Como whatsappear un te quiero

DÍA 6.

DESCONOCIDO.

La palabra dañar se define como: causar detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia. Es una palabra que en este mismo instante estoy a punto de gravar en mi piel. Una palabra que perseguirá a Bianca como una si de una sombra se tratase; pues temo que por mi culpa no vuelva a confiar en nadie, no vuelva a sonreír.

 

BIANCA.

Hoy es el gran día. Hoy por fin conoceré a mi admirador. Podremos cogernos de la mano por fin, mirarnos directamente a los ojos al mismo tiempo que nuestros labios se juntan en lo que se llama un beso perfecto. Estoy nerviosa. Siento mi corazón latir velozmente, tan rápido como las alas de un colibrí.

Siempre que me encuentro nerviosa tiendo a vestirme con tonos verdes que me transmiten calma y rojos que me infunden seguridad. Además, si estos se deben al hecho de una cita tiendo a salir con bastante antelación, llegando a mi destino con tiempo suficiente.

Salgo de mi casa a las 11:15, a pesar de que hemos quedados a las 12:00 en la entrada del Parque de Retiro. Llego a las 11:40 a este, por lo que decido aguardar a mi admirador dentro sentada en un banco, bajo la sombra de un árbol. Nunca me habría imaginado la ironía que vendría a continuación. Una ironía que se resumía en una joven llorando bajo al que llaman el sauce llorón, por el hecho de que su admirador no se presentó a su hora y no contestó a los mensajes que esta escribía entre lágrimas de dolor.

12:00

-Bianca: Ya estoy dentro del parque. Me encuentro sentada bajo un sauce, a la sombra. Estoy deseando ver quién eres. Tan pronto llegues avísame para ir a la entrada.

12:15

-Bianca: ¿Ha ocurrido algo? Me estoy empezando a preocupar. Por favor contéstame.

12:22

-Bianca: ¿Por qué no me escribes? ¿Es que acaso esto se trataba de una broma para ti?

12:30

-Bianca: Si esto era una broma, quiero que sepas que has ganado. Has conseguido hundirme de nuevo. Has hecho que mi corazón se haya quebrado de nuevo, en tantos pedazos que creo que jamás podrá sanar. Lo has conseguido. Enhorabuena. Has hecho que no vuelva a creer en el amor.

A continuación de eso apago el móvil y me acurruco bajo el árbol. Me abrazo a mí misma, al tiempo que sustituyo mi sonrisa verdadera, por una máscara de dolor y tristeza. Mi llanto se mezcla junto con el ruido transmitido por los transeúntes del parque y con el de una sirena. La sirena de una ambulancia, el peor de los ruidos para mí.

Se conoce como destino: la fuerza sobrenatural que actúa sobre los seres humanos y los sucesos que éstos enfrentan a lo largo de su vida. El destino sería como una sucesión inevitable de acontecimientos de la que no podemos escapar. Nunca había creído en el destino con anterioridad, hasta el día de hoy. Hoy acepté que mi destino es sufrir, vivir en la soledad. El motivo de este pensamiento se lo debo al que creía que era mi gran esperanza, mi admirador.

 

DESCONOCIDO.

Hoy la veré cara a cara por fin. Le diré mirándola a sus hermosos ojos lo mucho que me gusta, lo mucho que me ha gustado siempre. Antes de salir de mi casa agarro el pequeño ramo de flores que le tengo preparado. Es un ramo de claveles rojos y blancos. Elegí estos por una pequeña historia que la dueña de la floristería me conto y que decía así:

Érase una vez un mago que convirtió a una doncella en clavel para salvarla de un malvado cocinero que quería matarla. Ya convertida en flor, el mago se la llevó en el bolsillo para ir a ver al rey a pedirle que condenara al cocinero. Por eso, cuando dos personas van a una cita a ciegas sin conocerse se colocan un clavel en el bolsillo, para poder reconocerse entre la multitud.

Estas representaban tan a la perfección nuestra historia, por el hecho de que yo era un desconocido para ella que las acabé comprando.

Voy caminando por la calle con mi ramo, ensayando mentalmente lo que voy a decirle, para no equivocarme cuando llegue el momento. Son las 12:00 exactas cuando me llega un mensaje de Bianca, avisándome de que ya se encuentra en el parque. Me alegra tanto saber que no se ha echado atrás y que tiene tantas ganas de verme como yo a ella, que no lo veo venir. No veo venir a aquel coche, cuando me encontraba cruzando la calle para llegar justo a la entrada del parque, y que impacta conmigo dejando tras de sí un montón de claveles esparcidos por la carretera, y a una chica con el corazón a punto de romperse posiblemente.



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En el texto hay: romance joven, drama y romance, amor ciego

Editado: 24.11.2018

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