mente? –Preguntó Catherine curiosa.
  • Dada tu historia me pareció que te hace falta jugar, no ajedrez, no juegos de mesa, juegos donde tengas que moverte y no pensar demasiado, vamos a pasar parte del día jugando eso, además te mostraré el bosque. –Dijo Elsa.
  • Ya vi el bosque cuando llegué. –Dijo Catherine.
  • No, tú lo estuviste estudiando buscando indicios de magia, no lo viste realmente, no… admiraste su belleza, Catherine, este bosque es muy hermoso, no sólo por su magia. –Dijo Elsa.
  • Esas cosas no me importan. –Dijo Catherine.
  • Está bien, a mí no me importa que no te importe, es lo que vamos a hacer hoy. –Dijo Elsa.
  • Bueno, en vista de qué no tengo opción, lo haré; es una lástima, pudo haber sido un experimento social, pero no puedo pensar en trabajar ese día. –Dijo Catherine.
  • Exacto, así que no llevarás libreta, cámara, ni grabadora, sólo seremos tú y yo y el resto de mis amigos. –Dijo Elsa.
  • Los espíritus supongo, muy bien. –Dijo Catherine.



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En el texto hay: fanfic, frozen, elsa arendelle

Editado: 07.03.2025

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