Como Lenguas De Fuego

LAS PRIMERAS ESCARCHAS

Las primeras escarchas caían a tierra y para Mark ellas tenían un recuerdo. Erona su esposa danzaba para él en medio de la escarcha fría, su piel estaba helada, pero al contacto con su boca se calentaba por el deseo pasión, Mark estaba pensando en esto cuando la voz tenue y dulce lo distrajo de esa bella memoria, Samara volvía a tener en frente a su héroe terrenal, la princesa vestía como si fuera una Bla, su vestido gris azulado de capota la hacía ver triste pero misteriosa. 
-La princesa debería evadir mi compañía.  
-Es un lugar privado. 
-Con mayor razón. 
-Anoche leí de un niño de Dios que era tan fuerte como lo eres tú, tenía la fuerza de cien hombres. ¿Cuál será la tuya? 
-Las paredes pueden tener oídos, para escuchar el susurro de la princesa. 
-¿No deja de incomodarte que lo sepa? 
-Sí. 
-¿Eres un niño de Dios? 
-Tengo una relación con Dios, pero no me hace santo, ningún niño de Dios es perfecto, todos estamos hechos de errores, y de ellos aprendemos todos los días. 
-Y con ellos nos volvemos sabios, el hijo de Dios nos enseña a ser todos los días más parecidos a él.  
-¡Por lo que veo también eres niña de Dios! 
-No, solo leo ese libro que no me lo permitían hacer, pero anhelo ser como Radagma 
Samara dejó fluir su devoción a Dios, lo que gano la atención de Mark. 
-¿Cuáles son tus errores? 
-No saber controlar mi temperamento y no buscar al espíritu santo en cada decisión, solo cuando te golpeas te das cuenta lo mal que estabas. 
-Entonces estás aprendiendo todavía  
-Sí, pero lo que más me preocupa es que mi secreto este a salvo contigo. -Mark no tenía ni idea que Damelise la monja azul, escuchaba sus últimas palabras. 
Esto la llevo a preguntarse muchas veces seguidas, que le ocultaba a su padre y mucho más cuando ella replicó. 
-Lo está, y ahora mucho más al salvar a Anielka. 
-Samara, te busqué por todas partes. 
Mark frunció el ceño cuando vio a la monja, pensaba cuanto tiempo llevaba allí. 
-Es un gusto conocer el salvador de las princesas de Drommeland. 
-El gusto es mío conocer una monja azul -respondió con esa sensación de que la monja fingía algo más. 
Samara y Damelise se marcharon mientras él seguía allí en la espera de Gabriel, los dos primero irían a los puertos negros, que era la entraba del comercio sucio y camuflado de lo que era legal, muchos de los animales exóticos pasaban por allí, y los lujos extravagantes de Drommeland. 
-El rey mismo se coloca la soga al cuello, si permite esto. -critico Mark el mal manejo de los puertos negros. 
-¡Y porque no se lo dices en persona! 
-Porque los reyes son lo peor que hay, para hacer entrar en razón -replico Mark, con el mismo ego que el Vernugem le había dirigido la palabra. 
-Imagino a tu madre enseñándote de las dictaduras, y tu poco respeto a los reyes y toda autoridad en esta tierra más alta que tu, niño crecido. 
-No es así, ella me enseñó a respetar aun cuando no estoy con ninguno de ellos, solo te explico que una cosa es ser respetuoso y otro manipulado. -Mark no consentía que tocara el tema de su madre -Te soy tan aborrecible como mi madre, quedamos que no tocarías ese tema, mi madre no existe para ti Gabriel Vernugem, la representación de la vanidad y el ego. 
Gabriel se quedó en silencio mientras el muchacho por su cuenta entro a uno de los callejones, donde entraba a la parte de los rebaños y cabezas de ganado de otras tierras, cuando llego vio mucha novedad el rey quería bisontes en sus tierras y empezaría en sus campos, Mark todo el tiempo quería estar lejos de Gabriel mientras el Vernugem se dirigió al gran jefe del comercio del norte. 
-Gabriel Vernugem, ¿Qué quiere adquirir tan refinado varón aquí? 
-Si te digo no lo creerás. 
-Dilo. 
-Hienas. 
-¡Hienas! No me hago cargo de traer tan peligroso animal, pero por boca de alguien supe quién las trafica. 
-Me ayudarías con eso. 
-Claro. Su nombre es Calercad y Barah su administrador. 
-¿Dónde los puedo localizar? 
-Ese es el problema, solo vienen aquí los domingos. Supe que hacen subastas de aldea en aldea, pero no sé con exactitud donde viven, son muy sigilosos y delicados con el tema. 
-Entiendo, creo que tendré que venir todo el día hasta hallarlo. 
Mark veía su charla de negocios y se adentró en los corredores, allí al fondo había una gran puerta de hierro que dentro de ella se sentía el resoplar y enojo del corcel, Mark sintió curiosidad de porque estaba tan resguardado, pero el jefe de esas bodegas lo detuvo. 
-El corcel que está detrás de esa puerta, es lo más difícil de domar que hay, Zarsag es su nombre. 
-¿Y por qué es tan peligroso? 
-Fue capaz de quemar un establo y liberar a cientos de corceles, para vengarse de su amo. 
-Es impresionante -lo admitió Gabriel al alcanzar a oír. 
-Dicen que será una gran subasta. 
-¿Quién es su dueño?-Mark lo interrogo. 
-No lo sé hasta ahora. 
