Como Lenguas De Fuego

LOS HEROES DE DROMMELAND


Las calles anchas y rodeadas de enormes construcciones se llenaban de multitudes por lado y lado, todos estaban expectantes al pasar de la caballería y el imponente ejército de Drommeland, que era comandado por Reyco y su sobrino Girang ,los bárbaros que ganaron el corazón del rey hasta ser, comandantes y generales, Reyco apreciaba la instrucción de los Vermugem para la guerra, pero ninguno de ellos era tan apreciado por el general como Gabriel que no solo era inteligente era un amigo cuando lo empezaban a conocer en verdad, a Gabriel se le había ordenado subir aún carruaje de guerra para la entrada triunfal, pero el guerrero no acato la orden del rey, él trepó a su corcel siguiendo el carruaje de Reyco como lo solía hacer siempre.  
Las calles eran como un mar por el estruendo de las voces que aclamaban al gran ejército que eran impresionante, los suelos estaban teñidos de flores blancas que era sinónimo de victoria para el ejército, pero cuando su suelo era rosas de todos los colores era muy claro que era la admiración por Gabriel Vernugem. 
-Gabriel no te refugies bajo tu capota, veo niños que anhelan que su héroe los salude, también veo a las doncellas desesperadas por una sonrisa.-Reyco no pudo contener hablar de su actitud,  era como si no quisiera estar allí. 
-Estoy tan cansado que no tengo tiempo para esto. -dejo ver levemente sus ojos bajo la capota. 
-Hazlo te hará bien. -Reyco insistió, guardando silencio por todo lo que vio el primer año de campaña. 
Gabriel lloraba profundamente cuando sentía la soledad a su alrededor, era el llanto más desgarrador que había visto, incrementando el vino en su vida, al año siguiente era otro, había dejado en el olvido esa ilusión de ser un Manson y ese amor de padre por parte de Jael, se trasformaba en Vernugem lejos de todo sueño o anhelo. 
Gabriel después de oír este tomo la iniciativa de lanzar esa expresión aún niño y cualquier mirada dulce a las doncellas de Drommeland, luego se vio el enorme palacio que para trepar era el reto de subir treinta escalones anchos y adornados con oro, allá arriba lo esperaba Alper el religioso acompañado de la familia real y varios niños con arreglos florales, Gabriel medio alzo la vista detallando que Jael no estaba allí luego subió tranquilo con el general y el comandante. 
-Mi rey -dijo Reyco inclinándose los tres ante el soberano. 
-Veo tres héroes, que ni el mismo rey es capaz de tanto. 
En medio de sus palabras se acercaron los pequeños con los arreglos florales para los hijos de Drommeland, que estaban de vuelta. 
-Milord somos héroes, pero solo hay uno de nosotros que nos guio hacia esa victoria, la inteligencia de Gabriel y su valor lo hizo. 
-Mi rey creo que Reyco exagera -Gabriel se refirió al tema en medio de esa dulce, pero profunda mirada, estaba tan serio que solo decía una cosa, su timidez estaba allí. 
-No exagero, rey mío, si Gabriel no es el centro de celebración de hoy, me enfadaré. Llevábamos una infinidad y todo escaseo, mi mente de comandante ya no tenia ideas o estrategias, solo cuando esa chispa de inteligencia y valor surgió logramos vencer, aquí esta todo el oro de Moldovia y diamantes. 
-Créeme que lo será. -replico el rey dejando claro a Gabriel su incómodo momento. 
Luego se dirigió al gran ejército y al reino con las palabras solemnes de un rey, así cada soldado se marchó a su hogar para descansar y gozar de la paz otra vez, el ocaso llego adornado del gran festín, había invitados de todo el reino como también el rey enano de Valantug, y Candel Clan que no podía faltar al ser el legítimo creador del traje Vernugem, la familia real lucían sus mejores atuendos para la noche gracias a él, todos estaban eufóricos de ver a Gabriel y Sian no era la excepción moría por el Vernugem aunque fuera mayor para ella, pero a Gabriel no le daba importancia amar a una princesa era la hija del rey y esto no la hallaba correcto o interesante, cuando Gabriel piso el suelo del salón la silla que le pertenecía lo esperaba. 
