Como una estrella

En la plaza

Cuando estuvimos en el auto empezó a caer unas pocas gotas de lluvia que en cuestión de minutos se tornaron en aguacero, aunque eso ya no fue un lío cuando llegamos al estacionamiento de la plaza.

Ambos nos bajamos del auto, y fuimos sacudidos por una ola de viento.

- Será mejor que vayamos por un café - dije - ha empezado a hacer frío.

Ella estaba frotando sus manos para calentarlas, y solo asintió

Caminamos hasta el ascensor, y como casi siempre que estábamos juntos, o estábamos discutiendo o en completo silencio, hoy nos tocó el silencio

Y llegamos hasta la cafetería, no estaba demasiado lleno pero habían personas, así que fuimos hasta una mesilla un poco en el fondo.

- ¿Que te apetece? - pregunté - iré a hacer el pedido.

- Y ¿Si lo hago yo? - sugirió

Negué con seriedad, aunque en otra ocasión lo hubiese aceptado sin dudar, puesto que en realidad habían sido poquísimas las veces que yo había hecho la fila en algo

- Entonces estoy bien con un cappuccino - dijo con un sonrisa amable que muy pocas veces se daba entre ambos.

Aunque aquel gesto me descompuso algo dentro, fingí total indiferencia y me volteé.

La fila era de unas 10 personas, y en cuento estuve hasta el final suspiré con agobio.

¿Para que había traído a Halley? Realmente no tenía ganas de hablar sobre nuestra falsa relación e inventar un monólogo, pero ya estamos aquí así que tenía que continuar con esto

Las gotas de lluvia que se veían por los azulejos del lugar, me hicieron transportarme por un segundo en mi habitación, en estos momentos tendría que estar allí.

La fila avanzaba con normalidad, y yo permanecía ahí con los brazos cruzados divagando.

Hasta que...

Unas manos un poco gélidas tocaron mi brazo por al lado, reaccioné de inmediato y estuve en estado de alerta, hasta que descubrí que todo aquello provenía de Halley

- ¿Que haces? - pregunté a la defensiva, aunque en cierto modo que fuera ella y no alguien más, me dió alivio.

- Te estabas tardando - dijo con rapidez, lo cual sonó a mentira, no pude disimular mi duda - quise venir a ver si estaba todo bien - añadió.

Mi mirada la recorrió con duda, ahora traía puesta su chamarra de capucha, y en su brazo izquierdo cargaba mi saco.

- Ya ves que está todo bien - dije frunciendo el seño, al tiempo que quitaba su mano de mi brazo.

El gesto pareció molestarle pero enseguida continuó actuando con normalidad, se paró junto a mi, para hacer la fila, mientras avanzabamos un puesto más.

- Puedes esperarme en la mesilla - dije casi como una orden.

- Eh pensado que... - pensó - bueno que, para crear una historia fantástica sobre ambos necesitamos un mejor lugar.

- Claro - dije dudoso - pero no me apetece ir a ningún otro sitio, quiero que nos desocupemos y poder ir a casa.

Ella nuevamente evito su mirada de enfado y continuó

- Bueno, es justo por eso, si creamos una historia rapidito, podemos dejar de vernos antes, no creas que me hace ilusión estar mucho más tiempo contigo.

Era claro que escondía algo, pero no era bueno preguntar, ella podría pensar que me interesa, cuando eso no es nada cierto.

Asentí sin estar muy de acuerdo y avanzamos dos puestos más en la fila.

La chica que nos atendió fue muy rápida y amable, así que en cuestión de nada ya teníamos nuestras órdenes, ella un cappuccino y yo un expresso

- ¿Qué te parece ir al piso de arriba? - sugirió guiándome hasta fuera de la cafetería - tiene una vista bonita, y nos puede ayudar, además...

- Bien - dije caminando al ascensor sin escuchar más

Ella parecía nerviosa, y supuse que podía ser por el café que tenía su bebida, uno nunca sabe que reacción provoca en cada persona.

Así hasta que llegamos hasta arriba, y ubicamos una mesilla con dos sillas.

- Bien - dijo sentándose frente a mi - dime qué se te ocurre para nuestra historia.

- Yo no tengo idea - dije con frustración.

Puesto que en realidad hoy no era un día adecuado para hacer esto.

- Tienes que aportar, porque sino me habrás traído en vano - dijo bebiendo un sorbo de su bebida.

- Tu también - aseveré - que tú también me has traído hasta acá arriba.

Suspiró y meneo su bebida, como si se tratase de un juego

- Podemos decir que fue un día que visitaste una repostería, dónde yo trabajaba y ahí nos vimos por primera vez.

- ¿Una repostería? - pregunté, ya que en realidad yo la conocí en un bar de mala pinta.

Asintió convencida

- Yo trabajaba en una realmente, así que puede sonar convincente

- Y se supone que me enamoré de ti desde aquella vez - dije como un cliché.

Era absurdo todo esto

- Mikhail, tu no estás cooperando, no te atrevas a juzgar mis ideas - reprochó.

Ideas malísimas por cierto, pero tampoco tenía más así que tenía que aceptarlo

- Bueno entonces diré que...- me quedé pensativo mirándola frente a mi, ella estaba dando otro sorbo a su bebida mientras la sostenía entre sus dos manos, seguro buscaba calor - diré que cuando te vi, tu fuiste tan amable como siempre, sonreiste un par de veces y que tus ojos hicieron contacto con los míos de tal manera que no pude olvidarme de ellos nunca más - tragué saliva y sentí mi cuerpo temblar, aunque supe disimularlo - luego a partir de ese momento armé una excusa para verte diario, y...- me callé por un momento al notar que ella me miraba con atención - y no se que más - finalicé desviando mi vista y bebiendo mucho de mi vaso.

- Y que luego nos encontramos un día normal fuera del trabajo, éramos conocidos de vista por lo que no tuvimos problema en hacernos compañía, a partir de ese día empezamos a salir y luego nos convertimos en pareja.

- Ok, creo que eso está bien - dije sin ganas de seguir pensando en ello, quizá el café ahora estaba reaccionando en mi de forma que no lo había hecho antes.

- ¿Hace cuánto? - preguntó




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.