Cómo Matar A Un Héroe

Capítulo 42

A James le dolía la cabeza, no porque fuera víctima de una cruda o delirio, sino por los insoportables gritos que Adriana había llegado a dar desde el momento en el que él le abrió la puerta de su casa.

—¡No me quiere ver, me odia y todo por lo de anoche! —lloraba— ¡James, dile la verdad!

—Ya cállate, no me has dicho nada coherente.

—¡Te lo estoy explicando y tú me estás ignorando!

—No hablo idioma llanto. Deja de gritar como loca y explícame qué fue lo que te dijo.

—¡No me quiere ver! Intenté hablar con ella por lo de anoche y me ignoró. Seguramente pensará que tengo una relación contigo a escondidas, o algo parecido. ¡James, tú a mí no me gustas!

—¿Ni siquiera te miró o algo?

—Nada. James, por favor dile que todo fue un mal entendido.

—Estás loca, ¿cómo piensas que le voy a explicar algo que va a parecer una mentira?

—¡Pero no es mentira!

—A ver, Adrianita, todo este tiempo que llevas peleada con Olivia, los dos hemos ido a centros nocturnos, nos han visto juntos, y a este punto todos creen que tenemos una relación.

—¡Pero no somos nada!

—¡Ya sé que no somos nada, estúpida! ¡Deja de llorar!

—No me trates así, James. Yo solo te estoy ayudando para que regreses con mi amiga. ¡Quiero a Olivia, la quiero mucho!

—Eso lo sé yo, lo sabes tú, pero no lo saben los demás.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer?

—Nada.

—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

—Escucha, yo estaría eufórico en este momento, nervioso de pensar que Olivia vio algo que no es cierto, pero…

—¿Pero?

—Me sirvió.

—¿¡Y en qué te sirvió!?

—¿Acaso estás sorda? ¿No escuchaste todo lo que se puso a gritar frente a todos?

—¡Me trató como una piruja!

—A ti, pero a mí me sirvió. Lo que Olivia hizo, fue representar sus celos, incluso frente al payaso ese.

—¡Me iba a pegar!

—Y yo la hubiera dejado. Eso significa que aún, en el fondo, siente cosas por mí.

—¿Y eso nos lleva a…?

—¡Dios mío, eres más bruta que ella! Eso significa que si sigo insistiendo en su perdón, pronto regresará a mí, y volveremos a ser esa hermosa pareja que siempre fuimos.

—A estas alturas ya no sé qué pensar. ¿Y qué tal si ya no quiere tu perdón? Yo creo que al ir a buscarlo…

—¿Buscar a quién?

—¡A él!

—¿A QUIÉN?

—Si te lo digo, ¿me prometes que vas a hablar con ella y le vas a decir que todo esto fue un mal entendido, que yo no te quiero y que entre los dos no hay nada?

—Sí, sí, como quieras. Dime quién, detrás de quién se fue.

—Está bien…

—¡Vamos, habla ya!

—Mientras yo le estaba explicando cómo sucedieron las cosas, Olivia se levantó, no me hizo caso de nada de lo que le dije y se fue gritando que iría a la casa de Kevin para hablar con él.

—¿¡Se fue a buscarlo a él!?

—James, creo que estamos en problemas.

—¿Por qué?

—Porque yo creo que Olivia está enamorada de Kevin.

—Eso es, ¡es imposible! Olivia no es tan… estúpida como para enamorarse de ese pobretón muerto de hambre.

—Entonces ¿cómo explicas todo esto?

—¿Sabes qué? Ahora entiendo todo. El problema no es ella, el problema es él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.