Complemento Perfecto

Cuando Nos Dimos Cuenta, Que Solo Sabemos, Que No Sabemos Nada

-Leo, ¿qué te dijo?- pregunta angustiado Mateo, después de que su amigo terminara la llamada.

-No… no… lo sé- dice con oz temblorosa, dejando el teléfono sobre la mesa ratonera y sentándose de golpe en el sillón.

-¿Cómo que no sabes?- indaga Mateo, pasándose las manos por el cabello y una risa a su derecha lo desconcierta.

-Vamos Leo, llamaste a casa de los Mendoza, para buscar información y dices que no saben- Mateo le reclama exasperado -y por el amor de Dios Paul, puedes dejar de reírte como idiota, Aishh-

-A ver Bizcochito, responde tu primero, porque este- dice Paul señalando al energúmeno de Mateo -no me va a quitar mi felicidad- se voltea y de dirige a la esquina de la biblioteca, donde el padre de Mateo, guardaba ciertas bebidas y que después de su muerto su hijo mantuvo, como costumbre.

-Bien- Leo se aclara la garganta y al ver a Paul servirse una bebida ámbar en un vaso corto, le extiende el brazo, este se la pasa y se lo toma a fondo blanco, haciendo mueca en el rostro.

-La Señora Azucena, me dijo que todas fueron al baño y que incluso- Leo, le volvió arrebatar el vaso que Paul pretendía tomarse -las cuatro entraron al baño y estuvieron mucho rato ahí-

-¿Y eso qué quiere decir?- Mateo dejo de caminar y miro fijamente a Leo.

-Que pronto seré tíooooooo o papá no sé, pero es muy emocionanteeeee- expresa con una sonrisa digna de comercial de televisión.

-Infeliz- Mateo toma nuevamente por la camisa -mi hermana, la embarazaste-

-Mateo- llama Leo -hermano cálmate, no sabemos si es Amanda, además…. Cata también entro a ese baño y… Doña Azucena dijo que ella llamo anoche, preguntando si no había conseguido algo en el baño, no quiso decir que, sino que habían dejado algo-

Mateo, comienza a sudar frío, soltando a Paul, que ya se había preparado para respirar con dificultad.

-Bueno- Paul, se acomoda la camisa y toma el tercer vaso para darle un trago y mirando a Leonardo expresa -y también estaba Camila… así que puede haber….

-¡Ahh!- Leo se levanta y por tercera vez se toma a fondo blanco la bebida de Paul -Gerardo me va a matar, apenas ayer me empezó a decir por mi nombre y no Pusilánime, falto de carácter… y me pidió que le dijera Gerardo, no, no… un Mini Gerardo persiguiéndome y señalándome, porque seguro- Leonardo se pone firme y mirando a un punto no definido de la biblioteca, medita un segundo -por Dios, seguro, lo secuestra cuando nazca, le lava el cerebro, lo cría como su propio hijo a imagen y semejanza y lo vuelve en mi contra-

Mientras Leo divaga, sobre las consecuencia de la crianza y por ser picadillo de Gerardo Mendoza. Mateo comienza hacer lo mismo, pero desde otra perspectiva, una donde una mujer y una adolescente, se encargan de criar a un o una mini agente secreta capaz de crear la cuarta guerra mundial, hacerse dueño del mundo entero y acabar con todas las arcas de oro del mundo y de su salud mental… y Paul, bueno… él sigue pensando en sus cuatros hijos, dos perros, tres conejos y dos periquitos que tendrán como mascotas en la granja Familiar de los Sullivan Johnson.

-Mmm, está haciendo como calor ¿verdad?- Mateo se abre el cuello de la camisa, cayendo sentado en un mueblo detrás de él.

-Siento que no respiro… creo que me está dando una embolia, una mini Lalo… todavía no puedo… con la versión de prueba, ahora una nueva, no, no…. y si sale igual que Maggie y repotenciada, morí, es cierto- Mateo nervioso, se toma el pulso y hace respiraciones cortas y aceleradas -ya no tengo pulso, colapse, seguro muero…. O… tal vez ya me morí-

-¡Wow!- exclama con notable emoción Paul -un MiniClifford o una MiniManda o ambos- suspira pesadamente -correteando por toda la casa, con sus primitos MiniGerardo y MiniMaggie, ¡Ahh! ¿pueden imaginárselo?-

-CALLATE PAUL- gritan los dos amigos, en estado de trauma.

-Pero… ¿por qué la violencia verbal? ¿acaso no están felices?-

-Feliz, feliz… no estoy- responde Leonardo que se ha girado a verlo -Yo diría con temor-

-Angustiado- menciona Mateo con lo ojos abiertos de manera desmesurada, al recordar algo -Por Dios, y si…son las tres… ¿qué están embarazadas?-

-Bueno, en ese caso Diciembre sería buena fecha, aunque Noviembre también estaría bien- dice una voz entrando a la biblioteca.

-¡Joan!- exclama Paul abrazando al Padre, que los mira muy serio.

-Yo entiendo que la sociedad actual es muy permisiva y todo lo que quieran, pero ustedes tres, ¿en serio?, oye, ¿que estoy pintado en la pared acaso?- los regaña, negando con la cabeza.

-Bueno, los hijos siempre son una bendición y aquí habrá tres bendiciones pronto… ustedes- señala a Leo y a Mateo -lo tienen más fácil, sólo acordemos la fecha, pero y ¿tu?- se dirige a Paul -pero que ni viven juntos, nada-

-Bueno Padrecito, yo no tengo inconveniente de casarme hoy mismo y si quiere de una subo hacer la mudanza de Amanda- habla con tal emoción Paul, que si lo pincharan, en vez de sangre, saldría brillantina.

-Clifford- Joan lo abraza fuertemente -me alegra saber que al menos uno de ustedes esta claro en sus intenciones o al menos no ha sufrido de alguna especie de parálisis- señala con la cabeza y ojos a Mateo y Leo que todavía están en procesando todo.

-Ahh Joancito, es que hay que entenderlos, están procesando la noticia, además no sabemos quien es el padre y…-

-¡¿QUÉ!?- grita Joan separándose de Paul y mirando a las dos estatuas -¿Cómo que no saben quién es el padre?, no me digan que se fueran a una de esas fiestas donde se intercambian hasta el apellido… Ave María Purísima-

-Sin pecado original concebida- responde Paul solemnemente -y no, nada que ver, ¿crees que con lo celopata que es Mateo o lo inseguro de Bizcochito, se asomarían si quiera a un lugar así?-

Joan, gira la cabeza a un lado, haciendo una mueca, dándole la razón a Paul.

-¿Entonces?... ¿por qué no saben quién es el padre?-




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