0. Como si fuera Cenicienta

A ver, ¿cómo empiezo?

Vamos, Dylan, piensa en algo. ¡Concéntrate! Como dice Kyle todo el tiempo, ¡relá(aaa)jate!

Érase una vez en un "Muy Muy Lejano"...

No, no puedo iniciar así. ¡Eso es de Shrek!

Hace mucho tiempo en un reino...

¡Mierda! Tampoco así. No fue en un reino. Ni siquiera hay reinos en Estados Unidos.

Todo inició en Nevada.

¡La Vegas, bebé! Está bien, no fue ahí. Hay que ser serio por lo menos una vez en la vida. Bueno, no tanto.

¡Al punto, Dylan!

¡Joder, tengo que dejar de hablar solo!

Pues supongo que debo comenzar con el día en que nací. Ese fue el día en que un guapo bebé de ojos azules y escasos cabellos negros nació. Ese fue un gran 24 de septiembre de...

Tampoco desde tan pequeño.

¿Entonces, desde cuándo?

Desde que apareció Amanda, niño.

Tengo diecisiete, no soy un niño.

Eso ya lo veremos...

Entonces supongo que esta historia comienza en el momento en que mi papá conoció a Amanda Green, quien luego de la muerte de mi madre, se convertiría en la nueva esposa del señor Thompson, es decir, mi madrastra. 

Al principio todo parecía señalar que la nueva esposa de mi papá lo estaba haciendo feliz, le había devuelto la sonrisa que perdió al también perder a mi mamá. Aunque yo tardé un poco en aceptar todo lo que estaba pasando en mi vida en ese momento. Sabía que Amanda estaba poniendo de su parte para que las cosas funcionaran pero había algo en ella que hacía que siempre dudara de sus palabras. Tal vez era la forma en que hablaba o los gestos que hacía al comunicarse con mi padre y conmigo. Había escuchado su cambio de tono de voz al hablarle a los mellizos y luego llamar a papá.

¿Y cómo no va a ser diferente si es la madrastra malvada?

¿Por qué simplemente no me dejas seguir contando la historia? 

Porque es mi deber hacer este tipo de cosas, mejor anda acostumbrándote. 

Bueno, como seguía contando, mi vida fue cambiando bastante el año que pasé junto a mi padre y su nueva esposa. Y digo que solo fue un año con ellos dos como "padres" pues mi papá falleció un verano en un viaje de negocios. Fue horrible ver en las noticias cómo habían capturado en video la caída del avión que tenía destino a Nueva York, o mejor dicho, a la muerte.

Después del rescate del cuerpo y el posterior funeral y entierro quedé devastado. Esto último al recordar cada noche que mis dos padres biológicos habían fallecido en menos de tres años. Pensaba que algo en el mundo quería que yo cumpliera una serie de castigos por mis actos en vidas anteriores. Tenía doce años y ya habían pasado muchas cosas para que pensara eso. 

Mis teorías se reforzaban al recordar que mis abuelos paternos habían fallecido antes de que yo naciera y a los maternos no los había visto desde el funeral de mi madre. Supongo que el hecho de que ella se hubiera casado con el "muchacho" que ellos detestaban hizo que se distanciaran tanto. Además de que mi única tía había tenido una discusión con mi papá al enterarse que se casaría por segunda vez con Amanda. 

Vaya vida, Dylan. 

También es la tuya, Frederick. 

La única "familia" que me quedaba eran los Green. Por un momento creí que ellos me apoyarían el resto del tiempo que me quedaba en esta vida; sin embargo estaba equivocado.  

Como muchas otras veces.

Respira, Dylan, si golpeas a tu otro yo, las cosas no saldrán bien, respira. 

¿Estás hablando contigo mismo?

Tú eres yo, claro que estoy hablando conmigo mismo. 

Al poco tiempo de la partida de mi papá las cosas dieron un gran giro de ciento ochenta grados. Terminé viviendo en el ático de mi casa. Y no sé si aún llamarla "mi casa". La familia Green se había apoderado de ella. Me mandaban a hacer los quehaceres como si fuese el empleado de la casa. Era explotado. Y no exagero. Una cosa es que tus padres te obliguen a ordenar tu habitación y tal vez limpiar un poco la casa, pero ellos se pasaban de la raya. Tenía que ordenar toda la casa, absolutamente toda, preparar el desayuno antes de que todos se fueran de casa e incluso ser el mucamo de mi "hermanos". Y esto con la excusa de que nadie tenía tiempo. ¡Pero si James y Heather también iban a la escuela como yo y no hacían nada más!

Llegó al punto de que mis hermanastros me obligaban a hacer sus deberes. Y la señora Green no decía absolutamente nada... ¡Señora Green! ¡Se cambió el apellido por el de su primer esposo! Era el único Thompson en la "familia" y si llegaba alguien de visita decían que solo era un primo lejano. No primo, primo lejano. ¡Vaya mierda!

Un poco más grande pensé en irme de la casa pero no tenía un lugar donde quedarme. Pensé en llamar a los Hunter, la familia a la que la tía Lucy pertenecía pero no lograba encontrar un número telefónico al cual comunicarme. Y si escapaba de casa, ¿me iba a quedar en la calle?  Un chico de catorce no sabe cómo mantenerse solo y por lo menos tenía comida en lo que más parecía una prisión que mi hogar.