Capítulo 14: solo somos tú y yo

Después de un par de horas de viaje logramos llegar a nuestro destino, una ciudad bastante linda y rústica. Este lugar es bastante popular por su arquitectura italiana y la gastronomía que era bastante parecida a la de ese país.

También, uno de sus puntos favorecedores es su atracción nocturna, puesto que durante noche se vuelve un lugar bastante romántico y pacífico a la vez.

Unos minutos después de haber entrado a la ciudad Paora despertó, al parecer estaba demasiado emocionada por nuestra visita al sitio.

La expresión de su rostro asemejaba un entusiasmo bastante contagioso. Debo de admitir que al verla de esa manera hizo que de igual forma yo me sintiera así.

Llegando al hotel en el que nos hospedaríamos, la maestra encargada del consejo nos dio el orden de nuestras habitaciones, por lo que hoy sería un día de instalación y visita. Nos recomendó visitar la zona, pero eso sí, antes de salir debíamos dejar nuestras pertenencias en los cuartos.

Me tocaba compartir habitación con tan solo 1 miembro del consejo, ya que éramos los únicos hombres que habían aceptado la invitación de la profesora. Los demás tenían pendientes importantes fuera de la escuela, aunque otros pocos deberían de prepararse para las competencias deportivas. La misma situación que vivía Nori.

Sin darme cuenta, el chico con el que estaba se había ido, así que decidí apresurarme y salir a recorrer los alrededores del hotel. Me dirigí hacia la recepción para reunirme con los demás, pero para mi sorpresa ya se habían ido.

Esta vez tocaría explorar en solitario, pero para mi sorpresa también Paora estaba sentada en uno de los asientos del lugar. Posiblemente, no era el único que habían olvidado.

Decidí acercarme a ella a preguntar por los otros.

Tal y como mis sospechas arrojaban, se habían adelantado sin esperarnos.

─ ¿Quieres explorar el lugar conmigo? ─ Sus palabras me sorprendieron, sin siquiera opinar del lugar, quiso tomar la iniciativa de salir.

Supongo que buscaba una compañía para no estar en un lugar desconocido ella sola, así que lo más prudente era acompañarla.

─ Me parece buena idea ─ Al final no tendría nada de malo eso, solo saldríamos a conocer la ciudad.

Mientras avanzábamos por las calles del lugar pudimos admirar aquella arquitectura y diseño de casas que le daban esa distinción a la zona.

Al mismo tiempo volvíamos a conversar como antes, disfrutando el momento. Todo iba bastante bien, no habíamos tenido algún inconveniente en la hora que llevábamos fuera del hotel.

Pronto el cansancio se haría presente en Paora, después de caminar durante un buen rato, lucia cansada e incluso bastante sudada.

No solo por caminar, sino también el ardiente sol que hacía. Desde la mañana había sido precavido, por lo que conocía los climas del día de hoy. Así que traía ropa para evitar las molestias por el sol, a lo que Paora no.

Traía ropa que al reflejo del sol quema. Sin embargo, quería seguir visitando los lugares más importantes de la ciudad, pese al sufrimiento que experimentaba por el sol.

No sabía qué hacer para ayudarla, su situación no era fácil, por lo que tome una decisión sin pensarla con un buen razonamiento que me guiara a una respuesta. Considerar si era la opción más óptima o solo era una idea bastante alocada.

Tome su mano y entramos a una tienda de ropa, por lo que le dije que era mejor que cambiara de ropa, así que le compraría algún atuendo que no le causara molestias por el sol. 

Al decirle estas palabras salto de la impresión, ya que no cualquiera con gran facilidad acepta comprarte ropa, solo por un calor bastante fuerte.

─ Me preocupa que no disfrutes la visita por culpa de tu atuendo ─ Me gustaría ser de ayuda en este momento ─ Después de estas palabras su reacción cambio bastante, pues no solo se había sonrojado, sino que parecía alegrarse por mis palabras.

Nos dispusimos a buscar algún conjunto de ropa cómodo y de su agrado. Mientras pasaba el tiempo nos dimos cuenta de que sería más difícil de lo pensado.

En ese lapso de tiempo sé probo bastante ropa; sin embargo, pese a lucir linda con todos ellos, no estaba muy convencida de ninguno. Por lo que tardábamos más de lo esperado, hasta que luego de 30 minutos por fin había encontrado lo que buscaba.

Este consiste de un short y una playera holgada, junto con un sombrero bastante lindo a mi parecer. Después de pagar las cosas seguimos adelante con el recorrido. El siguiente lugar que visitamos era un parque bastante lindo con un estanque enorme. Tomamos fotos, alimentamos a varios patos que estaban en el estanque y también aprovechamos para divertirnos en los juegos infantiles que había en el parque.

Sin duda alguna disfrutamos este momento, pese a los inconvenientes del día, pasamos un buen momento.

Luego de varias horas en el parque era hora de cenar algo, no solo porque estaba anocheciendo, también nos habían llamado del hotel para informarnos que era hora de regresar.

A esta hora es fácil encontrar lugares en donde pudiéramos cenar algo.

Era el mejor momento del atractivo de la ciudad, aunque el punto malo eran los precios un poco elevados por la zona. Por suerte venía preparado, traía bastante efectivo.

Había un lugar en particular que lucia bastante agradable, los colores del establecimiento, combinando la música del ambiente le daba un toque especial.

  Así que estaba decidido, cenaríamos aquí. 

Después de comer algo nos dirigimos al hotel en donde nos estaban esperando.

Cuando estábamos a punto de llegar al hotel Paora me detuvo mientras tomaba mi mano. Algo bastante sorpresivo.

─ Solo quería agradecerte por el lindo gesto que hiciste por mi ─  Por comprarme algo para el sol ─  fue algo bastante innecesario, pero fue muy lindo de tu parte ─  Al parecer era eso, darme las gracias por eso.

─ Descuida, no fue nada ─ Al menos pude ayudarte en algo ─  Aunque creo que por el costo de la cena, lo más probable es que no pueda invitarte algo más en lo que queda del viaje ─  Ella tan solo se rio.