Compañeros Destinados: El Alpha.

VIII

 

 

Cuando una chica con una vida aparentemente normal un chico guapo le confiesa su amor, una explosión en su estómago siente. Ahora, cuando una chica con una vida en donde lo normal no existe un chico guapo le dice que es su mate,  la explosión es un poquitín mas abajo.

Esta parte está Censurada

Je.

En el momento que Cole soltó esas palabras mi corazón se puso patas arriba, no podía tan siquiera ni pestañear y mis ojos eran como los de los muñecos de plástico. 

No sabia qué hacer ni que decir al respecto porque no todos los días te dan esta noticia, lo único que hice fue pedirle a papá que me llevara hasta la habitación. 

Necesitaba analizar las cosas.

Ya han pasado cinco días de aquella madrugada, cinco días en que no he visto a Cole. Me había acostumbrado a verle en mi casa y de cierto modo me hace falta, pero ahora no estoy segura de poder enfrentarle y es que todavía no proceso esa información.

Sólo estoy segura de una cosa: soy mate del Alpha.

Santa Inmaculada.

Si, sé que algún día tengo que sacar el tema a flote y con él en especifico, pero no tan rápido. Apenas y he cumplido 16 ¿Como voy a tener la gran responsabilidad de ser pareja de un lobo? 

Mas grande aún, de ser pareja de un Alpha. 

Pero no voy a negar que me siento atraída por Cole, desde que lo ví sentí algo tan raro y lindo por él que me obligó a alegrarme por verle y hablarle. Ahora sé que es y tengo miedo de lo que pase mas adelante.

—. No puedes vivir encerrada toda una vida, Cass —reprocha Britt desde al otro lado de la mesa.

Bufo y me ato el cabello en un moño desordenado, recostandome en la silla del comedor. 

Mi casa es pequeña, por lo que la cocina y el comedor están en una misma habitación, mamá tuvo que hacer maravillas para acomodar todo. Todavía me acuerdo la vez que dormí en el baño, mamá tuvo todo patas arriba y no había espacio para tirar el colchón.

Mira que no es muy bonito dormir en la ducha.

Ja.

—. Los topos viven encerrados —la chica de cabellos negros rueda los ojos, escucho como mamá bufa desde el otro lado de la cocina —. Si ellos lo hacen, no veo por qué yo no.

Además, que tampoco me preocuparía en bañarme.

Je.

Mamá empieza a buscar los platos dejándolos en la mesa. 

He invitado a Britt a cenar pues los hombres de la casa tienen una reunión con el grupo de mando, no queríamos cenar las solas y un poco de compañía no nos venía mal. 

Tampoco es que quería ver a mamá mover la comida con la mirada.

—. ¿Te quedas a dormir, Brittye? —pregunta mamá. 

Britt niega con la cabeza.

—. Le prometí a Thom quedarme hoy con él, necesita la compañía de su mate —Guiña un ojo.

Ambas sueltan una risilla cómplice. Mate, esa palabra me da un vuelco en los pulmones, me es difícil escucharla ahora que sé que tengo uno.

Y que compañero

—. ¿Está en la reunión aquella? —pregunto cambiando de tema.

La chica asiente en respuesta ayudándole a mamá a servir la cena.

—. Si, fue junto a su padre. El alpha Tyron quería acordar el día de la sucesión —sirve el pollo en tres platos, recionandolo de igual forma para las tres. 

Miro los platos como si me los quisiera tragar de un solo bocado, y es que tengo un hambre de hombre.

Que soy capaz y me como un caimán.

Ja.

—. Esos chicos deben de estar saltando de una pata —mamá se sienta con nosotras empezando a degustar la cena.

Está buena.

—. Ni que lo digas —comento por lo bajo. 

Llevo un bocado a mi boca mezclando los sabores.

Que digo, está buena.

Ja.

—. Sobre todo el nuevo Alpha —comenta Brittye con picardía ocultando la sonrisa en el vaso de jugo. 

Casi me atraganto con la comida pero lo disimulo tomando el zumo.

Se me ha ido un hueso.

Je.

Debajo de la mesa le doy una patada en la pantorrilla a Brittye, esta no hace una mueca de dolor por lo que frunzo el ceño ¿Es que es de hierro, acaso?

¡Pero si le he dado con el yeso!

—. ¡Que me ha dolido! —Mamá pega un grito sobando su pierna. 

Abro los ojos como platos al ver que no he atinado al punto que quería. Mamá me acuchilla con los ojos y le sonrío lo mas inocente posible.

Creo que le he dado a la pantorrilla equivocada.

Je.

Britt suelta una carcajada pero se calla al ver como la fulmina con la mirada, empezamos a comer de nuevo y sin patadas de por medio.

Ja.

—. ¿Como vas con tu vestido, Brittye? —mamá apunta a la chica con el tenedor. 

Mi cara empieza a hacer aquellas muequitas «¿Es que no pueden comer sin nombrar los temas que no me caen?» A como sigan así, la comida me va a caer mal.




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