Saber más del corcel fue interesante para Mark, pero era algo que tuvo que dejar allá, porque después fueron al lugar donde habían cazado a las dos hienas, el rey lo esperaba junto con Garend y Dante como también varias jaulas y soldados, Hamel quería cazar a la hiena en su enojo. 
-Espero que la hiena no lo case a él -Mark solo guardo silencio al comentario de Gabriel. -¡Rey como va a estar seguro de que hoy la cazara, o cazara!  
-Eso mismo me preguntaba. 
-Esta bestia no vendrá al mismo sitio donde sus compañeros murieron, debe de estar en otros lados.-Mark dejo clara su duda. 
-Ya debió cazar rebaños o mucho más si lo imaginamos. 
-Gabriel me das alivio -dijo el rey en un tono airado. -Que averiguaron. 
-Que un traficante llamado Calercad es el culpable, el problema es que localizarlo es como buscar una aguja en un pajar. 
-No me interesa cuanto cueste lo tienes que hallar. 
-Tranquilo Milor me sentaré el domingo todo el día a vigilar, si eso le agrada. 
-No voy a rendirme, hoy tengo que ver esa bestia – siguió el rey cerrado en su orgullo mientras su larga cabellera blanca y lacia se empapaba con la escarcha. 
Su actitud era obstinada, cruzaron por el camino que estaba en medio del pantano hasta llegar a los bosques más tupidos de Drommeland, allí se vieron interrumpidos por las trampas que no dejaban otra cosa que pensar, que había sido subamo. 
-Está afanado por hallarlas -expreso Garend al ver la carne colgar como carnada. 
-Pero veo que ella prefiere cazar princesas -Gabriel se acercó hasta el borde de la trampa y miro hacia adentro. 
-Gabriel es mejor no acercarse -dijo Dante. 
El rey bajo seguro de que el peligro no estaba allí, pero Gabriel como el muchacho tenían un don de sentirlo, era el olor del peligro, y se sentía como un imvierno. 
-Rey no se mueva -Gabriel lo dijo como si musitara. 
Sus pasos eran ágiles y no dejaban sonido sobre la hierba, era entrenado y un enemigo impredecible, la hiena de tamaño desmesurado se lanzó hacia Gabriel de un salto seguro de que era su presa de ese día, pero el Vernugem la tomo con el gran recibimiento de su espada atravesar su estómago, la hiena siguió directo a la trampa logrando Gabriel desenterrar su arma. Otearon como la muerte se adueñó de la bestia, pero era un cadáver que no dejaba de asombrar. 
-¡Gabriel estás bien! -el rey se preocupó por él. 
-Lo estoy, pero lo que no está bien es su tamaño. 
-Escuche historias de Nexau y su afán de acelerar el crecimiento de sus fieras-Garend dejo la duda. 
-¿Cómo lo hará? -Mark se cuestionó al mirar a la jaula. 
-Tal vez si Jausen la estudie podría llegar a fondo. 
Gabriel lo sugirió. Por eso descendió y llevo un pedazo de su cadáver que al llegar a palacio el rey no se veía muy bien, él sentía que poco a poco estaba dejando que Nexau entrara a sus tierras, por eso llamo a Alper al gran salón del trono y ahí delante de los lores y su casa conto. 
-Alper voy a admitir que tengo miedo, aquí frente a todos -Jael miro a su hermano con angustia de verlo así -Sé que no será fácil una guerra con Nexau. 
-Lo será porque todos daremos lo mejor, ¿Crees que dejaría que Nexau pusiera un pie en este reino? Primero moriría quitando su aliento de vida que verlos, tocar mi hogar, o mi familia. 
Jael era un guerrero, ese amor por su casa era admirable, por eso nadie dudaba en reconocerlo. 
-¡Temes al tener el ejército más poderoso de todos! -Jael le daba valor en su ego y poder terrenal. 
-Además, Y Harrd está contigo -Alper se pronunció -No estás solo. 
-Sus plegarias y ceremonias a Dios son una gran ayuda. 
Gabriel no estaba en el gran salón, pero fue requerido hacer presencia, el Vernugem no imaginaba lo que él le pediría, Gabriel solo se sentó y luego espero que tenía que decir. 
-Gabriel sé que no ha sucedido algo como para iniciar una guerra con Nexau, hasta ahora todo a sido trivial, y lo hemos podido manejar -el rey tomo aire para dar su golpe final -Pero si todo empeorara, ¿Tendrías otro brillante plan? 
Gabriel mantuvo la calma y el silencio, el rey hablaba de conquistar Branderverg 
-El rey sabe que iría a la guerra si este reino peligra, pero para hacerlo hay que ser silenciosos como un búho, primero debería actuar con sabiduría y enviar a los espías más astutos y fáciles de pasar desapercibidos a Branderverg, allí averiguar como actúan en el campo de guerra cuáles son sus secretos y grandes hazañas, luego así podremos modificar nuestro diseño de una guerra, que sin duda derrotaría a Nexau. 
-El habla demás-Alper se atrevió a criticar. 
-Tú eres un religioso y Gabriel un guerrero -Jael sorprendió ese día al mostrar admiración por él -Es lo mismo que haría si de ir a la guerra se tratara. ¿Qué otra sugerencia tienes? 
-Milord -Gabriel fue respetuoso con Jael, pero lejos de la palabra que Jael quería volver a escuchar -Lo mismo haría con Dalta, porque si algo es seguro es que el apoyo de Nibe estaría con él 
-Lo es y si el momento lo requiere, vamos a actuar de este modo. 



 




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