Miro hacia el mar, está revuelto, oscuro, profundo.
Hay apenas un barco solitario, navegando, triste, en la inmensidad.
Me abstraigo, mirando su andar.
Navego, me pierdo, siento que me voy a ahogar...
No sé hacia donde voy, ya ni sé dónde ir a parar.
A veces, me siento ese barco, a la deriva, en el medio del mar.
Y hoy, nuevamente, me encuentro luchando contra las olas.
Es incierto el destino, la única certeza es esto que parece perforar.
¿Será ese hueco capaz de hundirme?
¿O será acaso, hay alguien dueño de mi destino?
¿O seré, realmente yo, quien forje el control de este camino?
¿Es el alma de todos, un barco solitario,
Perdido, tristemente, en esta vida
Que nos dieron sin pedir y que debemos vivir?
¿O soy sólo yo, el único incapaz de vencer la nostalgia de todo,
La tristeza de siempre, la eterna soledad?
Hoy siento "esta" tristeza que duele diferente,
Que pesa, hondamente, que me quiere hundir.
¿Tendrá este mi dolor un remedio?
¿O acaso estoy condenado a navegar solitario, perdido, sin destino?
¿Es esa la condena de todos?
Yo sólo sé que hoy estoy aquí, en este mar.
Otra vez, luchando, como aquel pequeño barco, para no naufragar.
(...)
GASTOHN