El “varón lanzó una mirada discreta y podía ver a su padre falso estaba a cuatro sillas de la suya, el Vernugem debía encarar esta situación, por eso caminar hasta ella fue como cruzar una trinchera de guerra, Gabriel los saludo a todos desde el más pequeño al más grande, las doncellas Manson lo amaban como si de verdad fuera de la casa, y Jeguin era de las maduras doncellas Manson que no fingía ese amor. 
-Gabriel Vernugem no se agota por una guerra, veo que le asentó, también que su belleza hoy es más fuerte que nunca, no sabes lo feliz que estamos de ver tu rostro otra vez -Jeguin no pudo contener ese abrazo que era como el de una tía.  
-Yo también estoy feliz princesa.  
-Si porque no, hay que darle un abrazo -decía Liansed con la intención de fastidiar.  
Respondiendo Gabriel con esa mirada astuta y una sonrisa sarcástica.  
-Porque vivir de apariencias, vamos a reconocer que no somos hermanos, por eso no hay paz entre los dos, o todos diría yo -Gabriel era claro, no quería fingir esta vez, sacando risas de los invitados del festín, y el que más lo gozaba era el rey de Valantug. 
Liansed solo tomo su copa y se sintió ofendido Bel y Liang nunca querían hacer el ridículo. Pero Gabriel aún no había encarado a uno y cuando lo hizo el que una vez se había sentido su hijo, ya no estaba en él, el Vernugem coloco sus ojos sobre él y dijo lejos de la dulzura.  


-Hola.  
-¿Solo eso? -Jael lo cuestiono al musitar leve de su voz y sintió dolor en su pecho, quería ver a su dulce hijo, aunque fingiera que no era así, Gabriel ya lo había aceptado, se estaba alejando de él. Para ser solo un Vernugem.  
Gabriel solo guardó silencio y espero que todos olvidaran el gesto de Jael, interrumpiendo la heredera de Drommeland.  
-¿Qué clases de peligros te asecharon en la guerra?  
-Princesa Sian fueron muchos, desde un soldado hasta un lobo de Agatod  
-Los lobos de Agatod son difíciles de vencer.  
Amo Gabriel ese tono de voz. Anielka era una de sus favoritas de la casa Manson, hablar con ella era de lo mejor que había por su clara y directa conversación.  
-No sé si eres más rápida que ellos, pero ahora que lo pienso también puedes con uno, se quedan sin palabras cuando su enemigo tiene la agilidad de responder cortante.  
Gabriel le hablo a Anielka como si estuviera encantado de verla.  
-¿Entonces dices que poseo esa agilidad? -Anielka sonrió, mientras Sian no pudo contener esa sensación de frustración. Anielka podía tener más su atención.  
-Si la posees, porque lo he tenido que ver, y vivir. – replico bajo el efecto de esa agradable sonrisa que lo hacía dulce.  
-¿Por qué los lobos deben morir? -pregunto Sámara al entrar de último al salón, tomando un puesto junto a Gabriel.  
-Porque están del bando contrario.  
-Dicen que la guerra quita la timidez-Sámara lo miro fijo, y gano la atención de todos.  
-No siempre -Gabriel musito -Me oculto tras esta capota para no ser tímido, tú eres valiente de no tenerla.  
-Aún no soy buena en el arco.  
-Descuida princesa, Gabriel es como un trompo sin control al bailar -burlaba Liang sin tapujos a Gabriel. Mientras él solo guardaba silencio.  
-Si no a querido aprender -dijo Bel al unirse a la afrenta.  
-Si es lo más gracioso que vi.- Liansed fue muy lejos  
-Veamos lo positivo en esto princesa- se atrevía Gabriel a hablar mientras se servía la copa hasta rebosar -Si no sabes nada de un arco, no matarás siervos, no sé bailar y eso me libera de esos bailes incómodos de mis dulces hermanos y las matronas del reino, no sabes cuanto lo disfruto. ¿No creen que tiene sus ventajas?  
-Gabriel Vernugem, no es momento para enfadarse – comento Yates, quien era uno de sus mejores amigos, luego se unieron los lores y Arond con su familia.  
