Como Lenguas De Fuego

LA PERICIA DE TRANANG

Dos días de descanso en Drommeland eran relajantes, pero a la vez desesperantes para el Vernugem que en ocasiones sufría de una extraña tristeza que lo abatía, ser un Vernugem no era suficiente, su fama no llenaba todo él vació no sabía que era tener un padre y hermanos, estaba bastante maduro para no tener una familia esto siempre le recodaba esa joven que lo había decepcionado cuando era un muchacho tonto y aventurero. Gabriel estaba siendo muy diferente al vernugem que había sido con la casa Manson, desde su llegada pedía que su cena fuera llevada a su habitación de Vernugem, y salía sin ser visto para buscar otro ambiente. Jeguin no tenía que escucharlo de su voz, pero aun así quería averiguar la lejanía de Gabriel, por eso toco a su puerta esa mañana lo que intimido al varón, porque sabía lo que quería averiguar. 
-No quería pasar el día sin saludar a quien considero mi sobrino. -Jeguin era sincera y este aprecio lo tomaba con mucho agrado.-Siento que esta campaña militar te ha cambiado mucho. 
Gabriel estaba mudo, y con esa mirada pasmosa y gélida. 
-¡Dime que es lo que sospecho! 
-Entonces no tengo por qué decirlo. 
-¡Fue antes de partir, o a tu llegada! 
-Antes de partir, Jael dejo claro que solo era un Vernugem que ese anhelo de que era mi padre debía morir, él quiere uno de su sangre, no un bastardo. 
-Gabriel no sabes cuanto lo siento. 
-El primer año fue de un gran sufrimiento, pero al segundo solo lo entendí, solo soy un Vernugem esto al menos me da un apellido.  
-Jael sufre por no engendrar aún hijo. -tomo Jeguin una copa de vino, mientras observo ese rostro que por momentos parecía desquebrajarse. -Veía como eras la luz de sus ojos, nunca había estado tan segura de algo, pero hoy solo llego a la conclusión de que Jael se destruirá si no logra ser padre. 
-Lo siento mucho por ti y por él, el hijo que una vez fui ya no volverá, desde hace mucho tiempo solo soy un escolta de la casa Manson. 
-Lo entiendo. El rey pide que lo acompañemos a cazar hoy, el fuerte invierno se acerca y ya no lo hará más. 
-Iré con el soberano a escoltarlo. 
Gabriel se comportó distante que ausento a Jeguin de volver a buscarlo, la princesa solo fue por su capa de invierno y salió con toda la casa real. Samara solía ver a Gabriel siempre junto a su tío Jael, pero esta vez solo estaba Briallen y los otros Vernugem, la princesa no tuvo molestia en sacar su cabeza del carruaje y mirar a Gabriel, lo que el Vernugem tomo que quería preguntar, o simplemente tener una conversación con él. 
-¿Quién va contigo? -Gabriel la interrogo con esa voz suave pero persuasiva. 
-Anielka monta un corcel y mi hermana Sian prefirió quedarse a tocar el arpa. 
-Sian es una hermana aburrida. 
-¡A ti te parece! 
-Sí. Sabes siempre pienso ¿Por qué te inspiro confianza si eres tan tímida? 
-Tal vez sea el hecho que tú eres tímido en unas circunstancias. 
-Si lo admito, que en este traje de guerrero y bajo esta capota soy otro. 
-No me gusta la caza, papá mata los siervos. 
-¡Ni siquiera un jabalí! 
-Tampoco. 
-Yo he tenido que cazar para comer, que haría la princesa Samara en esta situación. 
-Es una situación de vivir o morir 
La caravana del rey llegaba al gran lago y se detenía, era el sitio propicio para reunirse con Yates, y los dos lores que traían una sorpresa, el señor de los corceles estaba presente, quien no dudo en poner sus ojos en Jeguin, situación que ya tenía a Cael con una risita que empalagaba. 
-¿Por qué será que se ríe?  
Cael guardo silencio tenía esa mirada enojona de su tía sobre él. 
-Déjalo tía es tonto -replico Giacomo en su madurez. 
Era un encuentro bastante interesante, y una caza que pasaría a la historia, ese día irían por un siervo. 
-Yates, mi amigo, sabes qué tipo de invitados son de mi agrado.  
-No dudaría de esta invitación mi rey. -se expresó Nicolas con los modales que se le reconocía. Mientras Jeguin fingía no estar atenta a sus palabras.  
-Ese corcel es increíble -Liang era el Vernugem más hablador y burlón, mientras Bel solo serio.  
-Le prometo milord, yo seré el jinete de su corcel para las carreras de Drommeland. -hablo Liansed en su arrogancia.  
-Pienso que es un comentario muy acelerado-Nicolas no dudo en cuestionarlo. 
-No lo es, soy aquí el único varón del norte, conozco de estos corceles milord-Liansed no tuvo discreción en decirlo mientras miro a Gabriel con enojo. 
-¿Y por qué miras así al pobre Gabriel? -lo interrogo Yates, que si algo podía, era ser capaz de sacar el mal genio de un egocéntrico, con sus palabras directas- ¡Le temes que te quite ese título! 
El momento era incómodo, que el mismo Jael quería tomarlo de su larga cabellera oscura y lacia que se refugiaba bajo la capota. Pero Nicolas era osado y se atrevió a invitar a Liansed a montarlo, lo que el Vernugem con arrogancia no lo pensó ni un minuto, Briallen estaba presente, no sabía si tener orgullo por el porqué tenía el horrible presentimiento que sería un fracaso para él. 
-Padre, mi victoria sobre Tranang será mi obsequio de bodas. 
