Complicado

Capítulo 29: Prepotente y orgullosa

 

Scarlett

—¿Crees que quiero eso para ti? —preguntó con preocupación genuina bordeando sus ojos.

—¿Qué? —mi voz demasiado baja como para que la oyera—. ¿De qué...

—Hija —pronunció con pesar mientras frotaba su frente—. Tú... —Me dedicó una larga mirada, como si estuviera buscando las palabras precisas para decir algo que no tomaría bien—. No sé... —Suspiró con pesar. ¿Qué era tan difícil?—. No sé si haya hecho bien llevándote conmigo.

Mi cerebro explotó por un milisegundo. ¿Qué rayos significaba eso?

—¿Qu... qué? 

—No lo sé —susurró volviendo hacia el sillón—. Talvez eras demasiado joven —avisó antes de sentarse con las manos en todo el rostro—. Talvez te encandilaste muy rápido. Esta profesión no es fácil —dirigió una mirada pesada hacía mí, mejor dicho a mi brazo—. No es tan fácil como intimidación y un par de amenazas...

—Yo no soy de esa forma —avisé más que ofendida y con algo de asco en mi paladar—. Sé que es más. Mucho más. Pero, te tengo a ti. Eres el mejor abogado que conozco, nunca has perdido contra nadie —recordé con orgullo y un tono meloso—. No importa cuan difícil es siempre has logrado que ellos se arrodillen a tus...

—Basta Scarlett . —Otra vez ese tono rudo y áspero.

 ¿Por qué? ¿Qué lo ponía tan furioso?

No es como si estuviera diciendo cosas nuevas. Él siempre supo cual era mi forma de pensar. Nunca pareció molestarle. Hasta... Hasta ahora.

—No puedes tomarlo a la ligera. No es un juego —volvió la vista a sus manos—. No porque yo pueda hacerlo significa que todos podrán —espetó con desdén.

Mi ceño se apretó.

—¿No crees que sea capaz?

—No he dicho eso —susurró evitando mi mirada.

Mis ojos se oscurecieron. Él lo creía. Creía que no era capaz. Por favor. Solo era un tonto rasguño. No es como si fuera la primera vez que me pasa algo así. Esta situación no era nueva en absoluto. Toda mi vida escolar fue así. Peleas, riñas, llanto y al final terminaban doblegándose hacia mí. Era común en mí. ¿Por qué ahora mi padre lo pensaba demasiado? Nada había cambiado. Yo no lo había echo. ¿Por qué él sí?

—Pero quisiste decirlo —murmuré con los brazos cruzados.

Yo no quise terminar así el día. No era mi intención. Pero mi padre no parecía compartir mis pensamientos. Ni siquiera...

—No cambies...

—Llévame —pedí con la voz demasiado aguda encaminándome hacia él—. Llévame contigo, como seré capaz sino me...

—No esta a discusión —interrumpió abruptamente después de alejarse—. No es un juego. No cederé con esto.

Mis pasos se detuvieron—. ¿Ceder? —pregunté con un tono ofendido que mi padre ni siquiera pareció notarlo.

—No siempre tendrás lo que quieres. 

¿No siempre tendrás lo que quieres?

¿Cómo? ¿Cómo se atrevía si quiera a decirlo? 

De un tiempo para acá él ni siquiera me prestaba a atención. Atrás había quedado nuestras noches criticando películas. Nuestras tardes debatiendo de lo absurdo que era el modus operandi de la sociedad o nuestros paseos quejándonos del tedioso cambio climático. 

Ahora ni pasábamos tiempo juntos, y en los escasos momentos decidía despreciarlo de esta forma. Peleando con su hija que no había visto en dos días. Dos insufribles y cansinos días. Por Dios. ¿Quién estaba mal aquí? Me rehusaba a admitir que la culpa era mía. Me rehusaba totalmente.

Y a pesar de esto se suponía que yo era la que siempre se salía con la suya. ¿En que realidad alterna estuvo viviendo mi padre estas ultimas semanas? Talvez hace unos meses cabía la remota posibilidad que él tuviera razón, pero ahora... ahora era absurdo. Descabellado. Insólito. Absurdo. Mil veces absurdo.

—Talvez yo hice mal al darte ese ejemplo —continuó como si no se percatará de mi expresión desconcertada y algo... dolida.

Él se estaba arrepintiendo. ¿Acaso en verdad ya no me soportaba? 

—No debí dejar que...

—¡No es cierto! —chillé ya harta del asunto. No quería seguir escuchándolo—. Yo estoy mil veces mejor así. ¿O que crees, papá? Cres que sería mejor si fuera una tonta e ingenua que quiere una vida banal y ordinaria. Una princesita que sueña con casarse, tener una familia y vivir el resto de sus días como una mera empleada —escupí con los ojos cerrados y con mis puños contraídos como un par de piedras—. Yo no quiero eso para mí. Estoy feliz de no quererlo para mí. Tengo mejores planes, yo puedo hacer muchas cosas. Aunque te moleste —una dura mirada se estrelló contra mí al abrir ligeramente mis ojos—.  Todo me ha salido como he querido —mentí proyectando una seguridad en mi mirada que francamente dudaba que él lo creyera. Pero quien no arriesga no gana y yo no soy de las que piensan en perder—. Y seguirá siendo así. Yo me encargaré es eso. Tú me lo enseñaste —recordó recuperando mi compostura—. No podemos desaprovechar ninguna oportunidad que se nos presente . Yo solo estoy siguiendo lo que tus consejos.

—No lo haces —habló antes  lanzarme una mirada de pies a cabeza—. No realmente. Solo estas diciendo cualquier cosa con tal de que haga lo que pides. No tiene caso Scarlett. —Movió suavemente su cabeza de un lado a otro— No iras a ese juzgado. Di lo que quieres —clavó sus ojos en los míos—. Haz cualquier cosa que se te ocurra, pero no iras —sentenció encaminando sus pisadas hacía su oficina.

—¿Por qué? —salió de mi boca al no poder contenerlo por más tiempo. Odiaba esta nueva actitud de mi padre. No me culpen por no poder controlarme. No sabía como actuar frente a esta nueva cara dura y tosca. Él siempre fue así con los demás. No conmigo. Yo era su hija. Su única hija. Por el amor de Dios. ¿Cómo podía olvidarlo?—. Solo dime eso... —pedí persiguiendo sus pasos hasta colocarme delante de él.

Lo sabía. Lo sabía. Era inútil e infantil. Una niña haciendo un berrinche. ¿Qué otra opción me quedaba?

—Por favor. —Me aferré a su brazo—. ¿Por qué? ¿Por qué me tratas así? ¿Por qué no puedo...?



#2628 en Novela contemporánea
#13996 en Otros
#2222 en Humor

En el texto hay: amor odio, despedidas, problemas y amor

Editado: 21.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.