Como regalo quiero odiarte

Capitulo 8

Hoy era una noche buena, había ido a comprar los últimos consumibles para esta noche, no me podía faltar nada, hoy era y tenía que ser la más bonita despedida. Y aunque no supiera su respuesta de Karl, mi corazón sabía que era lo que iba a pasar.

Tenía que estar preparada para todas las posibilidades, dejarlo ir dolera, sera dificil, y tal vez por un largo tiempo no logre enamorarme ¿Como podría hacerlo si el amor de mi vida se ira para estar con su amor de su vida? 

En esta situación tenía que ser fuerte, no podía deprimirme, y no solo por mi estabilidad emocional, sino por el bebe que estoy esperando, no quiero que mis emociones influyan en él.

―Bell no hay los ingredientes que has pedido, no existen ―escucho su voz detrás mio

―Estamos en un supermercado creeme que si hay todo ―dije irónica

Karl me miró haciendo un pequeño berrinche; como un niño pequeño.

―Entonces no entiendo tú letra, lo que está en este papelito son jeroglíficos 

Había venido a este super con Karl puesto que él y Hanna no querían que cargara cosas pesadas, en este caso las bolsas, y es que en el carrito ya llevábamos muchas cosas y así fue… cuando fuimos a caja nos dieron como cinco bolsas, en mi defensa decir que los antojos no son mios, son del bebe.

Después de arreglar la despensa en casa, Karl y yo decidimos preparar la cena navideña, habíamos acordado que este año comeremos pavo, es por ello que comenzamos a preparar el aderezo.

Yo me encargaba de la preparación principal y Karl de las comidas que acompañan el pavo; como las ensaladas, patatas y más.

Todo andaba silencioso hasta que escuche un chillido:

―¡Auch mierda! ―soltó Karl llevando su dedo su boca

Corrí rápido hacia él, lo jale del brazo y me puse a lavar su herida. El siempre fue torpe en la cocina era como dejar a un niño de cinco años a cargo de todo un almuerzo, no se en que estaba pensando en dejarlo cortar la lechuga.

Seque su herida y saque un botiquín de un cajón, Karl solo se dedicaba a verme pero claro… él nunca podía estar con la boca cerrada.

―Te sigo amando, estas cosas que haces por mí hacen que mi corazón siga latiendo por ti

―Karl no te confundas, solo sientes eso porque te gustan que te cuiden ―dije lo más fría posible 

Me dolía no poder corresponder su “Te sigo amando” sin embargo, si no lo detenía y ayudaba a entenderse la única lastimada sería yo. Es por eso que mi deseo para esta noche es que se vaya y me deje, así es la manera en que me decepciona por completo y me destrozará y lo odiaré por un tiempo…o tal vez, solo tal vez… me odie a mi misma por dejarlo ir.

 




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