Para ganar hay que perder

Cada vez que te acercabas a mi por detrás me traías a la realidad con tus manos sobre mi cintura. La verdad nunca me dejabas estar en mi mundo porque desde que te distes cuenta que andaba distraída mirando no sé qué, me diste una pequeña palmada suave en la mejilla haciéndome despertar de mi imaginación, luego me besaste los labios y no paraba de sonreír como estúpida en los camerinos para después salir ambos tomados de las manos. Para el concierto de 'hysteria'.

Cuando te acompañaba a algunos conciertos, dejaba a mis hermanos bajo el cuidado de Malvin y sus dos adorables hijas que ya crecieron. Él Tenía como 4 o más trabajos dentro de la banda, en su presencia me puse a reclamarles indignada a ustedes por su largo número de trabajo, ni que fuera un esclavo de la banda. Pero según él, el trabajo dió sus frutos. Me acuerdo cuando lo conocí con su típica frase favorita. "Hola, soy Malvin. Quieres besarme". Aún me causa risa, da igual es un gordito bien simpático, actualmente anda viajando por todo el mundo por lo que no se mucho de él.

Amaba verte por detrás aunque tuvieras un pedazo de trasero de igual forma me gustabas sin importar que, toda tu silueta para mí era arte aún cuando te movias con la guitarra, aunque me dijiste que esto era al revés, por las constantes nalgadas que me dabas. Te voy a seguir recordando esta palabra antes de poner fin a nuestra discusión; si yo soy tu musa, tú eres la cosa más bella. Porque si, cuando me confesaste que en cada composición yo era tu musa al estar siempre en tu cabeza yo me quedé sorprendida no podía salir de mi estado de sorpresa, me sentía valorada y la cosa más preciada me puse a llorar en tus brazos porque para mí igual lo eras, eras oro una joya que no quise perder jamás de mi custodia, nadie me hizo sentir lo que tú me hacias sentir a mi. Que bello y horrible puede ser el amor.