POV Fabián:
No lo podía soportar, nadie había jugado nunca así conmigo y todo por ese endemoniado bolígrafo, esa estúpida esta jugando con mi paciencia, tan solo faltan unos putos 5 minutos para que den las 6, sé que mi padre no esperará por mas tiempo, porque demonios tuvo que pedir algo así, ni siquiera la conoce, solo es una estúpida más en esa estúpida escuela, pero en cuanto baje la guardia se las verá conmigo, aprenderá por las malas por que soy tan temido en la escuela, le quitaré esa odiosa sonrisa de la cara cueste lo que me cueste, aprenderá que con Fabián Brown no se juega.
—¡No se juega! —vociferé estrellando mi puño contra la pared.
—Señorito tenga cuidado —hablo con un tono amable aunque a mi parecer era una voz desquiciante—. Se podría lastimar si...
—¡Nadie te ha pedido tu opinión! ¡Tu estas aquí para servirme nada más! —grite furioso.
—Señorito, baje la voz o su padre...
—¡No necesito un puto consejo de una sirvienta! —bramó caminado de un lugar a otro—. ¡Ya he tenido suficiente por hoy!
—Señorito, ¿Cuál maleta quiere? —me pregunto la sirvienta, por más que me esforzaba por hacerla resentir no lo lograba—. ¿La de...
—¡Deja eso! ¡Yo no iré a ningún lado! —aclaré con la mano en la frente—. ¡Lárguese de aquí! —ordené abriendo la puerta.
—Los siento señorito, pero su padre me ordeno alistar sus maletas, no puedo desobedecerlo —me respondió mientras metía mas de mi ropa en aquellas odiosas maletas.
No lo toleraba, no quería seguir aguantándolo, me encontraba caminado por mi habitación, ese puto mensaje podría convertirse en mi infierno o en mi salvación, la mucama se encontraba ordenando mi maleta, eso me estresaba, ya le había exigido más de 10 veces que dejará de hacerlo pero no obedecía, repetía que era una orden de mi padre, me vale si lo ordenó mi padre o Dios, pero no podía estallar, de hacerlo todo podría irse por la borda, esta situación me estaba frustrando más de la cuenta. Cuando de pronto mi padre apareció por la puerta, rogaba internamente que me diera la noticia que me quedaría, me rehúso a pasar quien sabe por cuanto tiempo en esa detestable granja, no me importa que sean mis abuelos, es mi vida, mi vida y no me obligarán a hacer que no quiero, de eso nada.
-—¿Ya te llegó el mensaje? Sabía que ella no sería tan... —mordí mi lengua, cuando estuviera solo la insultaría como quería, pero delante de mi padre sería una excusa más para enviarme a ese dichoso lugar.
—No Fabián, ella no acepto. —Maldita, pero esto me las pagará, me las pagará a como de lugar—. Solo subí aquí fue para decirte que agarres tus maletas, bajes y te subas al auto —ordenó el padre
—No iré allá, esa estúpida me las pagará, me las pagará y luego me escapo antes de pasar un mísero día en esa maldita granja, talvez a esos...
—Piensa bien tus palabras, aunque seas mi hijo eso no te li...
Cuando de pronto un pitido salió del bolsillo de mi padre.
POV Scarlett:
Estaba sentada en la cama de mi recamara mientras tenía mi celular entre mis manos, ya había tomado una decisión, pero no iba perder la oportunidad de hacerlo enfadar.
—¿Ya lo enviaste? —me preguntó mi papá mientras cogía unas tijeras de mi escritorio
—No —respondí—. Quiero hacerlo sufrir un poco más
—Sabes que no esta bien que juegues con...
—¿Y entonces con que voy a jugar? Además yo ya te conté todo lo que...
—Debes mejorar la forma en la que te relacionas con los demás, si tienes una amiga talvez...
—Papá por favor, no otra vez, yo ya te dije que los amigos son solo estorbos, son parásitos que solo buscan sacar el mayor provecho de...
—¿Cómo puedes saberlo si nunca has tenido una amiga? A lo mejor si lo compruebas descubres que no...
—A lo mejor, pero también puede ser como yo digo y la idea de tener a alguien al lado que se quiera aprovechar de mi no se me hace muy tentadora —respondí, pero mi papá puso una mueca—. Deberías estar contento, así nadie se aprovechará de mi
—Pero tu sí te aprovechas de los demás, no lo negarás ¿o si?
—No lo niego ni lo afirmo, depende de quién sea y en dónde este
—En vez de abogada deberías querer ser política
—No es algo que descarte, sabes que amo la idea de una dictadura encabezada por mi. —Sonreí altiva.
—Ha veces creo que cometí un error al llevarte a mi trabajo de pequeña
—Papi por favor —suplique—. Sabes que todo es en un campo hipotético, además no sería capaz de lago tan malo, o... algo tan malo que nos afecte a ambos —me ratifique.
—Ay... Scarlett —rio un poco—. Algún día entenderás que necesitarás de alguien
—No me hará falta, te tengo a ti y a mí, eso es más que suficiente —hable sin apartar la vista de mi móvil mientras escribía un palabra de seis letras.
—Bien... hija... al menos eres segura de ti misma —se consoló mi padre
—Esta bien, mira —le mostré la pantalla del teléfono—. Ya lo envié ¿Contento?
—Me gustaría que lo hicieras por ti y no solo para contentarme
—Ay... nada de lo que hago te complace. —Me hice a la resentida.
—¿Cenaras? —me preguntó dirigiéndose a la puerta.
—¿Estoy resentida y ti te preocupa si cenaré? —pregunté sentándome en el fio de la cama con los brazos cruzados.
—Te lo conozco lo suficiente para saber que solo estas jugando
—No es.... —Pero él me lanzo una mirada a la cual no podría objetar—. Ya ya... en cinco minutos bajo —refunfuñe.
Mi padre cerró la puerta dejándome sola con mis pensamientos. Mi papi y yo teníamos mucha confianza, tanta que a veces parecíamos hermanos, bromeábamos y jugábamos, es la persona que más quiero en el mundo y sé que si estoy con él nada me faltará, desde que tuve tres años, cuando mi mamá se fue con otro hombre, siempre fuimos él y yo solos contra el mundo, no quiero que eso cambie. Jamás.