Como si fuera Cenicienta

5. Ella está en todas partes

¿Alguien me podría explicar cómo fue que Brooke apareció frente a mí? O sea, sé que llegó a la cafetería pero, ¿cuándo fue que se acercó a mí? El nerviosismo hacía su aparición.

Si sigues así, no llegarás a nada.

"Respira, respira. Inhala, exhala. Solo es otra chica", me repetía una y otra vez pero estaba mintiendo. No era cualquier otra chica, era Brooke. Ella era una diosa, no había chica que se le comparase. Tan solo con su sonrisa hacía que cualquier habitación se iluminara. No era como su grupo de amigas, podía notarlo en su preocupación por los demás, por algo era la presidenta de la clase.

—¿Qué haces, idiota? —Adam me levantó a pulso del suelo.

Me había quedado mirando a su novia mientras ella lo ignoraba y terminaba de vendar mi dedo índice izquierdo. Y cómo no hacerlo. Ella era como un ángel que llegaba cada vez que algo me pasaba. Bueno, cada vez que Adam o su grupo me hacía algo.

¿Ya vas a dejar a babear?

—Eh... Yo —no salía nada más de mi boca.

El cuello de mi camiseta y la fuerza con la que Adam la sostenía hacían que más difícil mi respiración.

—Suéltalo. No te ha hecho nada —me defendió Brooke tomando el brazo de su novio para hacer que aflojara el agarre.

—¿Vas a a defender a este tonto? —se enfureció aún más Adam.

—Solo déjalo —siguió ella.

Adam me soltó e hizo a un lado. Perdí la estabilidad pero logré apoyarme de una mesa antes de que cayera de nuevo. Era el día de las caídas. Creo que a mi cara y... al resto de mi cuerpo les gustaban el suelo.

Eso es porque eres demasiado torpe y Dylan.

—Tú vienes conmigo —tomó la mano de Brooke y la sacó de la cafetería.

El resto de sus amigos salieron detrás de ellos. Cada uno de ellos se tomó el tiempo de mirarme con... ¿odio? Aunque también podría decirse que con pena. ¡Qué pena mi vida!

Sí, qué pena tu vida.

—¿Qué acaba de pasar? —Kyle ya estaba a mi lado.

—No tengo ni idea —le respondí.

Estaba procesando los hechos. Nunca me habían pasado tantas en unos tres días. Si cuento desde la muerte de mi papá hasta el jueves.

—¡Dylan! —me gritó el administrador que unas horas atrás me había dado la bienvenida.

Problemas.

Claro que sí.

Me quedé un par de horas más luego de que mi hora de trabajo terminara. Debía limpiar los trastes para pagar por los platos y tazas rotos. Afortunadamente mis amigos se quedaron conmigo para facilitarme la limpieza. Además, me dolía el índice, pues la herida se abría cada vez que sostenía lgo con mucha fuerza. Ardía intensamente.

¿Intensamente? ¿En serio?

—Tu vida se puso interesante —comentó Jeremy al entrar a la cocina con unos cuantos platos que se habían quedado afuera.

—Sigue siendo la misma mierda —recibí los platos y los puse cerca del lavabo.

—Oye, nosotros somos parte de ella —se quejó Kyle.

#KylanForever

¿Sabes lo que eso significa exactamente?

Pues no y creo que tampoco quiero saberlo ahora.

—Bueno, solo una parte de ella —corregí mis palabras antes de que alguno de mis amigos me golpeara.

Estuvimos un rato cantado como si la cocina fuera un estudio de grabación. Fuee perturbador ver a Kyle en medio de la cocina, pues parecía estar en una especie de ritual en vez de bailar. Era común vernos hacer tonterías cuando nos encontrábamos solos y aburridos. En ocasiones veíamos videos en Youtube pero como estábamos limpiando no podíamos disfruta de un buen vlog o broma. También jugamos videojuegos pero terminábamos peleando por los mandos o alguien salía herido. Lo sé, lo sé. ¿Quién sale herido jugando con una consola? La respuesta es fácil de responder, Jeremy. Cuando competía con Zoe y ella le ganaba se molestaba mucho. No porque sea chica sino porque él hacía trampa y aún así ella lo vencía. Zoe sacaba a flote su agresividad de siempre y... el resulta de todo eso es un puto herido.

Kyle contó sus historias de cuando era niño. Viajaba mucho antes de que su hermano mayor entrara a la universidad. Me hubiera gustado vivir esas aventuras. Yo solo recordaba los viajes con mi papá a California para surfear. Extrañaba esos viejos iemos con mis amigos en la playa y los padres a unos metros vigilándonos. Montar olas significaba y significa mucho para mí, a pesar de no haber surfeado en años. Regresaré algún día y surfearé una ola en nombre de mi papá. Antes debería encontrar mi tabla. Los Green hicieron una gran remodelación y nunca supe dónde se encontraba.

Al fin dices algo que me interesa.

Entre tanto se me vino a la mente las escenas con Brooke. Esa chica tenía algo que hacía que se quedara en mi mente por largos ratos. Desde que la vi por primera vez. No era la típica popular que se encierra en su seudo-mundo. Ella tenía algo que me hacía querer conocerla mucho más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.