-No estoy molesto, quiero gozar de Drommeland un buen tiempo. -respondió a Arond.  
Gretel era la hija menor de Arond y estaba atada una silla de ruedas por una enfermedad en sus huesos, era una niña dulce y feliz a pesar de su enfermedad, Gretel y su familia nunca olvidarían como Gabriel había cuidado de su hogar, de sus enemigos, formando una amistad que no terminaría. 
Esa noche era de celebración, había danzas y espectáculos traídos por Candel Clan el modista de estatura baja, pero aclamado y arrogante, Jael en momentos guardaba silencio hasta que el mismo Liansed llamo la atención de todos.  
-Papá quiere presentarte a alguien, y no le ha dado la oportunidad.  
Briallen se hizo presente y lo primero que paso por su cabeza fue que era verdad, ver al Vernugem era deleitar sus ojos, era el varón más bello de entre los hombres, tenía ciertas similitudes a Jael y pensó que tal vez esto lo habría llevado a asegurar que era su hijo.  
-Briallen será la elegida de ese hijo que tanto anhelo. -Jael fue al tema -Desde que la vi lo supe.  
-Así será hermano mío. – descendió el rey con su esposa -Hoy es una noche de celebración, y quiero homenajear a quien llevo este conflicto a su fin.  
Gabriel miro fijo al rey bajo su capota, y luego vio a Reyco levantarse de su silla.  
-Gabriel nos llevaste a la victoria, disfruta tu gloria, y ser un Vernugem.  
-Reyco tiene razón brindo por Gabriel Vernugem una de las maravillas de Drommeland -las palabras del rey le eran inevitable que Gabriel no sintiera vanidad y ego, el varón no conocía a Dios de cerca, era una enseñanza muy lejana para él, su gloria y fama era su vida. 
-Y creo que esa gloria no debe ir con un solo atuendo -interrumpió Candel Clan -Hago una sugerencia al padre de los Vernugem, no vistas a estos varones con la ropa que matan aún jabalí el día de sus fiestas.  
Jael fingía al sarcasmo de Candel clan con una sonrisa.  
-Digan o no que le cumplí a Jael Manson, cree el traje más magnífico de todos, que un Vernugem surge más que otro no es mi culpa -Liansed sabía que era para el, ya que no era de su agrado por su fastidiosa actitud -Todos tienen una chispa, solo que hay una que logra alumbrar más.  
-Creo que ni yo tengo el sarcasmo de Candel Clan, y el ante mí es como un niño. En serio que lo admiro -Gabriel mostró simpatía con el. 
-Gabriel Vernugem quieres ser más cretino que yo, pero no lo creo, aunque quieras ser ese tipo de hombre rufián, no lo eres, la amabilidad en cualquier momento aparecerá. Aunque has venido de la guerra con un leve cambio.  
La fiesta iba en popa y cada minuto que pasaba para Jael esa noche, le dejo más que claro a su familia que Gabriel no sería un Manson, su actitud era alegada de el, solo tenía ojos para Briallen, Jeguin estaba junto con Krasava, la princesa miraba a los varones que se hallaban en la fiesta, Krasava ya era cazada, pero Jeguin estaba concentrada en cada comentario de su hermano cuando el hombre de ojos oscuros y cabellos marrones entro acompañado de lo que nadie podía creer, era Tranang el corcel que despertaba intrigas en cada reino.  
Nicolas Hestenen había llegado del otro lado de los mares desde las tierras del norte, y traía a Drommeland sus famosas carreras de corceles.  
-¡Tranang!-exclamo Jael al ver el corcel de pelaje negro ante ellos.  
-Es Nicolas el señor de los corceles-gritaron los invitados.  
Jeguin estaba fija en el hasta que su mirada lo atrajo. Nicolas quedaba sin habla al ver tanta belleza, luego se oyó la voz del rey interrogar al señor del norte.  
-¡A que viene el señor de los corceles a mis tierras!  
-Supe que el rey tenía una celebración, entonces quise pedir permiso, en medio de tan refinada fiesta, de traer las carreras de Tranang a Drommeland. 
