Presentación

Me encontré con Raven muy temprano.

Ella lucía diferente a como la había visto en la noche, es decir su piel era un poco más pálida, su cabello más claro, como un cobrizo, y sus ojos eran más verdosos que avellana.

Supuse que no había desayunando aún, así que fuimos hasta una cafetería.

Había algo de tensión entre nosotros, solo nos limitamos a hacer comentarios con respecto al lugar y cosas igual de triviales que esa, era natural tomando en cuenta que éramos un par de desconocidos.

Luego de desayunar, fuimos hasta dentro de un mall cercano, dónde podíamos hablar y ahí, ambos en una banca comenzamos con el acuerdo

- Empecemos - dije esfumando el resto de pensamientos, necesitaba que ahora nos concentremos en esto.

Le hablé sobre lo que haríamos hoy, mi nombre, edad, un poco sobre mis ocupaciones, y trabajo, hobbies, Damon, algunos empleados y...

- Entonces mi padre se llama Yakov y la esposa de el se llama Febe ¿Ok? - repetí

Y con eso terminé de enlistar a las personas que se supone eran más cercanas a mi, de quién mi supuesta novia debía tener conocimiento.

- ¿Y si preguntan algo sobre nuestra relación?- preguntó aún dudosa haciendo y deshaciendo un puño

- Sé que sabrás responder- dije seguro

Aunque honestamente no lo estaba, ni siquiera tenía idea de nada acerca de ella, sería difícil fingir una relación entre dos personas que se han visto por segunda ocasión en la vida, es decir ella podía ser la hija de un mafioso y yo no tenía ni idea.

- Raven - la llamé y me miró - ¿Qué edad tienes?

Recién recordé preguntar ese pequeño detalle, ese y otros en realidad pero no había tiempo más que para saber ese.

- Veinte años- respondió

Fue un alivio para mí que no dijera que tenía 17, o menos.

- Disculpa Mikhail - atrajo mi atención - creo que es importante que sepas que...- mordió su labio inferior - Mi nombre no es Raven- confesó

Empezamos mal, si tiene otro nombre es porque si es la hija de un mafioso ¿No?

- ¿Qué? - no pude disimular mi desconcierto

- Es un nombre que uso para el trabajo, como si fuera otra persona - dijo como si fuese lo más natural del mundo.

Es decir si trabajas como actor o actriz, cantante, escritor o cualquiera de esas cosas es normal tener un nombre de más pero, no por ser mesera.

- ¿Por qué?- pregunté, como si con eso ella fuese a contármelo todo.

- Así evito que me relacionen con temas un poco más privados, es decir dejo de fuera por completo mi trabajo en el bar - comentó sin más con una media sonrisa de labios apretados mientras asentía

- ¿Entonces cuál es tu nombre?- atiné a preguntar, no tenía tiempo para saber mucho más.

Es decir puede ser que ahora mismo estaba haciendo tratos con el demonio pero no había tiempo de saberlo.

- Me llamo Halley - dijo con simpleza mientras uno de sus brazos a acariciaba el otro.

Esto estaba tornándose complicado, Raven era mucho más sencillo de memorizar, y me había acostumbrado a ello.

- Necesito conocer mucho de ti por lo visto - dije con un suspiro, y ella no contestó nada

Esto me estaba cansando, aunque recién estaba empezando.

- Tengo que irme, necesito que compres un vestido bonito para ésta tarde, te quedarás con Zack, El te asesorará en cualquier cosa y pagará lo necesario, así que sigue sus instrucciones por favor

Lo dije más como una orden, porque esto es un trabajo.
Dije eso y Raven o bueno Halley o como quiera que se llame asintió.

Salí del mall y fui a casa, agobiado y cansado.
Odiaba mucho tener que estar en esta situación, siempre había sido difícil para mí estrechar lazos con otras personas y a raíz de la muerte de mi madre se me había hecho prácticamente imposible.
Ni siquiera podía creer que estuviera haciendo esto.

En cuanto llegue a casa fui a mi habitación ignorando las preguntas de Febe, era demasiado interrogatorio para mí y para mí suerte no continuó.
Me recosté en mi cama y de algún modo me quedé dormido hasta que unos cuantos ruidos de casa me despertaron y enseguida un llamado.

- Joven Mikhail, la señorita Halley está preparada - era una llamada de Zack

Me tomé el tiempo de suspirar y pensar de nuevo en lo que estaba a punto de suceder, no había otra opción

Bien ... Iré a verlos en el mall, espérenme un poco.

Si iba a fingir, tenía que hacerlo bien, me puse el traje a mi medida que tenía preparado y salí a ver a Halley, tenía que llegar con ella, y fingir que había ido a verla a casa.

***
Y bueno, en cuanto llegue me costó asimilarlo.
Halley traía un vestido verde esmeralda inusualmente elegante, de forma particular porque no era extravagante.

Talvez era la forma en la que estaba su cabello, o su maquillaje, se veía totalmente distinta, podía pasar fácilmente por una chica nacida en cuna de oro.

Obviamente lo estaba afirmando de esa manera por la forma en la que lucía, pero algo en lo que no había pensado era en sus modales, no tenía ni idea de cómo sería su comportamiento.

¿Y si no sabía usar cubiertos? ¿O lo básico sobre beber una copa de vino?

- Te ves bien - dije después de un trance, no lo iba a admitir, pero Halley ahora mismo parecía una princesa - podemos irnos.

Mi reacción fue simple ante un hecho impactante, Halley se veía realmente bien.
Me despedí de Zack ya que yo me encargaría de Halley de ahora en adelante, y luego de un poco de nervios y ajustes técnicos entre ambos empezamos el camino a casa.

- Te he cancelado ya lo que corresponde a este mes, lo he depositado a la cuenta que me has dado, así que espero que te esfuerces- aclare y advertí después de que ella tomase el brazo que le ofrecí.

- Haré lo que pueda - aseguró mientras caminaba junto a mí

- No Halley - dije lento deteniendo nuestro paso - has que nos crean.

Soy consciente de que con esto puse mucha presión en ella, pero de esto dependía mi libertad, era preferible estar en un compromiso falso a uno real con Alana.
Halley parecía muy agobiada, incluso nerviosa, pero yo no podía hacer nada por ella, porque nunca había sido bueno en entender los sentimientos de los demás, incluso puedo decir que a veces llegaban a molestarme, así que lo ignore hasta que llegamos.