Capítulo 11
A la mañana siguiente, Elsa esperó a que Catherine saliera del refugio, pero no lo hizo, entendió que seguramente se quedaría encerrada toda la semana otra vez. Aunque la platinada estaba algo decepcionada porque no podría seguir tratando de acercarse a la joven, pensó que podría ser un buen momento para volver a visitar a su amiga Honeymaren, después de todo, a veces necesitaba hablar con alguien además de los otros espíritus y Honey podría darle algún consejo.
Montó a Nokk y se dirigió al campamento de los Northuldra, durante el camino, pensó en qué le diría a Honey exactamente, la primera vez que llevó a Catherine ahí no había dado muy buena impresión y no le dijo todo acerca de ella, si quería su consejo, seguramente tendría que decírselo todo, pero ¿Cómo reaccionaría cuando lo supiera? Al llegar ahí todos la recibieron con una gran sonrisa, igual que siempre, Ella bajó del caballo y fue a buscar a su amiga.
- Elsa, que gusto el volverte a ver. –Dijo Honeymaren acercándose para darle un abrazo.
- Hola Honey. –La abraza.
- ¿Esa chica vino contigo? –Preguntó mirando a su alrededor.
- No, está encerrada trabajando. –Dijo Elsa con leve destello de decepción en sus ojos.
- ¿Hay algo que te preocupa?
- Sí.
- Ven, hablemos en mi tipi. –Ambas mujeres entraron a la casa de Honey.
- No recuerdo la última vez que estuve aquí. –Dijo Elsa mientras se acomodaba para sentarse.
- Lo sé, nunca te quedas mucho tiempo cuando vienes al campamento. –Dijo Honey mientras servía un poco de té.
- Lo sé, pero eso no significa que no me gusta pasar tiempo con ustedes, o contigo. –Honey le dijo un vaso con té.
- Je, je, sí lo sé. Bueno dime ¿Qué te preocupa? Tiene que ver con esa joven ¿No es así? –Preguntó Honey.
- Sí, pero no como te lo imaginas, no es Catherine quién me esté causando problemas, lo que pasa es que… yo no siento que me esté acercando a ella, ya han pasado semanas y no siento estar haciendo ni un cambio en la chica, ni uno. –Dijo Elsa mirando su té.
- ¿Nada? ¿Segura? –Preguntó Honey.
- Ya dice por favor y gracias porque le dije que es algo que se debe decir, pero no creo que realmente lo sienta, sólo son palabras que aprendió. –Dijo Elsa.
- Vaya, no me has dicho por qué ella es así. –Dijo Honey.
- Si te lo dijera, seguramente te asustarías. –Dijo Elsa.
- Aun así, quiero saberlo. –Dijo Honey.
- De acuerdo.
Elsa comenzó a decirle a su amiga todo lo que Anton le había contado. Que Catherine había nacido como una niña genio, el cómo sus padres la abandonaron por miedo a su inteligencia, los años que estuvo encerrada totalmente aislada de las personas, cuya única compañía fueron datos y números; le habló de sus numerosos inventos y de la cercanía que tuvo con Anna. Luego de pensarlo unos segundos, también le dijo de los experimentos que realizó en animales y humanos y en cómo estos ayudaron al avance de la medicina. Cuando terminó, Honey se quedó en silencio un momento; Elsa tuvo paciencia, sabía que era mucha información para procesar en un instante.
- Muchos murieron por sus manos durante esos experimentos ¿Verdad? –Preguntó Honey mirando su baso.
- Eh… sí. –Dijo Elsa algo avergonzada.
- Ella no es consciente de la gravedad de lo que hizo ¿O sí? –Aún seguía sin mirar a Elsa.
- No.
- Yo creo… que lo hizo por Anna. –Dijo Honey.
- ¿Qué?
- Los experimentos con los humanos, si dices que ayudaron a la medicina y hoy en día sus progresos salvan miles de vidas… creo que lo hizo por Anna; ella era la única persona que la comprendía, o al menos intentaba hacerlo. El que muriera por vejes o enfermedad debió ser un detonante para Catherine, tal vez, inconscientemente, hizo todo eso para, en futuro, evitarle a otra persona el dolor que sintió. –Dijo Honeymaren, mirando a Elsa.
- ¿Lo crees? Catherine ya iba a empezar a experimentar con animales mucho antes de que Anna muriera, se detuvo porque ella se lo pidió. –Dijo Elsa.
