-hola, buenos días, como estas?
-hola? Amm bien, ¿quien eres?
Con esas preguntas iniciamos esta historia, después de saber que era él, seguimos una platica amistosa, seguida de disculpas por haber seguido sus impulsos de querer besarme, sin embargo, aunque dije que sí aceptaba las disculpas, debo reconocer que era algo que me había gustado y que sin problema hubiera vuelto a hacer.
Por medio de llamadas y mensajes durante tres días, pude saber más de su vida...
su nombre:Luis.
edad: 22 años
soltero
ocupación: estudiante de medicina
Tenía un sentido del humor qué se adaptaba al mio, una forma de ser que contrastaba conmigo, soy el tipo de persona que no congenia con todo mundo, del tipo que parece estar enojada todo el tiempo, y el era ese tipo de persona que a simple vista es agradable, amable, y que pareciera que regala sonrisas, pero teníamos algo en común, no lo sabíamos, pero llevábamos tiempo buscándonos, eso lo descubrimos días después, cuando me invito a conocer a sus amigos.
El plan original era una comida con amigos y sus parejas, así que acepte, solo como amiga, quedamos en un punto medio, no quería profundizar nada, hasta no saber como lo manejaríamos, pues entendía que almas gemelas no siempre viene de la mano con el amor se pareja.
Baje del autobus y busque con la mirada, timbro mi celular en la mano, y conteste:
-¿donde estas?, estoy parado exactamente frente a la parada de autobuses, hay una chica de blusa amarilla, hermosa, para ser honesto...
Movía la cabeza de un lado a otro, hasta que nuestras miradas se cruzaron, sonreí por inercia y colgué, me saludo con un beso en la mejilla, y caminamos, me mostraba cada lugar qué robaba mi atención, era un poblado pequeño, alejado de la ciudad, pintoresco y rústico, así que todo llamaba mi atención.
Llegamos a una pequeña casa, golpeó la puerta y segundos después abrieron la puerta, - mi compañero y amigo, Lucio - presento a quien abrió la puerta.
Entramos a una sala, y ahí había más personas, pasamos un momento agradable, pero llego la hora de irme, ya que mi madre me había puesto un horario, no era muy tarde, pero ya había puestitos ambulantes, y decidí comprarme un elote, de esos que tienen mayonesa, queso y chile en polvo, lo que, según sus palabras, lo flecho, pues la mayoría de las chicas se cohiben de ese tipo de cosas, por pena o por sentir que es algo pobre para ellas, en fin, me acompañó hasta la parada del bus, pero cuando me di la vuelta decidió que era momento para besarme, toco mi brazo se acercó a mi, e intento besarme, pero no tomo en cuenta mi elote, su ropa y mi ropa quedaron embarrados de mayonesa, así que solo reímos, intento limpiarme, pero con su nerviosismo tiro mi elote, lo cual fue vergonzoso, porque realmente estaba muy sabroso.
En fin, decidida a irme, saque dinero para pagar el pasaje, y tome asiento, pocos segundos después, se sentó a mi lado, platicamos en el trayecto, y a la hora de bajarme, el chófer me informo que el bus que aborde era directo, y entonces recordé que no leí el letrero de destino, así que solo volví a sentarme, en resumen la cita fue en el asiento de un bus, la tarde con sus amigos fue agradable, pero me resultó mejor el trayecto a casa...