Caminé hacia la ventana de mi habitación, me golpeé el pequeño dedo del pie izquierdo con lo que supongo que es la pata de una silla, me sobraron las ganas de convertirme en una especie del Increíble Hulk y destruirla a golpes, pero lo que vi en el exterior me dejo helada.
Dios mío, esto debe ser una pesadilla o una cámara oculta, la silueta del hombre de mis sueños estaba afuera, dio unos pasos hacia adelante, se disponía a entrar a la casa.
Baje lo más rápido que pude por las escaleras a estas alturas del campeonato lo que me estuviera persiguiendo ya está dentro de la casa. Llegué a la cocina en un segundo, si flash me hubiera visto se hubiera muerto de la envidia, quien diría que se correr como los atletas olímpicos. Tomé la sal que se encontraba sobre la encimera, ya estoy armada para la guerra, pero nada. Pasaron como 15 minutos y nada, al final supongo que solo fueron alucinaciones mías, ya son más de las 2 de la madrugada debería volver a la cama.
Caminé lentamente hacia las escaleras en dirección a mi habitación, así es como se deben sentir los rechazados con las expectativas por el piso y sintiendo un poco de vergüenza. Al borde de atravesar el umbral de la puerta de mi habitación, algo o alguien me jalo del brazo hacia atrás y no pude evitar perderme nuevamente en su mirada.
El mundo se dividía en dos increíbles paisajes: la luz y la oscuridad. mi pulso estaba normal, mi respiración era normal, ya había estado aquí antes pero no en sueños, más bien en otras vidas. Sus brazos me sostenían fuertemente y con el pasar de los segundos me atraían más hacia él, ¿por qué sucede esto?, la conciencia me reclamaba a gritos que lo empujara, que le brindara una cachetada y le dijera que no era ninguna facilona pero mi cuerpo desobedecía las órdenes. No era una situación normal, ni siquiera sabía en qué clase de situación me encontraba. Entonces me soltó de repente, supe que me estaba mirando a los ojos por la sensación de inquietud que se apoderó de mí, pero no podía verle el rostro, para mí el solo era una gran mancha negra.
Entonces esa sombra se alejó, levante los puños cerrados y visualicé, un collar de oro, con un fije con forma de I en cuya cima florecían un tulipán rodeado de margaritas, este collar lo conozco, es el collar que….
La alarma del despertador la despertó, observó que llevaba puesta el pijama y el celular anunciaba que el día sábado apenas estaba comenzando.