- Lo sé, pero quizá, en ese entonces sí lo hacía sólo por curiosidad, pero después lo hizo para encontrar formas de prolongar la vida humana. Por Anna. –Dijo Honey.
- Quisiera poder creer eso, pero no estoy muy segura, para Catherine… las personas no son….
- ¿Qué? –Preguntó Honey al ver que la platinada no se decidía a terminar la oración.
- No son diferentes a sus robots, no creo que ella considere que las personas están más vivas que sus máquinas. –Dijo Elsa sombríamente.
- ¿Y con esa clase de mentalidad quieres volver a la joven más humana?
- Tú no has pasado tanto tiempo con ella como yo, deberías ver cómo observa a la gente y cómo a sus máquinas, no hay diferencia, y quizá… los órganos artificiales que inventó y las prótesis, son un claro ejemplo de lo que hablo. Todo eso… son lo que ella llama: “piezas de refacción”. –Dijo Elsa.
- ¿Piezas de qué? –Preguntó Honey.
- Es algo que ella usa con sus robots, cuando alguna parte de ellos deja de funcionar correctamente o sólo se rompe, tiene que ser reemplazada por otra. Sus robots son útiles pero muy costosos y para que las personas no compren uno nuevo cuando el anterior empieza a fallar, cambian las partes rotas por piezas nuevas, eso es a lo que Catherine llama piezas de refacción. –Dijo Elsa.
- ¿Y crees que ella creó piezas de refacción para personas? –Preguntó Honey
- Sí, tiene sentido viniendo de ella. Al cambiar partes viejas por nuevas, hace que sus máquinas duren prácticamente para siempre, es igual con los humanos. Para un anciano que ya no puede moverse a causa de su cadera, ella creó las caderas artificiales, son metálicas pero lo suficientemente ligeras y a la vez resistentes; en cuanto los trasplantes de órganos… en realidad es lo mismo, partes del cuerpo que dejaron de funcionar correctamente que necesitan ser reemplazadas, incluso pensó que órganos humanos no son suficientemente buenos, siguen siendo orgánicos y por ende… dejarán de funcionar luego de un tiempo, por eso creó órganos artificiales, esos sí serían eternos. –Dijo Elsa.
- No creo que en verdad nos vea como máquinas, seguramente si sabe que es completamente diferente. –Dijo Honey.
- Con sus órganos artificiales y sus prótesis, no tardará en volver a todos en parte robots. –Dijo Elsa.
- Ja, ja, ja, creí que ya te había quedado claro que necesitabas más paciencia, y no es para menos; los primeros años de vida son importantes en el desarrollo de un bebé ¿Qué fue lo que ella aprendió en ese tiempo? A ser distante, fría y calculadora, cuya única compañía fueron objetos, no debería sorprender a nadie que ella sea como es. –Dijo Honey.
- ¡Lo sé! Ya lo sé, pero en realidad no esperaba que fuera tan duro, creo que… no estaba preparada para eso. –Dijo Elsa.
- Pero aún tiene esperanza, dices que era muy unida a Anna ¿No? Claramente se desesperó tras su muerte porque perdió el pequeño rastro de humanidad al que empezaba a aferrarse. –Dijo Honey.
- Sí, tal vez; de hecho, empezaba a considerar otra forma para… avanzar un poco más. –Dijo Elsa.
- ¿Cuál?
- Los padres de Catherine están vivos, aún viven en Arendelle, pensaba ir a visitarlos pronto con la esperanza de poder convencerlos de que fueran a verla, quizá en su siguiente día de descanso. –Dijo Elsa.
- ¿Qué? No, no, no, no, es una mala idea, no puedes emboscar a esa joven así. Ella no ha pedido verlos ¿Verdad?
- Pues… no, pero tiene que hacerlo. –Dijo Elsa.
- ¿De qué serviría? Ella no entiende el valor de la familia. –Dijo Honey y Elsa quedó pensativa un momento.
- ¿Tú qué harías? –Preguntó.
- Tal vez… si ella pasara un tiempo aquí. –La voz de Honey era apenas un poco más que un susurro, la platinada no estaba segura si su amiga le estaba proponiendo una idea o sólo pensando en voz alta.
- ¿Qué?
- Ella debería pasar un tiempo con nosotros, nuestra tribu es pequeña, por eso todos nosotros somos una familia, tal vez… si se queda podría aprender algo, aunque sea inconscientemente. –Dijo Honey.
- Bueno... podría ser, pero… ¿No te importa que ella esté aquí? –Preguntó Elsa.
