- Esto es una locura - dije con mi mano en mi frente con desesperación
- La fiesta es mañana, no hay opción - dijo Damon sentado frente a mi apoyando sus codos en sus muslos- solo escúchame
- Ok - dije sin optimismo haciendo una señal con la cabeza para que diga su plan, aunque no estaba seguro de esto
- Sabes algo o ¿Has escuchado de las scort?
¡¿Qué!?
Mis manos pasaron de estar en mi frente a mi cabello, y luego estuve a punto de arrancarme el rostro por la desesperación, como podía decir algo así.
Idiota
- ¿Scort?, ¿En serio? - mi boca dibujo una sonrisa, pero no por qué era una situación cómica, sino porque era estúpida, y Damon solo asintió - ¿Tú quieres que vaya con una scort a la fiesta de mañana?
- Algo así - dijo como si no importase, sonó como si ya lo hubiera hecho un millón de veces antes
AAAAH!!
- Estuve averiguando un poco - continuó ignorando mi evidente preocupación - hay un lugar no tan lejos de aquí en el que quizá...
- Para Damon, - le hice la señal del alto - esto es peor de lo que pensé.
No había pensado demasiado en el plan b de Damon, pero tampoco se me hubiera ocurrido jamás que sería algo como esto.
- No tienes más opciones - me recordó
Y esa era la peor parte, mordí mi lengua.
¿Por qué simplemente no me casaba con Alana? Ah cierto, mi orgullo no me lo permite, simplemente no estaba dispuesto a eso
- ¿Vamos?- dijo ladeando la cabeza hacia la puerta
Suspiré como si mi vida hubiese llegado a su fin.
- Vamos - dije poniéndome de pie
Salimos de su casa, y el parecía ajeno a la situación, incluso podría decir que la idea le emocionaba, lo cual no es extraño, Damon es el tipo de persona que toma este tipo de problemas como una nueva "aventura", en ocasiones era envidiable su manera de ver las cosas pero por desgracia en eso siempre habíamos sido opuestos.
- Es en ese lugar - señaló cuando aún estábamos en el auto, la carretera que nos acercaba hacia allá ya tenía mal aspecto por si sola, así que el bar que estaba ahí no era para nada mejor- No puedes echarte para atrás - volvió a martillar mis pensamientos.
Me estacioné cerca del bar, no era pequeño, pero tampoco era genial, incluso tenía la sospecha de que tan solo en cuanto bajaríamos mi auto quedaría sin ruedas y nosotros sin nada.
Me llevó hasta adentro y le di un vistazo rápido, para empezar las luces eran demasiado tenues, algo rojizas, habían escaleras a los costados que supongo que llevaban a más mesas, la gente de aquí no parecía confiable y también fue fácil darme cuenta de que fuimos el foco de el lugar al entrar, llamamos la atención y en cuestión de segundos algunas edecanes estaban a nuestro alrededor.
- ¿Son scorts? - les preguntó Damon directamente
Acababa de confirmar que mi amigo no es muy inteligente, una bofetada no tardo en llegarle
- Somos edecanes - dijo una de ellas acercándose a él como si fuese a arrancarle la cara de un mordisco o a caerle encima para golpearlo.
Resultaba cómico como Damon daba pasos hacia atrás y aguantaba las ganas de gritar, hasta que se alejaron no sin antes insultarnos y darnos miradas de desdén.
- Bueno te lo mereces - dije apretando los labios para no reírme
- Te estoy ayudando tonto - evidenció
- Pues no hagas ese tipo de preguntas - se me soltó una carcajada y el fingió reír también, solo que con una mueca de desagrado.
- Lo siento - dijo una mujer que ahora estaba frente a nosotros, parecía tener como mínimo 35 años, su vestimenta seguro pretendía ser provocativa pero no lo era - de seguro ella tuvo un mal día, ¿Qué buscan?
- Necesito que alguien sea mi acompañante para una fiesta - contesté antes de que a Damon se le ocurra decir alguna imprudencia
- Una scort - simplificó la mujer con una ceja levantada.
- S sí - dudé
- Ellas están en el piso de arriba - dijo señalando las escaleras
- Gracias - dijo Damon empujándome hasta allá.
No estaba seguro de encontrar nada bueno aquí, pero seguía aquí y tenía que intentarlo
Llegamos y...
Fue decepcionante, tal como lo había imaginado.
- Todas aquí parecen de 80 años - dijo Damon con una mueca
No supe si reír o golpearlo por haberme traído hasta acá.
Todas con exceso de maquillaje, mal arregladas, o mal vestidas
- Es un fraude - dije empezando a voltearme - Vámonos
- Al menos bebamos algo - sugirió con una risilla de disculpa.
- Por favor Damon - dije con un atisbo de enfado - estás loco - ¿No era obvio que este no era un buen lugar ni siquiera para beber?
Afuera mi pobre auto estaba a punto de quedarse sin ruedas y Damon pensaba en beber, y sin importarle nada caminó a las escaleras para ir al tercer piso, por eso yo no podía hacer nada más que seguirlo.
Enseguida se entretuvo con una de las meseras, yo me quedé a la distancia solo centrado en mi desesperación
- Señor, por favor limítese a recibir su pedido - escuché en el fondo
- Te pagaré bien - escuché una voz trémula decir eso
Volví la mirada y era una mesera...una mesera joven, demasiado joven, talvez tenía mi edad
- Sólo será un par de horas - dijo está vez agarrándola del brazo y atrayéndola hacia el, tocó su rostro y luego llevo su mano hasta su trasero.
Seguramente la chica estaba aterrada, porque nadie se acercó a poner orden , ni siquiera lo pensé y ya estaba allí, junto a ellos.
- Caballero, la señorita no está de acuerdo con su petición - dije al hombre que para nada era un caballero, pero a veces es válido mentir
- ¿Tu quien eres? - dijo levantando la vista hacia mi sin soltar a la muchacha, dejando en evidencia que ya llevaba varios tragos encima y quizá algo más.
- Solo déjela en paz - pedí aún sin intervenir demasiado
- Puedo arreglarlo - me dijo la chica, pero su voz temblaba y sus ojos estaban llenos de miedo, no podía dejarla así