En ti, busqué la verdad,
El destino y la libertad.
En tu abrazo, pude sentir
Todo un sueño hecho realidad.
No lo creo, y cada vez eres más
Mi amor inmortal.
Tan eterno como el mar...
Vuélveme a mojar,
Que en mi piel eres necesidad.
Cuando sentí tu protección.
El dolor murió.
El mar es mi guardián,
Mi religión, su majestad.
Tan pequeño me vuelvo ante ti,
No creo que tengas final.
Con ojos de niño miro aún,
Sin llegar a comprender,
En qué momento de ayer hice bien
Para que Dios te trajera aquí;
A mí.
Cada gota tuya es
Una inmensidad
De cualquier otro mar.
Tu paisaje, por siempre,
Será mi hogar.
Tu oleaje,
Mi modo de andar.
Y tu azul, me vestirá
Glorificándome en la eternidad.
A veces calmo,
A veces con furia imperial;
Me has mostrado otro día más.
Y un millón de amaneceres, sé;
Que, junto a ti, volveré a ver.
Cada vez, llegas más a mí,
Cada vez, llego más a ti.
Cada gota tuya, es una inmensidad,
De cualquier otro mar.
Sé que hoy no podría morir,
Sin dejar de rendirme ante su majestad.
Sé que hoy moriría feliz,
En tus brazos, mi Mar.
GASTOHN