El ambiente dentro de la casa de la Familia Sullivan, era lúgubre, la tristeza rondando por todos los rincones y un pequeño niño de 9 años, se encuentra con la mirada fija y pérdida en los rosales de su recién difunta madre.
-Henry- dice la mujer abrazándolo.
-Mi Emma, mi Emma me dejo Sofía- menciona entre lágrimas, se separan y otro abrazo lo acobija.
-Siento mucho tu dolor, pasamos su enfermedad juntos Henry y sé que juntos… también superaremos su pérdida-
-Gracias Oliver- se separa, pasando el pañuelo por su rostro, quitando la lagrimas más recientes.
-¿Y los chicos?... ¿cómo lo han tomado?- inquiere Sofía buscando con la mirada.
-Ahh Sofí, Harry es un adolescente y entiende un poco más la enfermedad que se llevo a Emma, pero mi Paul- suspira pesadamente girando su miranda al jardín.
-Él aún es pequeño… siempre ha sido pegado a Emma y… y fue justo él, mientras le leía una historia cuando mi Emma nos dejó- comienza a llorar nuevamente, haciendo que la pareja derrame unas lágrimas, compartiendo su dolor.
-Mi Paul es tan alegre, feliz, llena la casa con su risa y- señala donde el pequeño está observando el jardín de su madre -ahora ha estado así, no quiere hablar, no quiere comer… tengo miedo que mi Paul se apague y no vuelva ser el mismo de siempre… tengo miedo que él también se apague-
-Mami- una pequeña nena se acerca a Sofia -¿Qué le pasa al tío?- pregunta inocente, se acerca a Henry y le pasa su muñeca favorita.
-Tío toma, ella se llama Irma, cuando estoy triste me abrazo a ella y se me pasa- la nena coloca la muñeca en manos de Henry y se separa mirándolo con una sonrisa.
-Cuando te sientas mejor me la devuelves, yo no estoy triste- lo abraza por una de sus piernas, dejando a los adultos presentes anonadados -Mami ¿puedo jugar al jardín?-
-Si amor- le responde tocando su cabello -mira allá esta Paul, esta triste como tu Tío, puedes ayudarlo a que se sienta mejor- la nena afirma con su cabeza y se dirige al jardín.
-Tienen una hija de buen corazón, siempre lo he dicho- menciona Henry observado como camina al jardín.
-Sí- afirma Oliver -ya Carmen viene con Mateo, justo ayer lo mandamos con mi hermana, a que pasara el fin de semana, él no quería ir, por estar con su amigo- expira pasando una mano por su cabellos -creo que los niños son mas intuitivos, que los adultos-
-No te preocupes por Paul- Sofia pasa su brazo por los hombros de Henry -veras que tendrá mucho amor a su alrededor y ninguno dejará que se apague-
-Eso te lo podemos jurar- dice una voz a sus espaldas -no vamos a permitir que se apague.
-Olivia- menciona Sofía abrazándola -siento mucho tu dolor, se que Emma no sólo era tu prima, era como tu hermana-
-Si- se separan limpiándose un par de lagrimas -se que ahora esta mejor y libre de ese Cáncer que apago su vida estos últimos 3 años, la recordare alegre, feliz, como era ella y así estaré por ella- dice con la voz entrecortada y haciendo una sonrisa, pero con la mirada de profunda tristeza.
-Hermano, Oliver, Sofia- dice el hombre que acompaña a Olivia a manera de saludo -Ya tengo listos los documentos, la funeraria ya esta lista sólo espera mi aviso, necesito es que firmes una autorización-
-Gracias Alberto, gracias por ocuparte de todo- no termina de agradecer cuando un pequeño llama la atención de los adultos presentes.
-Tío- se aclara la voz -¿Dónde está mi primo?- el niño tiene los ojos rojos evidencia de que estuvo llorando, pero denota temple y seguridad, digno de un adulto.
-Leo- Henry lo abraza -esta afuera en el jardín-
-Bueno- responde Leo -creo que iré a verlo- levanta su mirada a todos los adultos -me necesita, permiso.
-No vamos a dejar que se apague, nadie lo va a permitir- repite sus palabras Olivia, tomando de las manos a Henry.
-Papi ¿quién se va apagar?- una voz infantil interrumpe a los adultos-
-Nadie mi amor- su madre se agacha a su altura, hablando en lenguaje de señas, coloca un mechón rebelde que se ha salido de la coleta -no vamos a dejar que nadie se apague-
-Pero…- responde pensativa hablando y respondiéndole a su madre en el mismo lenguaje -si se apaga, lo volvemos a encender y sino- se torna pensativa y luego golpea su puño derecho contar la palma izquierda.
-Bueno siempre le podemos dar con el bate de Papá para que no...-
-Ok, ok, es suficiente explicación Amanda- su madre se levanta y hace una sonrisa forzada, su esposo sonríe y lo golpea con el codo.
-Así es- dice su papá orgulloso -si no es por las buenas, entonces por las malas, tu puedes mi princesa, empoderada, independiente y capaz- le da un sonoro beso en la mejilla que la hace sonreír-
-No entendí nada- dice Henry con una leve sonrisa -pero por lo que dijo la pequeña Amanda, creo que me agrada su idea- los adultos ríen entre lagrimas y la niña no entiende que les pasa a los adultos, ella rueda los ojos y se aleja en dirección al jardín al ver unos niños ahí.