Como ve un gato

Capítulo 2: Meowfish

Ya era el momento de cerrar todo, entonces Amel se dedicó a ordenar todo y miró de reojo a su vecino que miraba a la puerta con desinterés, ella esperaba que él se fuera, pero no se fue, él dijo que la iba a acompañar y así lo iba a hacer, Amel agarró una gran bolsa donde llevaba la arena y comida de su gato, él notó que era muy pesada y se ofreció a llevarla, cuando salieron de la pequeña papelería caminaron en silencio hasta la casa de ambos, ninguno articuló una sola palabra entonces ella estaba a punto de hablar para disminuir la repentina incómodidad que sentía. Un bufido hizo que retrocediera asustada y por la oscuridad de la noche no pudo divisar con claridad lo que era, se inclinó un poco para poder ver mejor pero el bufido se hizo mucho más fuerte, entonces en ese mismo momento pasó un auto y la luces reflectivas iluminaron el lugar que estaba sumido en la oscuridad, sus ojos se abrieron sorprendidos al ver un gato gris con lo ojos inyectados en sangre y con la parte inferior de su mandíbula caída donde pequeñas gotas de sangre se acumulaban en el suelo, su cuerpo se tiró hacía atrás contra el suelo, pero ya estaba todo oscuro. Ella sacó su celular y con bastante rapidez encendió la linterna, pero allí ya no había nada, su corazón latía con bastante fuerza, estaba muy asustada, por un momento pensó que había sido todo creación de su cabeza.

—¿Qué pasó? —la voz de él hizo que ella mirara hacia arriba.

Él aún seguía a su lado y la observó por encima de la bolsa, sus ojos la miraron con curiosidad.

—¿No lo viste? —le preguntó Amel al mismo tiempo que se ponía de pie.

—¿Ver qué? —dijo él mientras empezó a caminar desde el momento que ella se colocó de pie.

Ella lo miró y después volvió a mirar al lugar de antes, entonces le siguió el paso, podría decirle lo que vio, pero realmente ella no quería que la mirara como si estuviera loca, porque no lo estaba, entonces lo único que se dijo a sí misma como una excusa era que estaba muy agotada y por eso se imaginó algo así de terrorífico, además era culpa del radio por haberse encendido de una manera tan repentina y haber escuchado esa noticias que para ella eran innecesarias.

—Ah —ella se ríe y se adelanta unos cuantos pasos—, solo me caí, últimamente estoy un poco torpe.

Él vuelve a guardar silencio, siguen caminando hacia el barrio donde ambos viven, a pie queda como a media hora, ella observo el cielo, entonces recordó que él también tenía un gato.

—Verdad que tú también tienes un gato —dijo Amel mirándolo con una sonrisa.

—¿Ah? A sí, sí, sí… —él le devolvió la sonrisa y distraído agrega­—, tengo un gato.

—Nunca lo he visto —dice ella y con mucha más curiosidad le pregunta—, ¿Qué comida le das?

Fue lo único que se le ocurrió preguntar a ella, él parecía más dispuesto a responder esa clase de preguntas que cualquier otra que ella le haga. Aunque esa pregunta lo tomó con sorpresa ella no lo notó, él observo la bolsa que tenía en las manos.

—Meowfish —leyó el extraño nombre de la comida.

—Oh —ella lo codeó—, nuestros gatos comen la misma comida.

Él ignoró su respuesta he internamente le respondió, “claro que no comen la misma comida” él empezó a perderse en sus pensamientos cuando ella volvió a interrumpir la tranquila paz que le traía el silencio:

—¿Cómo se llama tu gato?

Ella estaba empezando a hacer preguntas que eran difíciles de responder para él, tanto que se olvidó por completo que nombre tenía ese gato.

—¿Cómo era que se llamaba? —murmuró en una voz tan baja que ella no logró escucharlo.

Entonces un pequeño recuerdo le iluminó su confundida cabeza y pudo recordar como se llamaba el gato:

—Nium —dice él.

—Oh —dice ella y se ríe—, tu gato tiene un nombre muy tierno.

Él sonrió a medias y se detuvo cuando vio la casa de ella, le entregó la bolsa y se despidió con rapidez, tenía muchas cosas que hacer y se había tomado un tiempo muy largo en volver a la casa.

—¡Buenas noches Tamiel! —gritó ella cuando él estaba pasando la carretera, él se giro e hizo un ademán con la mano en señal de despedida y entró en la casa.



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En el texto hay: asesinos, relato corto, complices

Editado: 27.10.2020

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