Jael se refugió bajo la capota negra y aterciopelada, esperando ver como terminaría esta horrible situación. Liansed subía a Tranang con ego mientras el corcel atento lo escuchaba, él solo lo dejaba que subiera a su lomo para actuar, tenía en mente un final digno del arrogante varón, Liansed se sentía como un rey difícil de destronar sobre su lomo llegando a causar por un momento asombro de que no hubiera sido agresivo, Nicolas lo conocía bien y estaba atento a lo que tenía en mente el corcel, el ejemplar solo esperaba cuando fuera a tomar con fuerza las riendas y ese fue su gran final, un movimiento brusco y rápido que ni siquiera lo dejo tomar la rienda fue lo que el corcel preparo. Tranang cabalgo tan veloz hasta mandarlo contra el fango, Liansed quedo sobre la hierba mientras sentía una horrible sensación tras su espalda que lo acompañaba un olor nauseabundo. Los tres Vernugem, Briallen y Yates corrieron con el señor de los corceles a mirar su situación, mientras la familia real se acercaba lentamente. 
-¿Qué es ese olor? -Gabriel le preguntó. 
-Si da asco -lo reitero Bel, hasta que todos cayeron en cuenta de ver la vergüenza en el rostro de Liansed.-¡Caíste sobre lo que pienso! 
Liansed miro a Bel con los ojos a punto de derramar lágrimas de ira y volvió sus ojos hacia Gabriel, quien serio levanto su vista. Liang no tuvo problema en dar la vuelta y reír con Yates, Nicolas solo tuvo lástima y le extendió su mano dejando en evidencia la suciedad en su traje. 
-Era de oso – dijo Cael con una fuerte carcajada. 
-Le diste un regalo a nuestro padre untado de estiércol. -Liang burlaba sin pensar, pero se detuvo al ver los ojos de Jael sobre él, eran de ira y si algo asustaba era ver al padre de los Vernugem enfadado. 
Llevando esta situación a Jael a sentir vergüenza, Jael Manson era vanidoso en cada aspecto de su vida, ya fuera en su ropaje o manera de ser, odiaba quedar en ridículo mucho más a causa de otro. 
-Eso debiste pensarlo, antes de actuar como un adolescente tonto. -oír su voz enfurecida era causa de mucho respeto -Ahora busca como librarnos de este funesto olor, o regresa por donde venías 
Gabriel, al ver la situación, decidía tomar otro camino para alejarse del problema, y mientras lo hacía escucho a Liansed gritar cuanta palabra se cruzaba por su boca. 
-¡Vas a otro lugar a reír, no es así! -exclamo enfurecido. 
-Crees que hubiera sido estúpido de montar ese corcel, sabía a lo que me atenía, es tu culpa que estés en esa situación no mía -replico Gabriel al dar la vuelta y verlo caminar hasta el lago. 
Briallen trataba de limpiar el traje de su hermano en las aguas frías de Drommeland, pero era un día nublado para Liansed en todos los aspectos, la doncella resbalo cayendo a las aguas del lago, llevándose a su hermano con ella, al jalar la larga cola de su abrigo, Jael y los demás varones corrieron a ayudarlos. Briallen y Liansed morían de frio, la doncella del norte estaba siendo burlada por causa de su hermano, Cael no pudo evitar la risa y hizo reír a Liang y a Gabriel que no lo pudo contener. Anielka ese día vio una expresión en el rostro de Jael de estar en contra de Gabriel, llevándolo esta situación a algo, que sin decir una palabra frente a todos lo abofeteo, el Vernugem respiro y su rostro burlón se volvió agresivo. 
-Jamás en tu vida lo vuelvas a hacer, no soy nada tuyo lo que no te da derecho, no voy a ser tratado como un idiota cuando soy lo bastante maduro, Jael Manson. 
Todos los que estaban presentes quedaron atónitos de su respuesta y Jael solo guardo silencio. Gabriel subió a su corcel y dejo el lugar que parecía más un velorio que un día de caza, Jael partía lejos de vuelta al palacio junto con Briallen y Liansed, y el rey y su familia fueron invitados por el señor de Tranang a su hogar provisional 
Gabriel se alejó lo suficiente del lugar, jamás había pasado por esto tenía treinta siete años como para ser tratado así, el Vernugem se sentó en una peña alta que desde allí se veía un enorme campo, a poca distancia estaba el pequeño río de Baramog que caía a Dalta, todo era soledad hasta que detrás de los cañones que daban un espacio al río apareció la barca, que dentro de ella venían un refinado joven de cabellos rubios y un enano que era conocido como guía para los visitantes, el muchacho cargaba en sus brazos a la más hermosa bebe que sonreía con él todo el tiempo, el joven por un momento se desconcentró del paisaje cuando noto que el varón que estaba sobre la peña era un Vernugem, fue una observación leve porque retomo con rapidez a mirar todo a su alrededor con la que parecía que era su hija, ver esta imagen del joven con su bebe en brazos dio paz a Gabriel. 
Después de esto el Vernugem tuvo que ganar valor de donde no tenía de regresar a ese palacio, cuando llego sintió paz de saber que solo había servidumbre y guardias en el gran palacio, Gabriel quería dormir cuando uno de sus siervos toco a su puerta para pasar un mensaje que venía en una pequeña carta de papel de maíz. 
-¿Qué esto? 
-Mi señor, alguien la dejo para usted, era un caballero de Mandalg. 
-¿Hablas de esos monjes guerreros? 
-Sí. 
-Gracias por tu discreción al no abrir, puedes descansar. 
Gabriel se quedó en silencio y tomo la decisión de abrir la carta, cuando lo hizo tuvo temor y revivió algo que había dejado atrás. 


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.