Compañeros Destinados: El Alpha.

VII

Gentecilla muy bella.
¿Como estáis?

¿Alguna vez han visto el gato con botas?
Bueno, cuando el gato descubre que el gato que roba es una gata, otro gato hace algo parecido a un "uhhhh".

Si os acordais de esa parte, ya sabréis como hace el lobo cobrizo.

Os adoro moco🌼

🐺🐺🐺

 


La carretera estaba desolada y sólo teníamos a la luna de compañera. La noche no era penumbrosa sino despejada, pero aún así cualquier ruido te dejaba un atisbo de terror en la piel.

Si estuviera andando a pie, estaría cagada.

Y como no, si eran las dos de la mañana y nadie en su sano juicio estaría por aquí. 

Ni el coco.

Brett se apiadó de mi y me dió el aventón a casa, ya no quería estar en esa fiesta y el ambiente se había vuelto algo descontrolado.

Y tampoco es que quería ver a Cole restregandose con esa rubia.

—. ¿Tan aburrida estaba la fiesta? —el chico tenia la vista fija en el camino, tan siquiera ni parpadeaba.

No, hombre. Hasta me quité el yeso para bailar.

—. Tenia sueño, Brett.  —al lado derecho de la carretera un lobo gris algo viejo rondaba la zona. «Debe de ser un omega»,me digo.

A estas horas los lobos del grupo de mando están vigilando los alrededores de la manada, pues nunca se sabe cuando los intrusos quieran aparecer.

—. Yo también tengo sueño — bosteza haciendo que se le escape una lagrimilla soñolienta. 

No es que yo tenga sueño «Bueno, un poquitín la verdad», pero ver a Brett bostezar hace que yo también lo haga. 

Aunque en vez de bostezar decente, parezca como si me comiera un caimán.

Ja.

—. ¿El gran Brett Till se aburre en una fiesta? —finjo estar sorprendida. El chico al volante suelta una risilla —. Me sorprende.

—. Cuando has ligado con la mayoría de las chicas en una fiesta, te fastidia en el lugar — se encoge de hombros. 

Vale, tampoco te estaba pidiendo detalles.

Cruza una curva que deja ver la zona de los vecindarios, las casas son muy parecidas y todas tienen un estilo colonial.

—. Eres un ególatra —hago una mueca de asco provocando que se ría.

Nuevamente el silencio invade el espacio.

Recuesto la cabeza en la ventana observando la luna que se cierne sobre nosotros. Hermosa, la luna es realmente hermosa. 

A veces presiento que ella quiere hablarme. Es como si con tan sólo verle me transmitiera algo. Ahora esa sensación es mas que nunca, pues desde que Cole me ha regalado la cadena, me siento conectada con nuestra madre.

Recuerdo que mamá me contó algo de esto, dijo que existe una joya que está hecha de un pequeño trozo de la luna. La mujer que posea dicha joya tiene el deber de cuidar de su pueblo, ya que de cierta forma ella y la luna están conectadas. 

Me pareció un tanto ridículo escucharlo pues es algo fantasioso para mi, pero para los licántropos es un regalo, y es que ellos mas que nadie tienen cierta unión con ella y le necesitan como necesitan del aire para respirar.

—. Necesito un consejo —salgo de mis cavilaciones cuando escucho la voz de Brett.

Le miro como si le hubiera salido una teta. 

O es que anda borracho, o en verdad y tiene sueño.

Ja.

—. ¿Y desde cuando tu y yo somos amigos tan íntimos? —arqueo una ceja.

Aparca el coche frente a casa, donde ni me había dado cuenta que habíamos llegado.

Oh, que si tengo sueño.

—. Desde que me he enterado que te gusta ver revistas porno —El chico a mi lado posa una sonrisa maliciosa en sus labios.

Hombre, si siempre te he considerado mi mejor amigo.

Empiezo a hacer las muequitas raras, sintiéndome rendida ante el descubrimiento del secreto que compartía con Britt. 

Cruzo los brazos sobre el pecho soltando un suspiro.

Mataré a Brittye.

—. ¿En qué quieres que te aconseje, Brett? —mascullo entre dientes. 

Escucho el fuerte aullido de un lobo pero ignoro el hecho, es normal escuchar a los lobos por aquí.

Ojalá venga ese lobo y se coma a Brett.

Je.

—. Es complicado — tiene al vista al frente, pues parece que está organizando las ideas en su cabeza. Le doy su espacio para que piense, quedándome en silencio escuchando el aullido del lobo.

Se me da que ese lobo tiene retorcijones de estómago.

Ja.

—. Verás —trato como puedo de prestarle atención pero el aullido del lobo me está irritando, así como me está irritando tener la regla—, he encontrado a mi mate, Cassie.

Cuando estas palabras salen de la boca de Brett, una sonrisa aparece en mi rostro. Aunque se deforma un poco al escuchar el aullido de aquel lobo.

O calláis al lobo o le aviento un balde de agua.

Ja.

—. Esa es una buena noticia, Brett —él ni siquiera me mira, solo un ceño arrugado hace presencia en la expresión que tiene —. No entiendo para que quieres un consejo, si para ti es fácil ligar con chicas.




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