Como Lenguas De Fuego

CINCO MESES ANTES

Ruinas, desolación era lo que dejaba una guerra a su paso. Las tierras de Maldovia se situaban al oriente de la gran isla, ellas se conformaba de cinco reinos pequeños, que eran ricos en diamantes, y toda joya preciosa. Maldovia estaba a la deriva, ya que no tenía amistad con otros reinos que no fueran de su reunión de amigos, eran expuestos a que Nexau o Dalta los invadieran, pero fue Drommeland quien decidió tomar esa decisión, se rumoraba que esos cinco reinos oprimían las aldeas pequeñas robando diamantes y toda joya, y ese rumor llevo a Drommeland a enviar veinte mil soldados de Azmon contra los pequeños reinos, Reyco y Girang su sobrino comandaban el gran ejército, todas sus estrategias daban resultado habían conquistado cuatro de ellos, sin dejar nada a su paso solo cenizas y esclavos, todos le temían a Drommeland, pero Rings el último reino por conquistar no cedió tan rápido a su poder, todos los que sobrevivieron a los otros reinos acudieron a él formando una fuerte resistencia, su rey había hecho derribar todos los pasos por medio de puentes que lo comunicaban con otros reinos, quedando solo el vacío y las temibles aguas de Dalta, que tenía este nombre, por su nacimiento en el reino de Nibe Naurintan y su hermana Priscila. Habían pasado dos años de conquista tras conquista, pero este les tomo tiempo y los obligo a pasar meses en un solo campamento, y viendo como cruzar ese terrible abismo. 
—Dicen que este río, tiene el pensamiento de tomar la decisión de acabar con un reino —comento Reyco al guerrero Vernugem que los acompañaba. 
—Si lo dices por Drommeland, no se hará realidad aunque pase por sus calles. 
—¿Tú crees que le tema al ejército? 
—Tal vez no, y solo permanece callado, igual son leyendas y cuentos de campesinos. —Gabriel respondió con ironía. 
—Gabriel ya vas para dos años y medio fuera de Drommeland. 
—Y que hay con eso. 
—Extrañas a tu padre. 
Gabriel lo miro y supo que él lo sabía. 
—No. Tal vez es mejor seguir aquí. 
—No lo digas, quiero salir de aquí, tengo una novia  
—Tú no tienes novia, eres de aquí y allá.  
Reyco saco una carcajada de su respuesta y entro con él a la tienda, donde siempre estaba Giran y Reyco hallando una estrategia, eran muchos días allí, las provisiones se habían agotado, por eso ese día cada soldado cazaría su carne para complementar su cena. 
—Así que tengo que cazar mi carne de hoy. —comento Gabriel al tomar su espada y dagas. 
—Hay suficiente trigo, y hemos recogido nueces, porque si algo es esta tierra es nueces—Girand dio reporte de lo único que había. 
—Y lo peor de todo hay que alimentar las bocas de los enemigos —observo el Vernugem hacia afuera de la tienda, sus palabras iban dirigidas a los noventa soldados enemigos en prisión. 
Luego el Vernugem salió a cazar su carne, había liebres, pero había comido tanto que no quiso cazar otra, Gabriel se inclinó y miro su rostro en el agua que brillaba con el sol, ya tenía treinta siete años, y era solitario, no tenía indicios de tener su propia familia solo avanzaba como un guerrero conquistando reinos, y ganando ego, Gabriel miraba ese reflejo del varón que era cuando el jabalí se cruzó en su camino, su mano fue tan rápido a su cinturón y tomo la daga que atravesó la cabeza del cerdo sin fallar. El Vernugem traía su carne de ese día y no era cualquier cosa. 
¡No puede ser Gabriel trae un puerco! —exclamo uno de los soldados. 
—Gabriel no pensará comerlo solo. —Reyco lo dijo con una risa de sarcasmo en su rostro —Él, cuida su balance corporal, ni muy grueso ni muy delgado. 
—Hoy quiero —dijo al preparar la carne. —Si me ayudan a azar, tal vez logren comer unos cuantos, somos muchos para este pobre cerdito. 
