Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

2. Nina

Publicado Orginalmente: 27 de diciembre 2020

Conoceremos a nuevos personajes principales. Espero que les guste. 

******

Nina llegó al restaurante de Martin esa misma tarde.  Independientemente de lo desesperante que resultaba Alexa, iba a ayudarla con eso tan sencillo.  Saludó a la recepcionista y al decir su nombre la dejó entrar al área del personal.

Martin había reclutado a Fabrizio en sus comienzos así que lo conocía muy bien.  Su novio era la nueva revelación del lugar y sus platos eran aclamados en el restaurante.  Se estaba convirtiendo en parte esencial y eso la hacía sentirse muy orgullosa de él.

Fabrizio, al igual que ella, venía de padres ricos.  La presion también estaba sobre sus hombros.  La gente solía siempre pensar que compraban las cosas con sus beneficios.  Jamás veían el esfuerzo que había detrás.

Llegó hasta el área de cocina y lo observó trabajar con esmero y dedicación en la distancia.  Su cara de concentración siempre le había gustado.  Porque sus gestos se acentuaban y se marcaban muchísimo más.  Él realmente se tomaba en serio lo que hacía.  Era tremendamente perfeccionista, cosa que ella definitivamente no era.

Fue entonces que alguien se le acercó y comenzaron a susurrar.  Frunció el ceño mientras intentaba ver de quién se trataba.  Era una chica y estaba mucho más cerca de lo que debería considerarse normal.

En ese instante la chica se giró para darle una orden a otra de las empleadas y Nina sintió que su corazón bajaba a los pies.

Jane Rood se encontraba dando órdenes en el restaurante mientras trabajaba de cerca con Fabrizio.

Jane Rood, la chica con la que la engañó en el pasado.

Nina dio un paso hacia atrás sintiendo poco a poco la ira crecer.

—¿Qué mierda hace ella aquí? —dijo en voz baja mientras sacaba su celular y le tomaba una foto para luego enviársela a Alexa.

El mensaje de su amiga no se hizo esperar.

«No me gusta lo que veo»

«A mi tampoco, créeme que a mi tampoco» le escribió.

—Mira a quién tenemos aquí.  Mi querida Nina Evans.  ¿Mirabas algo o buscas a alguien? —preguntó Enrique mientras besaba su mejilla de forma cariñosa y le daba un corto abrazo.  En el corto lapso de saludar a Enrique, Jane desapareció de la cocina.

Le interesaba saber desde cuándo es que ella trabajaba ahí.  Y porque Fabrizio no le había dicho nada.  Su cabeza quería estallar.

—Evidentemente ya no, en realidad vengo a ver a tu jefe.  ¿Crees que podrá recibirme?  Es una emergencia —le preguntó mientras se cruzaba de brazos.

Ahora había olvidado los anónimos o lo que fue a hacer en el restaurante.  No se sentía ni un poco contenta sabiendo que esa chica estaba ahí.  Como si nada y de que Fabrizio se lo hubiera ocultado.

Dios, sentía realmente el enojo recorrer por su cuerpo.  No podía evitarlo.

—No es lo que parece —susurró Enrique en su oído.  Luego sonrió restándole importancia.  Como si él supiera lo que la estaba fastidiando.

—Para mí está siendo muy evidente lo que vi.  Así que tengo derecho de pensar mal en silencio —le respondió en voz baja.

—Eso no lo discuto —dijo Enrique viendo por encima de su hombro—. Lo que quiero decir es que le dé tiempo de explicarse.  Realmente no es lo que imaginas.

—Ya no soy la misma niña impulsiva de antes —aclaró Nina.

Se disculpó con Enrique y se alejó.  Porque sabía que comenzaría a tocar fibras sensibles con las que no deseaba lidiar.  Adicional a eso, ¿que se podía esperar del mejor amigo de su novio?  Siempre lo apoyaría, de la misma forma que ella siempre apoyaba a Lex.

La molestia en su pecho crecía a medida que pensaba en Jane y Fabrizio juntos.

—No me gusta que esté aquí.  No me gusta que esté con él —dijo en voz baja.

Tocó la puerta de la oficina de Martin y al escuchar que era ella, no dudo en dejarla entrar.

—Nina, adoro que vengas de sorpresa. Hace tiempo que no lo hacías —dijo dándole un abrazo.

Martin era increíblemente simpático, cariñoso con sus amistades y guapo.  Su cabello rojo rizado no era tan largo.  Sus ojos verdes estaban ese día mucho más iluminados.  Era la imagen de adorable y Alexa huía de su cercanía.  Nina sonrió para sus adentros y caminó hasta la silla para sentarse.

—Hoy lamento decir que vengo a pedir un favor —dijo con una sonrisa. Martin caminó hasta su silla y quedó al otro lado de su pequeño escritorio.  La oficina era pequeña y recogida, ya que Martin pasaba más tiempo en la cocina.

—Entonces soy todo oídos.  ¿Qué deseas que haga por ti? —nunca se negaba ha ayudarla y estaba segura de que por Alexa mucho menos.

—Sé que las cosas están tensas entre tú y Alexa, pero mi amiga necesita tu ayuda.  Tiene problemas con el catering que trabaja en su compañía y te necesita con urgencia para un evento importante —comenzó diciendo obteniendo la atención inmediata de Martin.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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