¿cómo se puede olvidar lo que el corazón tanto amó?

Capítulo 3

Volví de la facultad más tarde de lo normal.

El día se me había ido entre clases largas y apuntes que no terminaba de entender. Tiré la mochila al piso y me dejé caer en la cama sin sacarme las zapatillas. El teléfono vibró una vez. Un mensaje del grupo de la facultad, nada más.

Habían pasado varios días desde la última vez que hablé con Liana.

No porque no quisiera. Al contrario. Había pensado en escribirle más de una vez, pero siempre encontraba una excusa: estaba cansado, era tarde, seguro estaba ocupada.
En realidad tenía miedo de hablarle.

Miré el techo unos segundos y después agarré el celular.

Alan:
Hola, soy Alan. El repartidor al que le diste el número.

Pasaron unos minutos

Liana:
Holaaa, Pensé que te había asustado el café gratis

Sonreí viendo el stiker de gato verde.

Alan:
Jamás jaja
Cómo estás?

Del otro lado, Liana caminaba por la vereda con la mochila colgada de un hombro. El aire de la tarde estaba fresco. Cecilia iba a su lado en silencio, escuchándola escribir.

Liana:
Bien,recién saliendo del trabajo
Camino a casa

Alan:
¿Sola?

Liana:
No, con mi compañera de piso

Leí esa frase sin darle importancia.

Alan:
Mejor así, es algo tarde para andar solo por ahí.

Liana:
Sí, ella es bastante insistente con eso

Cecilia levantó la vista al escuchar la vibración del teléfono.

-¿Quién es?- preguntó, caminando a su lado.

-Un chico del trabajo -respondió Liana, guardándose el celular un segundo.

-¿El repartidor? ¿El qué te gusta?-preguntó Cecilia, con una mirada cómplice.

Liana dudó y se sonrojó.

-Sí.

Volvió a sacar el teléfono.

Liana:
¿Y vos, ya terminaste por hoy?

Alan:
Sí, recién llegué
Estoy tirado en la cama como si hubiera corrido una maratón

Liana:
Eso suena tentador
Yo todavía tengo que subir cuatro pisos

Alan:
Eso debería contar como ejercicio

Liana:
Decís eso porque no sos yo

Cecilia la miró de reojo.

-¿Te hace reír? -preguntó.

-Un poco -admitió Liana.

-Bien, debe ser bueno-dijo Cecilia, y siguió caminando.

Alan:
Extrañé hablar con vos, aunque suene cursi

Liana frenó en seco por un segundo, obligando a Cecilia a detenerse también.

Liana:
No suena cursi

Alan:
Menos mal

Liana:
Yo también, solo que a veces el día se me va y cuando me doy cuenta ya es tarde

Alan:
Podés escribirme cuando puedas, sin presión

Liana:
Me gusta eso

Subieron las escaleras en silencio.

Liana:
Llegué, gracias por escribir

Alan:
Gracias por responder, que descanses

Liana:
Vos también

Apoyé el teléfono sobre el pecho y cerré los ojos.

No habíamos hablado de nada importante. Pero esa noche dormí mejor

_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/_/

Gracias por leer😺
Los amigos se dan cuenta antes que uno,o no?

Me podes encontrar en Wattpad bajo el mismo seudónimo 🐢




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.