Complemento Perfecto

Cuando Se Aprovechan de Nuestra Inocencia

-Hermano, ¿para que me mandaste ese mensaje?- inquiere Leo sentándose frente a Mateo.

-¿Yo?- se señala curioso -pero si tu fuiste el que me escribió.

Ambos amigos se miran, ya que cada uno recibió un mensaje del otro, para verse en ese sitio.

-Me estas diciendo, ¿qué no me citaste aquí?-

-Leo, deja de decir ridiculeces- Mateo resopla.

-Yo, no te envié nada, tú tampoco lo hiciste… espera, si ninguno le escribió al otro, ¿Quién nos escribió del número del otro?-

-¡Wow! Tengo que confesar que cuando vi la dirección, me sorprendí mucho, quiero decir, pensé que nos veríamos el viernes o incluso en el tu oficina, pero ¿aquí?... es nuevo- expresa Paul, llegando al apartado y llamando con la mano a un camarero.

-¿Fuiste tu?- dicen al unísono Mateo y Leo.

-Buon pomeriggio- dice una voz entrando al reservado, haciendo girar a los tres amigos.

-¡Nonno de mi vida!- Paul se lanza abrazarlo.

-Si tanto me extrañabas, ¿por qué tenias dos semanas que no nos visitas?- Nonno le reclama a Paul, que lo mira apenado.

-Y eso va para ustedes también- señala a Mateo y a Leo.

-¡Ahh Nonnito!, es que no sabes lo que nos ha pasado- Paul se aparta, mirándolo con ojos de perrito abandonado.

-¡Ohh! Ya me lo puedo imaginar- menciona Nonno, arqueando una ceja -¿qué les parece si le digo a Mario que les traiga una deliciosa pizza doble queso?-

-Sí-

-No-

-Estoy a dieta-

Mencionan al mismo tiempo los tres amigos, mirándose entre sí por sus respuestas.

-¿Estas a dieta?- interroga Paul a Leo, con notable angustia en su voz -¿la dieta existe?, pero si tienes dos semanas que vas diario al gimnasio-

-Si- responde desviando la miranda -es que… el desconocido, va al gimnasio dos horas al día y venga que se la pasa haciendo pesas y tiene cero por cierto grasa y pues estoy a dieta-

Los tres restantes cruzan miradas y el mayor niega con la cabeza.

-La biblia lo dice…- puntualiza el Nonno -Vendrán cosas peores… Mario tre pizze al doppio formaggio, presto, presto- aplaude dando las instrucciones y caminando deprisa.

-A mi me parece muy buena idea Leo, cuidarse siempre es bueno y…-

-A ver Mateo, nadie pidió tu opinión de “señora me hago skincare, de una hora antes de salir de casa, sino muero”- reclama Paul.

-Es Simba… nuestro Bizcochito, del que estamos hablando, del segundo ser más guapo del mundo… después de mí obviamente, no necesitas compararte con nadie- Paul le toma ambas manos a Leo mirándolo fijamente a los ojos.

-Eres hermoso, tal y como eres, si quieres hacer ejercicio, muy bien, pero no te excedas ni te prives de las ricuras de la vida como son las pizzas, los calzones o la lasagna, tienes que quererte, para que los demás puedan hacerlo-

-Y… por esas cosas dicen, que son pareja… los tres-

-¡Dory!, pero… ¿qué haces aquí?- indaga Mateo, mientras Leo aparta de un manotazo a Paul.

-Viendo lo ridículo que se puede ser después de los 30, es que hasta patético es-

-¡Oye!, Ryuk ¿dónde dejaste el cello? O acaso, la policía lo confisco como arma de destrucción auditiva masiva- Paul responde a la defensiva.

-¿Ryuk?- preguntan a la vez el resto.

-Sí, el Shinigami de…- trata de explicar Paul -olvídenlo-

-Ja, para tu información ahora estoy con el piano, desde que el cello amaneció en el fondo de la piscina y ninguna tienda quisiera venderme uno, cambie de instrumento- Dorian y Paul se sacan la lengua mutuamente.

-Y, por cosas como esas- Dory señala a los dos discutiendo, negando con la cabeza -prefiero decir que soy adoptada.

-Pueden dejar de decir, ridiculeces- decreta Mateo -ahora, pueden decirme ¿qué hacen aquí? y ¿por qué no están en el colegio?-

-Fácil, somo la caballeriza- responde Dorian.

-Y antes de que comiencen hacer preguntas, fuera de lugar aclaro- explica Dory tomando un trozo de una de las pizzas, que ha traído Mario -primero, esto esta buenísimo, segundo ya estamos en ultimo año y tenemos permiso de la Hermano Lucía, tercero somos parte del grupo de talento humano y cuarto venimos ayudarles-

-¿Ayudar?- pregunta Leo mirando el queso derretido de la pizzas.

-Si, como les dijo Dory, somo parte del equipo de investigación, Dory se encarga de Amanda, Yo me encargo de Cata y… ¡Psh!, que somos los colaboradores de Maggie, que por cierto es una excelente jefa, muy buena paga-

Dory afirma con la cabeza, mientras se limpia los labios con una servilleta.

-Esperen, esperen- musita Leo, mordiendo la pizza -Si tu estas con Mateo y tu con Clifford ¿yo con quien estoy?-

-¡Uff! lo tuyo son las ligas mayores- menciona silbando Dorian -mira ahí viene tu ayuda- señala la entrada del reservado y los tres amigos se quedan con la boca abierta al ver quien es el ayudante.

-Pero, ¿qué clase de estafa es esta?- Paul se pone de pie señalando -sin ofender Dory, pero ¿puedo demandar?- ella se encoge de hombros restándole importancia.

-Mamá Cari, ¿me vas ayudar?- pregunta Leo por señas y con lágrimas en los ojos.

-Hola- saluda a todos en general -claro que sí, lo estoy haciendo desde el viaje o ¿Quién crees que convoco a la junta directiva, para presentarte?-  Mamá Cari, guiña un ojo y sonríe.

-Pero… yo también creo que nos estafaron- menciona Mateo.

-¡Hey que soy tu hermano! y he estado haciendo investigación exhaustiva… cuando tengo tiempo o lo recuerdo- murmura lo último, pero es audible.

-No se quejen- responde Leo hablando en lenguaje de señas, para incorporar a Mamá Cari -yo soy el peor de los tres, ninguno d ellos tres tiene un suegro que lo odia, lo maltrata y lo humilla- Paul a replicar, pero Leo levanta la mano -dije Suegro, no cuñado, además…-

Mamá Cari, comienza afirmar con la cabeza y darle palmaditas en la espalda a Leo.

-Leonardo, tiene razón, es más complicado y no es necesario que se hables en señas por mí, no puedo hablar, pero si puedo escuchar con esto- señala su pabellón auricular.




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