Después de que Yoshio se retirara, volví a mi trabajo en el consejo; sin embargo, note algo diferente, la presencia de alguien hacía un hueco. Itta no se encontraba aquí, extrañada, decidí esperar varios minutos con la finalidad de ver cuando llegara.
Luego de 5 minutos esperándolo me di cuenta de que no llegaría. Me intrigaba saber su paradero, temiendo que algo hubiera pasado.
Decidí buscarlo por toda la escuela, aunque todo fue en vano, no lograba saber en donde estaba. Las preocupaciones me invaden de una manera abismal, cada minuto se sentía eterno. Todo eso fue así hasta que logre escuchar su voz a lo lejos. Rápidamente, comencé a dirigir la mirada a cualquier dirección, esperando poder verlo a lo lejos. Para mi mala suerte, mi exaltación había sido en vana.
Intente tranquilizarme, eliminando cualquier pensamiento negativo de mi mente, teniendo éxito en eso. Seguí avanzando por los pasillos de la escuela, hasta que una vez más escuche su voz; esta vez, provenía de un salón vacío. La intriga me incitaba a cerciorarme de la presencia de Itta en ese salón, por lo que no tuve más remedio que revisar.
Al mirar por un orificio de la puerta pude verlo; no obstante, me llevé la sorpresa de la presencia de Nori junto a él, mientras escuchaba una conversación ajena. Lo único que había podido ver en ese momento era a Nori llorar junto a Itta, mientras él la abrazaba.
Al ver eso decidí retirarme del lugar. Lo que estaba sucediendo en ese lugar era entre ellos dos y nada más, escucharlo sería faltarles al respeto y a la confidencialidad de su conversación, era mejor confiar en él; después de todo, me alegraba que estuviera bien.
Me dirigí a comprar una bebida a la cafetería, mientras recuerdos de él invadían mi mente. No solo recuerdos seguían, sino también situaciones que mi propia mente creaba, imaginando una relación junto a Itta, pensado en sitios que podríamos visitar juntos, restaurantes en los que pasaremos momentos agradables comiendo los dos solos; incluso, presentándolo a toda mi familia. Sin duda alguna, en el interior deseaba que fuera realidad. El tiempo pasaba y cada vez más me frustraba, no solo por el hecho de estar aburrida, sino por el hecho de no estar junto a Itta.
Después de un largo tiempo decidí ir una vez más a buscar a Itta, recordando que se encontraba con Nori, un dato que me hizo recordar algo. Ella participaría en el partido de voleibol, siendo ese el lugar en el que se encontraron ella e Itta. Aunque no encontraba de cierta manera algo que justificara el tiempo que estuvieron hablando hace un rato, lo que podría significar que tal vez no hubiera participado. No perdía nada al ir, así que me dirigí hacia el campo de voleibol.
Al llegar, note que se encontraba Nori en instancias finales de su partido, luciendo bastante distinta a otras veces, sonriendo incluso en momentos en los que prácticamente una persona no toma en cuenta la manera en la que luce su rostro. Estaba motivada; no obstante, no solo era eso, sino también otro tipo de sentimiento, al mirar más detalladamente hacia esa dirección logré ver a Itta sentado junto al entrenador del equipo, algo bastante raro y sorprendente a la vez.
En cuanto terminó el partido pensé en buscarlo antes de que fuera tarde, sabiendo que si se retiraba de la escuela no podría hablar con él.
Incluso, al mismo tiempo de pensar en eso, concluí con una serie de pensamientos y decisiones que consideraba, sentía algo en el interior, debía de ser sincera con Itta, tal vez incluso, pensando en confesarle mis sentimientos.
Sé que es una opción demasiado precipitada e inclusive bastante arriesgada; sin embargo, aquel miedo de estos instantes siempre estuvo ahí, solo que se mostraba de una manera diferente. Era un paso importante, a pesar de todo debía de intentarlo.
Otra cuestión se basaba el poco tiempo que tengo disponible para estar con Itta, tomando en cuenta las próximas fechas de exámenes, las próximas vacaciones; no obstante, el tiempo más significativo sería el que correría a partir del final de las semanas de descanso a mitad del semestre, tal solo contaría con 6 meses o incluso menos para pasar tiempo junto a él.
El tiempo para crecer, había llegado, estaba a punto de entrar a la universidad y justamente, el tiempo que más anhelaba sería el que más se extendiera, por lo menos para conocerlo. No me preocupaban los estudios, prácticamente los aprobaría con facilidad, a pesar de ello, tendría días ocupados, preparando la graduación, visitas a universidades y reuniones del consejo para buscar a un nuevo representante. Se aproximaban meses difíciles, aun así, debo de intentarlo por lo menos una vez, no solo rendirme sin haberlo intentado.
Al terminar el partido se dirigió con sus amigos y Nori hacia la salida de la escuela, lo que significaba que no volvería a la sala del consejo, antes de que fuera demasiado tarde grite su nombre, incluso, algunas personas del alrededor miraban extrañadas por la manera en la que lo había llamado. Al instante dirigió su mirada hacia mí, extrañado por la manera de llamar su atención, mientras los dos nos acercábamos, mi mente no podía dejar de pensar en las palabras indicadas para poder decir lo que siento por él, tomando en cuenta la manera en la que incluso, el amor que siento por él se podría describir.
Antes de poder siquiera pronunciar una palabra, Itta comenzó a hablar, disculpándose y asumiendo la culpa por no estar en sus deberes del consejo, lo que ocasionó que mi plan fracasara.
Prácticamente, el momento había cambiado drásticamente, lo que ocasiono que la única manera de reaccionar consistiera en demostrar felicidad al oír la feliz noticia de la victoria de la escuela, algo que, pese a ser increíble, no me generaba la felicidad que yo hubiera tenido para lograr sincerarme.
Lo único que me quedaba por hacer era retirarme.
Pensaba regresar al consejo por unas cosas que había olvidado junto al escritorio principal, pero algo me hizo cambiar de opinión. El partido de futbol daría inicio en un par de minutos, por lo que recomendaban ir a buscar asientos, lo que me recordó que Yoshio participaría, sería una manera de distraerme de mi fracaso de declaración.
Editado: 25.03.2024