Compañeros Destinados: El Alpha.

VI

Hola personillas.
¿Como estáis?

Estoy reescribiendo los capítulos que llevo, es tedioso pero vale la pena.

Pregunta del día:
¿Café o chocolate caliente?

Os adoro moco🌼

🐺🐺🐺

¿Nunca os ha pasado qué os negáis miles y miles de veces en ir a un lugar y al final váis de todas formas? Bueno, que a mi me está pasando.

Quiero irme a dormir.

Es sábado, día en que se celebra la fiesta de bienvenida de Cole. La noche cayó y las estrellas se aglomeran en lo alto del cielo, acompañando a la hermosa luna cubierta por ligeras capas de nubes. Es fresca y la brisa sopla ligeramente, lo suficiente para que los cabellos se alboroten.

Bueno, que lo míos siempre lo están.

Me encuentro en el asiento de Atrás del coche de Thomas. Y no es que sea el viaje mas bonito que haya tenido, pues ver a estos dos metiéndose mano no es un momento para ser grabado. 

Me negué los números existentes de veces en venir, pero tanto Brittye como mamá y el nuevo grupo de amigos caninos, me obligaron a asistir. 

Voy a matarles con un pincel de plástico.

Ja.

No se salieron del todo con la suya, pues el atuendo que traigo hizo que mamá y Brittye hiperventilaran por un rato. Me río internamente por eso.

Muaca Muaca.

Cogí unos pantalones de deporte pitillos color rosa, cual es algo mono por ser un poco peludo. Una sudadera blanca holgada, cual combina perfecta con las airs del mismo color con algunos tonos en fucsia. El cabello lo he atado en una coleta alta y mi cara está libre de maquillaje.

Que era esto o venirme con la pijama de Barney.

Ja.

Dado que aún tengo el puto yeso, ando en muletas como vieja de 50 años. De vez en cuando Thomas se apiada de mi y me carga; pero es eso, de vez en cuando. Y ni que decir de Jonas,que se fue desde temprano para evitar cargarme. 

Es mas, cito sus palabras «si te veo en la fiesta no te conozco, pues no te pienso llevar encima »

Es para ahorcarlo.

—. ¿Podriáis dejar de meteros mano? No es muy agradable verlo en vivo y en directo —reprocho con los brazos cruzados sobre el pecho.

Escucho la risa de los dos y esto sólo hace que les quiera tirar la puerta encima.

Miren que todavía tengo la regla.

Je.

—Eh, Cassie —el coche es aparcado en el mini estacionamiento de la mansión del alpha Tyron. Thomas se gira a mirarme con una sonrisa burlona —Ya es hora de que te consigas un novio, o que alguien te proclame como suya.

Ni en tus sueños mas húmedos, pijo.

Le enseño el dedo del medio restregándole cuanto me importa el comentario.

Abro la puerta y saco medio cuerpo para apoyarme y coger las muletas. Una vez pisando suelo, me afinco en ellas.

Los otros dos salen y se pocisiona a mi lado, contemplando la linda casa.

Y bueno, que no es una pequeñita casa tampoco.

Es una mansión blanca con ventanales enormes y cortinas oscuras que impiden ver hacia el interior. El camino a la entrada es de ladrillo, perfectamente limpio y encerado. Hay una fuente ni muy grande ni muy pequeña cual forma es la letra W, inicial del apellido de la familia. El jardín tiene todo tipo de flores y está bien cuidado, pero las margaritas de colores sobresalen entre todas. El césped está bien podado y es de un verde parecido al de una pradera. Tiene una cochera pequeña, muy bien podrían caber cuatro coches en ella.

En pocas palabras, es hermosa.

Valla, Cole debe ser feliz siendo hijo único.

El estacionamiento esta lleno de coches y la música suena desde la terraza. Los tres nos miramos con sorpresa y la primera en romper la botadera de babas que tenemos es Britt.

Menos mal. Me estaba quedando sin saliva.

Je.

—. Dichosa es la tía que se empareje con el nuevo Alpha —Britt suelta un silbido, de esos que los hombres hacen cuando ven a una mujer que está buena.

Valla, por poco y le salen bolas.

Los dos asentimos en concordancia. Las palabras de brittye me han estrujado un poco el estómago, como si me hubieran caído mal. No me imaginaria a Cole en brazos de otra.

Culpo a la regla de esto.

Después de lo de anoche —me refiero al sueño que tuve con Cole—no pude dormir, pues la imagen de sus ojos escuros y la textura de la lengua húmeda me alumbraban como pesebre. 

Llamenme loca o chiflada —eh, pero tampoco se pasen con los motes—, pero desde aquellas imágenes fantasiosas no paro de coger la cadena con el dije de luna y mirarla. Brilla como los ojos de chico y es hermosa como él.

Necesito agua fría.

—Vamos, Cassie —la voz de Britt me hace despabilar, alejando aquellos impulsos de coger la cadena y verla como psicópata. 

Caminamos poco a poco por el mini estacionamiento y Thom nos dirige hacia la parte trasera de la mansión, donde unas escaleras dan a la terraza. Thomas me coge en brazos y Britt toma las muletas, subiendo de a poco los escalones.

Si abajo era lujoso y fino, arriba parece como Dubai en versión pequeña. 

Siento que mis ojos exprimen oro.

Je.

Thom me baja al suelo y vuelvo a apoyarme en las muletas. Siento la necesidad de cerrar la boca por tanta tortura lujosa.




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