- Mientras sepa que no puede experimentar con ningún Northuldra, todo estará bien. –Dijo Honey.
- De acuerdo, no tendrá problemas en hacerlo cuando sea su día de descanso, aunque me gustaría que se quedara más tiempo, en un solo día no aprenderá lo suficiente. –Dijo Elsa.
- Bueno, con algo hay que empezar. –Dijo Honey.
- Muy bien, entonces en una semana la traeré.
- Pero primero… hay algo que quisiera preguntarte. –Dijo Honey.
- ¿Qué es?
- ¿En verdad crees que es una buena idea hacer que esa chica entienda los sentimientos? –Preguntó Honey.
- ¿Qué? ¿A qué viene esa pregunta?
- Sé que te preocupa que Catherine se convierta en un peligro por su total carencia de ética y moral, pero… en realidad no ha hecho daño. Sé que mató a muchas personas durante sus experimentos con el cuerpo humano, pero lo hizo con fines médicos y cuando terminó no volvió a hacer nada parecido, sólo investigó lo que necesitaba. Además de aquella ocasión no ha lastimado a nadie ¿O sí? –Dijo Honey.
- No, pero tiene la idea de que puede volver a hacerlo y que está bien, ella ha pensado en hacerle algo parecido a Bruni y a mí… y a tu gente, todo por su investigación sobre la magia. No lo ha hecho ya porque le dije que no lo hiciera, pero sé que esa idea no ha desaparecido de su mente y no lo hará. Tiene que entender que no puede andar por ahí matando diestra y siniestra cada vez que quiera averiguar algo. –Dijo Elsa.
- Sí, eso lo entiendo, pero ¿No te has puesto a pensar que quizá todo sea peor cuando finalmente le enseñes eso? Catherine ha pasado por mucho, una persona normal habría enloquecido o segado por la ira; fue abandonada, encerrada, temida y odiada por haber nacido diferente, por ser algo que ella no eligió y ser criada para convertirse en.... bueno… en lo que ahora es. A esa chica no le importa nada de eso porque seguramente ni siquiera es consciente de lo horrible que es, ella piensa con lógica, no con el corazón y en teoría… su falta de sentimientos la protegen, hacen que no guarde ira, odio o rencor. –Dijo Honey.
- Pero eso también significa que no puede amar o ser feliz. –Dijo Elsa.
- Cuando estuvo aquí parecía feliz explorando e investigando.
- ¡Pero esa es una felicidad falsa! –Dijo Elsa.
- ¿Lo es? Tal vez para nosotras, pero para ella es real, además, si haces que sienta ¿Qué pasará entonces? ¿Perdonará? ¿Se llenará de odio? Si comprende lo que significó hacer esos experimentos humanos ¿Se odiará por eso? ¿Qué pasará si a pesar de todo sigue sin importarle? Dices que su felicidad es falsa, pero al menos es feliz y eso es porque no comprende el dolor, cuando lo haga ¿Qué será de ella? Se dará cuenta de que está sola, de que siempre estuvo sola. –Dijo Honey.
- No, no siempre, tuvo a Anna y ahora me tiene a mí, en sus peores momentos yo estaré con ella. –Dijo Elsa.
- Anna, la única persona que la trató con algo de decencia y aun así no lloró cuando se enteró que había muerto. –Dijo Honey.
- Tal vez no en ese momento, pero ella lloró, la vi.
- ¿Qué?
- Hace unos días dije algo que no debía y ella escuchó, fui a disculparme, pero la encontré mirando una pequeña foto de Anna, soltó una lagrima, dudo que se diera cuenta, pero lo hizo, lloró. –Dijo Elsa.
- Aun así, me preocupa lo que podría pasar. –Dijo Honey.
- Lo sé, pero yo estaré con ella y haré todo para asegurarme de que será una gran mujer. –Dijo Elsa.
- ¿Y si fallas? –Honey aún tenía sus dudas.
- No puedo permitirme fallar. –Elsa tenía los ojos llenos de determinación.
- Está bien, esperaré a Catherine en su próximo día de descanso, como acordamos.
- Gracias, me gustaría quedarme más tiempo, pero es mejor que vuelva con ella, aunque esté encerrada tengo posibilidades de que pronto me deje entrar. –Dijo Elsa sonriendo.
- Ja, ja, ja, no lo creo. –Dijo Honey.
- Sólo tal vez. –Dijo Elsa. Luego de eso se despidió de Honeymaren y de toda la tribu Northuldra.