-Bien, ¿quieres contarme?- Mateo se sienta a su lado entregándole una copa de helado; Amanda lo mira arqueando una ceja.
-¿Quién eres y que has hecho con mi hermano?- indaga señalando la copa.
-No lo sé, pero si lo ves, dale un helado de pistacho- responde dando un leve, empujo a su hombro.
-Si, que has cambiado-
-Que puedo decir… cuando, un huracán categoría 5 te golpea… te cambia, aunque uno se resista, el cambio se da-
-Huracán ¿eh?... un Huracán llamado Catalina- Mateo sonríe y afirma con la cabeza, golpeando la mesa con la rodilla, haciendo una mueca de dolor -bueno ese huracán afecto a todos- respira profundamente removiendo la cuchara.
-Ahora, sí me vas a decir, ¿qué está pasando?... y antes de que me repitas que metiste la pata, porque mejor no me cuentas y ahí decido-
-Bien… ¿recuerdas a Yuri?-
-Amanda no me digas que…-
-Espera, no es lo que estás pensando Mateo-
-¿Y qué se supone, estoy pensando?-
-Que engañe a Paul y ahora estoy con Yuri-
-Venga que si sabe, lo que estamos pensando- dice una tercera voz y otro golpe seco, vuelve a sonar.
-¡Auch!- se queja la voz, saliendo debajo de la mesa.
-¡Maggie!- exclama Amanda al verla salir, pero otra persona la acompaña.
-¡Sorpresa!-
-¡Catalina!- Mateo comienza toser.
-Lalo, Maggie, que vergüenza… ¿qué hacen ahí metidas?-
-Pues tu…- Maggie trata de justificarse, pero Catalina rápidamente, le tapa la boca con la mano.
-Ja ja ja, Maggie tan linda ella, ja ja ja- Catalina suelta a Maggie y se sienta al lado de Amanda.
-Amanda, es que te vimos tan mal- comienza a explicar -y uno cuando se siente mal, necesita el apoyo de la familia, porque a final de cuentas, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, que se conforma por personas, unidad por lazos de sangre o por decisión y por ende debemos apoyarnos, sostenernos y ser el lugar seguro de cada uno de los miembros que la conforman, una familia unida, jamás será vencida y sea lo que sea que esta pasando con ustedes, juntos lo superaremos- termina tomando las manos de Amanda.
-¿Qué rayos estas hablando?- interroga Maggie.
-Volviste ayudar a Sebas con sus deberes- indaga Mateo -¿qué asignatura fue?-
-Fue en una presentación… de Ciudadana… pero el mensaje es cierto- justifica Catalina, a lo que Amanda sonríe.
-Ve, al menos se sonrió-
-¿Y qué hacían debajo de la mesa?... pudieron acompañar a Mateo y…-
-Viste, viste, te lo dije, pero noooooo- se queja Catalina -ahh, pero el señor no vas a ir, porque mi hermana necesita de tiempo hermano y hermana, y después van con el cuento y pare usted de contar-
-Te ves mal Papá Bip- niega Maggie, quitándole el helado a Mateo y comiéndoselo -toda la chorrada de que dijo Catalina de la familia, eso… la apoyo-
-¡¿Qué?!, ahora el culpable soy yo y…. no esperen, deberían irse yo manejo esto-
-Así como manejaste la noticia que te dieron o como cuando fuiste y…-
-Ok, ok, entiendo… no es necesario ejemplificar nada- Mateo ahora es quien le tapa la boca a Maggie con su mano.
-Realmente no me molestan que estén aquí- Amanda respira pesadamente -tal vez me ayuden… aunque que solo estén ustedes es mejor, a tener que contar esto a todos en la casa-
-¡Aww! Amanda- Catalina, se levanta hasta llegar a la puerta -me alegra escucharte decir eso- golpea la puerta con su puño.
-Repito, sólo quiere que estemos aquí- dice ladeando la cabeza a la puerta -más nadie, sólo los que estén dentro, pueden escuchar, repito MAS NADIE-
En ese momento, un montón de murmuros se comienzan a escuchar a través de la puerta.
-Amanda- llama la atención de Amanda, que se ha quedado como los demás mirando a la puerta -gracias por la confianza dada…-
Un traspié y golpe en la puerta, detienen a Catalina, la cual, forzando una sonrisa trata de seguir hablando, pero las voces se escuchan más alto. La sonrisa se borra de sus labios, abre la puerta apartándose rápidamente y una cascada de personas caen. Causando risas por parte de Amanda y Maggie y una negación de cabeza y resoplido de Mateo.
-¿Qué parte de cuando les digas que se vayan se van no entendieron?- pregunta Catalina, colocando los brazos en jarra -¡Ahhh no!, pero ustedes como viejas cotilla de mercado, en vez de irse… se ponen a discutir, del porque no se pueden quedar… se supone que se irían en silencio y ya después le contaba lo indispensable del caso- murmura lo último, pero es todo escuchan.
-¡Aishh!, por eso es que no encuentran la vacuna contra el cáncer, la causa de la paz mundial, que no existan perritos abandona…-
-dos, tristes, con hambre en un callejón oscuro a medianocheeeee- terminan todos la oración, al unísono, dejando pasmada a Catalina.
-Bueno, al menos captan la idea- se defiende -así que, se van, se fueron, shu, shu-
-Cata- la llama Amanda -si ya están aquí, que se queden, no cre…- No termina de hablar cuando una turba… no una horda salvaje entra hablando todos a la vez.
-Amanda, no ves que son todos unos igualados, no les des confianza, sino…-
-Niña Cata, pero si usted fue la de la idea…-
-Ja ja ja ja- Catalina le lanza una mirada matadora -Doña Nana, usted si inventa… siga inventando y se volverá inventora- se gira y gesticula un “la edad”.
-Bien, si no hay más interrupciones- señala Mateo, todos niegan sentándose alrededor, y él le da seña a Amanda para que continue.
-Bien, ahhh, ¿recuerdan a Yuri?-
-Claro/ Obvio / Por supuesto- responden varias voces, a la vez.
-¿Ese es prospecto de yogurt? ¿él que le bajo Amanda a Paul?¿El que Amanda prefiero a pesar de la cara de tarado enamorado de Paul?¿el que…- indaga Dorian y Catalina le tapa la boca con la mano.
-Creo que si entiendes quién es…- Dory rueda los ojos.
-¡Ahora me siento peor!- exclama Amanda, tapándose la cara con las manos.