Era otro día más que se iba, esa noche después de haber saciado su estómago miro y miro hacia el otro extremo, y pensó el Vernugem como salir de allí, y no regresar a Drommeland con el rostro derrotado, eran muchas ideas que ninguna servía hasta que miro a los soldados retenidos, el Vernugem corrió a la tienda donde estaba el comandante y dijo sin pensar. 
—Tengo un plan. Sé que no reciben estrategias de un Vernugem. 
—Aquí no esta el rey, yo sí las recibo. 
—Rings suele tener una debilidad por recuperar su gente a salvo. Qué tal si reciben esa noticia a cambio de comida 
—¡Solo eso! —exclamo Girand. 
—No, nosotros seremos los soldados que pasen el gran puente, que ellos mismos harán cruzar el abismo. 
—¿Hablas de hacernos pasar por ellos? 
—Sí, utilizaremos sus trajes y mascarás. 
—Entonces hablas de liderar la emboscada —Reyco vio la chispa en su rostro de que así era. 
—Ellos nos llevarán primero con su general, para ver si somos quienes esperan, atacaremos sin importar lo que será de nosotros, tomaremos control del puente para que crucen. 
—Si hay que hacerlo, quiero que esto termine. —Reyco grito histérico. 
Luego salieron y contaron las noticias, eligiendo los soldados para la misión, y tomando las prendas de los otros, que fueron obligados a despojarse de ellas, vistiendo otros ropajes. Reyco tomo un pájaro mensajero y lo envió , el comandante esperaba con su sobrino esa respuesta con ansias, que no tardo en ser correspondida. 
Ellos hablaban de primero revisar el estado de sus soldados después de pasar, para entregar las provisiones. Reyco aviso a Gabriel de como había funcionado llevando Reyco a los soldados al frente de las murallas del gran puente, el comandante al verlos supo que eran sus soldados y ordeno a los hombres girar las enormes ruedas que hacían al puente salir y atravesar el abismo, los soldados al pisarlo mostraron gran alegría lo que engaño al comandante de Rings, que eran ellos que al estar allí, solo fue un recibimiento alegre, pero todo se volvió turbio cuando uno ordeno que se despojaran de sus máscaras, sacando los soldados de Azmon sus espadas y dando a conocer sus rostros, estando el de Gabriel Vernugem entre ellos, eran noventa soldados contra los cuarenta que había de vigilia en el gran puente, Gabriel y los soldados amaban Drommeland y estaban seguros de todo lo que se oía. 
Cuarenta hombres cayeron frente a ellos, era el ejército más temido de la tierra, que el mismo Branderverg o Dalta no se arriesgaban a hacerle frente. Reyco esperaba esa orden cuando Gabriel salió de la gran puerta y dijo de avanzar para entrar a la gran ciudad, usando el traje de un soldado de Rings, el gran ejército atravesó los bosques y pronto invadió la ciudad de un extremo a otro, dejando un baño rojo a su paso, y obligando así por medio del miedo a todos doblegar sus rodillas ante Drommeland, pero el rey era reacio y su primera expresión cuando vio al Vernugem fue de hablar con una verdad. 
—Drommeland la que una vez se sentó al lado del hijo de Dios, porque él era su primer amor, pero esa ciudad y bosques que una vez camino de la mano de Dios, es tibia porque dice amar a Dios y se cree santa, pero su corazón esta lejos de él, son capaz de perseguir a su propia gente. Aún niño de Dios. 
Gabriel lo miro en silencio con esa arrogancia de un Vernugem. 
—Tú eres la prueba de eso, un varón lejos de Dios, que el ego es su gran amor. 
—Es la expresión de desespero antes de morir —Gabriel dijo, evadiendo su duda a causa de lo que había dicho, y dejo a Reyco hacer su trabajo. 
El rey y sus hijos serían enviados a Nosgatron que era peor que morir. Después Reyco envió ese pájaro mensajero al rey y en el dejo claro quién había ganado esta guerra, Gabriel Vernugem quien después de vestir con su traje camino por el reino, viendo como allí los niños le temían todo lo contrario en su reino que ellos querían ser como él, el nos los iba a juzgar, entraba como un lobo salvaje que podía esperar de ellos. 

 




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