-Te lo digo en serio, amor- comenta con leve emoción, haciendo que su esposa sonría.
-Oliver…ellos tan solo son amigos y desde hace mucho tiempo- sentencia Sofía ocultando una sonrisa -no sé, ¿por qué dice eso?-
-Oh vamos- señala mirando a la banca del Jardín. -Paul, ha visitado esta casa más que tu madre… y no precisamente para pasar tiempo con Mateo- puntualiza.
-Además, el muchacho está en la Universidad… a cuatro horas de distancia y llego justo para bailar el vals con Amanda- explica, colocándose al lado de su esposa, observando al par de jóvenes.
-Muy bien- Sofía deja su taza en la mesa ratonera y fija su mirada en su esposo -Son amigos, eso es un hecho, todos sabemos que Amanda siente cierto enamoramiento por él-
-¿Enamoramiento?, pshh- gira a mirar incrédulo a su esposa -vamos Sofí, eso no es sólo enamoramiento…- se acerca a ella, observando a su alrededor y le susurra a manera de secreto.
-La semana pasada fueron al cine, los chicos pensaban que estaba en una cita, pero- observa nuevamente a su alrededor -pero, resulta que estaba con una compañera de clases y… con Amanda- afirma con la cabeza, Sofía suprime una sonrisa y lo mira asombrada -si… fue cuando el vino por Amanda al cine, ¿recuerdas?-
-Al grano Oliver- Sofía cruza sus brazos y lo mira.
-Pues, que no era una cita, porque estaba con Amanda… vamos Sofí, no entiendes-
-¿Y que se supone debo entender?-
-Que ganare una apuesta- susurra frotándose ambas manos y sonriendo ampliamente.
-Oliver Johnson- menciona de manera severa una voz a sus espaldas.
-Escúchame bien- dice uno de los recién llegados, señalándolo con el dedo -no vas a ganar nada, Tu… lo fuiste a buscar e incluso sobornaste al Decano, para que adelantara la hora del examen-
-Gerardo, por Dios… estas exagerando y…- responde Oliver, rodando los ojos.
-¡EXAGERANDO!… estas jugando sucio- exclama girando su mirada a Sofía, quien está tratando de ocultar su risa -Sofía querida-
-Sucio estas jugando tu- dice otro de los hombres -o vas a negar que fuiste a la universidad y modificaste todas las clases de tu hija, para evitar que se cruce con Leonardo-
-No sé, de que hablas Williams...- menciona Gerardo con fingida inocencia.
-No sé, ¿por qué siguen con esto?- habla, el ultimo hombre al entrar -ya deberían rendirse y dejar la apuesta en empate-
-¡EMPATE!- un grito unísono llena el ambiente del salón.
-Claro- responde de manera obvia -a ver… Paul pasa más tiempo con Amanda y… Gerardo se encarga de evitar que su hija se encuentre con Leonardo, en cualquier parte y eso incluye facultad, reuniones o lo que sea- puntualiza -así que olviden la apuesta ya- dice un muy relajado Henry.
-¿Apostaste a nuestra hija?- pregunta Sofía, fingiendo indignación.
-¡¿QUÉ?!, pshhh- Oliver mueve sus manos abriendo sus ojos desmesuradamente -claro que…-
Sofía, dirige una mirada a los hombres del salón y todos agachan la mirada, ella se acerca a su esposo, toma su barbilla, mirándolo fijamente y arqueando una ceja.
-Siiii- confirma derrotado; la mujer niega con la cabeza.
-¿Cuánto apostaste?- pregunta Sofia directamente a su esposo, soltándolo.
-50- menciona, en medio de un susurro.
-Amm, amigo, cof, cof, te falto el mil- menciona sonriendo Henry a su amigo.
-¡Apostaste 50 mil!- Sofía corre en dirección a su esposo, golpeando detrás de su cabeza.
-¡Auch!.... Sofí sé que no tuve que…-
-¿Cómo vas apostar 50 mil?, es nuestra hija Oliver- Sofía dirige su mirada a Gerardo, señalándolo -que sean 100mil- dice con voz contundente dejando a todos los hombres con la boca abierta.
-Awww no Sofía, no, no- Gerardo comienza a negar con ambas manos -Tú no puedes, aham, no Señor-
-Sofía, creo que en esta estoy de acuerdo con el hijo de Mami de Gerardo- Alberto señala con el pulgar a un muy molesto Gerardo.
-Deja a mi madre en Paz- puntualiza Gerardo, que, si no fuese por Henry y Oliver, le alcanza la yugular
-Gerardo Cálmate- reclama Alberto -estamos de acuerdo en algo, deberías relajarte… en fin, Sofía, no aplica tu apuesta, lo siento-
-Bueno, pero legalmente la apuesta es la mía, ella solo hizo una sugerencia- dice Oliver haciendo que los demás queden pensativo.
-Así que… subo la apuesta a 100 mil-
-NO, NO…-
Ellos continuaban el dilema sobre la apuesta… Sofía llamaba a los representantes de esos niños… díganse sus Esposas. Mientras tanto, en el jardín de esa casa, conversaban entre risas unos jóvenes.
-Te prometí que siempre iba a estar contigo, Manda-
-Osito, casi me muero, pensando que no vendrías-
-Y perderme tu primer baile, jamás… además tu Papá, casi termino el examen por mi-
Un ruido, de algo partiéndose en el piso y un “LO SABIAAA”, hace que la pareja gire hacia la casa, buscando el origen del sonido, observando a tres hombres alejándose de la ventana y a un cuarto riendo y siendo halando.
-¿Ese, era tú Papá?- pregunta confundida Amanda.
-Si… y creo que el tuyo también- responde rascándose la parte de atrás de la cabeza. Ambos se miran y rompen a reír.
-¿Y cómo está Carlota?- Amanda elimina su sonrisa y su rostro se torna serio -es muy bonita tu novia-
-Está muy bien, es más- Paul saca de su bolsillo una pequeña bolsa de terciopelo, entregándosela -te envía esto, dijo que no era mucho, pero que… espera, ella no es mi novia, pshh, sabes que yo no estoy interesado-
Amanda lo mira cabizbaja abriendo la bolsa, sacando un hermoso dije en forma de oso, con una pequeña nota.
-Manda- Paul llama su atención, al verla mirando de manera fija la nota.
-Manda, hey, ¿estás bien?- pregunta inquieto, tocando su mano.
-Paul- Amanda respira profundo, estira su espalda y lo mira directamente a los ojos.
-Paul, ¿quieres ser mi novio?- un silencio incomodo se forma entre ambos y la valentía de la cumpleañera se desplomo.