-Eso es increíble bienvenido, seas Nicolas y Tranang  
Todos querían montar el maravilloso corcel, pero era un reto lograrlo, solo su jinete y Nicolas lo podían hacer, pero debía encontrar ese jinete en Drommeland.  
-Debo hallar un jinete, pero eso será después milord.  
-Nicolas Hestene será un gusto poder ayudarle en esto.  
Jeguin se acercó y hablo con el tono de voz de una mujer encantada por un varón, luego siguió hacia el festín. Tranang era sacado del lugar y el amo de los corceles se sentó a la mesa de los Manson, Jeguin no dejaba de mirar a una larga distancia al varón y no se percataba que sus sobrinos la observaban, Giacomo no dijo nada al respecto pero Cael.  
-Mi tía se va a cazar -lo dijo muy alto oyendo una de las adineradas del reino.  
-¡La princesa Jeguin se caza!  
-¡Cael que hiciste! -exclamo en medio de sus mejillas rojas.  
Todos tenían sus ojos sobre ella, quedando en una situación incómoda, que el mismo señor de los corceles la miraba esperando respuesta, pero ella solo sentía frío y vergüenza. 
-Yo cazándome qué chistoso.  
-Cázate conmigo -dijo Bel Vernugem ganándose un golpe de Jael en su brazo.  
-Imaginen a Jeguin Manson cazada con un Vernugem. -se mofó Yates.  
-Porque no -dijo Jeguin y lanzo una mirada a Gabriel -Solo lo dije por sonrojar esos bellos pómulos.  
Jeguin en medio del coqueteo logro sentarse y que todos se olvidaran de ella, y el tema de cazarse. 
-Ahora quisiera saber quién es Gabriel -dijo Nicolas con toda la intención de hablar con el.  
-Amo de Tranang soy yo.  
-Gabriel Vernugem eres conocido en la tierra de Liansed como un impostor -Nicolas no tenía miedo a decir la verdad  
-¡Hasta allá llegan las noticias! – exclamo Anielka.  
-No vayas por esas tierras-Nicolas lo hablaba en broma.  
-Descuide, no me llama la atención.-respondió Gabriel, mientras sentía la respiración de Liansed como la de un oso sobre su presa -Supe que mi rey a traído bisontes de las tierras de Liansed, esto lo hará feliz.  
-¿Y de las tuyas que te hace compañía?  
-Un oso de Baramog o un lobo de Donkenna -respondió Gabriel a Liansed con la autoridad que había comandado un ejército. -Has pasado tres años relajados, y yo solo gané otra personalidad en la guerra.  
Y era cierto, Gabriel había ganado otra actitud, era autoritario, desde que inicio esa larga guerra, era como un comandante.  
‐Dejemos de disputas -dijo el rey, él y su hermano tenía otras cosas que discutir y contar, Hamel y Jael iban a sorprender a todos con este tipo de anuncio. —Mi hermano hablará por mí. 
Jael se levantó de su silla y tomo una copa de vino para acompañar el momento. 
-El rey quiere nuevas amistades, y ha propuesto comerciar con Jeremy Triberman. 
-¡Hablas en serio! -exclamo Yates. -Solo imagina como lo tomara Alper señor de Y Harrd. 
-Solo tocaremos temas políticos, lejos de nuestra religión o creencia  -Jael hablo convencido de su plan.  
‐¿A palacio vendrá la princesa de Jarons Derg? -pregunto Cael con emoción -Ella es hermosa. 
-Pero es cinco años mayor que los dos -le reitero su hermano. 
-La que persigue rebaños -comento Gabriel -Eso fue lo que escuche de ella, no querrás ir tras los suyos. 
-Si es hermosa como dicen me aguanto unos rebaños. -ni siquiera la tenían en frente y Liansed ya la pretendía. 
-Dicen que canta como los Ángeles -comento la reina. 
-Imagina Gabriel y Belius en un dúo —Liang lo burlo  -Gabriel, me duele la cabeza, canta por favor. 
El Vernugem sentía que aborrecía a Liang, pero dejarlo como si no fuera con él, era más ofensivo, era un festín que en verdad Gabriel quería que acabara. 

 




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