El frio recorría mi cuerpo, ya no podía sentir el calor de las mantas con las que me había cubierto anoche, eso significaba que era hora de despertar, pero era definitivo no tenia ganas de hacerlo, estaba agotada no físicamente, pero si mentalmente.
Decidí abrir mis ojos, mire al techo y me quede unos minutos admirando aquellas estrellas que brillan por la noche que en algún mes de año las coloque junto a mi novio; Karl. Recordaba como él me decía que le pase cada estrella para pegarlas porque mi tamaño no colaboraba mucho, le dije que quería colocar las estrellas mas grandes él apoyo mi idea y me cargo para que yo lo pudiera hacer luego me aventó a la cama y me comenzó a hacer cosquillas; sabia que esa era mi debilidad.
Recuerdo que nos quedamos viendo como unos tontos, paso su mano por mi cabello para apartarlo de mi rostro, mi corazón latía rápido como si fuera un carro de la formula 1, se acerco a mis labios y ambos se fusionaron.
―Bell, por favor levántate que Hanna te esta esperando hace 12 minutos abajo ―la voz de mi madre fastidio mis pensamientos; volví a mi realidad
Y la realidad era que Karl ya no era mi novio, y que ese beso fue uno de los últimos que nos dimos y que en verdad la Formula 1 es lo que más me recuerda a él, nos gustaba verlo cada fin de semana, a el le encantaba comprar comida y verlo juntos echados en el sofá. Y ahora… se acerca navidad y no estoy cerca de él pensé que esta navidad iba a ser la primera con él, pero solo fue una ilusión.
Me levante de mi cama, mire a la puerta vi que mi madre ya no estaba así que decidí alistarme y bajar al primer piso, y ahí vi a Hanna; la hermana de mi ex novio. Ella y yo nos hicimos muy buenas amigas durante estos cinco meses que estuve con Karl y ella aun sigue con la idea de que tendríamos que regresar, pero para mí es inútil.
―Bell te he estado esperando mucho tiempo me dio hambre así que tome uno de tus yogurts favoritos, lo siento, pero gracias, te quiero ―confesó formando un corazón con sus manos
solté una risa ―No te preocupes. ―dije dirigiéndome a la nevera para sacar una manzana
― ¿Haremos intercambio de regalos? ―soltó de la nada
―Mmm ¡Que estas diciendo! Solo somos dos
―Ya lo sé, pero es mejor, así tu me dices lo que quieres y te lo compro y tu haz lo mismo conmigo
―Déjame pensarlo
―Si fuera Karl hubieras dicho que si eh
Su nombre me dejo perpleja, todavía no lo había soltado y que su hermana me lo recordara o lo nombrara pues me afectaba; por los recuerdos que traía a mi mente
― ¿Cómo esta él? ―pregunte dejando en el bote de basura la manzana que ya había terminado
―No lo sé… ya casi no esta en casa ¿Ves sus historias de Instagram?
Asentí.
Recordé lo que había visto en una de sus historias, Karl estaba con una chica en una fiesta, lo vi muy feliz… tanto que se la beso. Esto de las fiestas y salir todos los fines de semana se volvió común desde que terminamos.
―Pues ya te darás una idea de como le va ―dio un suspiro hundido ―No se si en esta navidad vendrá a casa, pero supongo que no lo hará seguro estará con sus amigos escuche que iban a alquilar una cabaña a las afueras, así que ¿Por qué no vienes a casa con tu mamá y la pasamos juntas?
―Si, y si él no está pues será más cómodo
#11043 en Novela romántica
#6103 en Otros
#1791 en Relatos cortos
amor navidad, decepcin amor corazones rotos etc, navidad reencuentro felicidad
Editado: 27.12.2023