Publicado Originalmente: 12 de agosto 2021
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“Y en esos momentos realmente deseo que ella no entrara y que solo huyera de ese lugar”
—¿No piensas acompañarnos a este evento? Es sumamente importante para tus padres en que estés —habló Walden luego de ver como Lina llegaba a la casa y se metía bajo las cobijas, ignorándolo por completo. Negó despacio y salió del baño para ver que Lina estaba con sus ojos cerrados. Se preocupó por ella.
Su rostro estaba muy blanco y algo en él lo hacía sentir preocupado por su situación. A esas alturas ya ni siquiera podrían llamarse pareja en todo su esplendor. La rechazó luego de darse cuenta de que no quería acostarse con ella cuando ella estaba con otros. Jamás pensó en que las cosas terminarían así de mal y no sabía qué hacer.
Ya había perdido el control de la situación.
—No me siento bien. Y hoy no quiero pelear con nadie —dijo en voz baja alzando la almohada y escondiendo su rostro.
—¿Que te sucede? —preguntó acercándose en la cama y agachándose un poco para alzar la almohada—. Lina…
Se cansó de seguir escuchándolo y se sentó de golpe mirándolo de forma airada.
—¿Qué quieres? Ya dije que no quiero pelear hoy. Lo mejor es que no vaya a ese evento. No quiero causar problemas —dijo cansada, pero haciendo notar su molestia.
Walden se dio cuenta de que en su rostro el lado historio tenía tonos violáceos. Paso su mirada por sus brazos notando de igual forma marcas rojas. Como si alguien la hubiera sujetado con fuerza.
—Lina, ¿qué te ocurrió? Y quiero que me digas la verdad.
Ella se dio cuenta que había quedado expuesta y volvió a esconderse bajo las sabanas.
—No paso nada, diles a mis padres que los llamare luego.
Walden comenzaba a sentirse frustrado. Aun si su relación sentimental no estaba pasando por el mejor momento, Lina seguiría siendo alguien importante. No toleraría que alguien le hiciera daño y mucho menos la golpeara.
—Lina, solo quiero ayudarte. Si me dices que paso prometo no hacer nada que te comprometa. Pero quiero que me digas la verdad. ¿Quién te ha golpeado? Estas no son simples heridas de accidentes.
—Fue mi culpa. Yo no debí hacer algo y fue su forma de advertirme que debo portarme bien —Lina seguía hablando para ella.
—Sabes que lo que dices no es cierto. ¿Quién te está haciendo daño? Confía en mí.
—Vete al evento. Mi familia te espera —dijo Lina saliendo de la cama y encerrándose en el baño. Walden quiso seguirla, pero en esos momentos supo que lo mejor es dejarla sola.
Alguien la había lastimado. Se había atrevido a golpearla y Lina no quería decir quien fue. ¿Se trataría de su hermano Jeremy? Walden no estaba dispuesto a permitir que su hermano lastimara a Lina o alguna otra mujer.
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La fiesta estaba resultando ser un dolor de cabeza. Su mente estaba en Lina y sus golpes. Ahora había sido traído de vuelta a la tierra para darse cuenta de que Nina estaba pasando por uno de sus peores momentos.
Observó todo sin poder creer el cinismo con el que el chef Russo le proponía matrimonio a Nina, a quien engañaba. El hombre llevaba un mes y medio fuera, con su amante y de la nada aparecía antes de tiempo a pedirle matrimonio a Nina.
Es que ese hombre estaba cortado por la misma tijera que Lina, de eso no tenía dudas. Cometen errores y luego toman las peores decisiones para remediarlos.
Se cruzó de brazos negando despacio. Observando con aun más enojo el video que todo el mundo estaba alabando en esos momentos. Y no era para menos. Incluso para él, que no era una persona demasiado romántica encontraba esa declaración muy original y hermosa.
Sin embargo, sabiendo lo que estaba sucediendo con Nina, no podía alegrarse de esa pedida de mano.
«¿Como se sentiría Nina en esos momentos?» Porque por su expresión estaba a punto de salir corriendo. Queriendo escapar de esa realidad. ¿Sería ella capaz de renunciar a su felicidad para evitarle una humillación? Fue entonces que observó a su amiga con aun más detenimiento. Sus mejillas estaban sonrosadas, su mandíbula estaba apretada y podía ver a pesar de la distancia como intentaba ocultar sus lágrimas.
Cualquiera pensaría que ella estaba feliz, asombrada y dispuesta a dar el sí ante semejante propuesta.
—¿Qué sucede, Moore? ¿Te molesta que alguien le esté pidiendo matrimonio a tu cuñada nueva? —preguntó Ewen que se encontraba de brazos cruzados a su lado.
—Lo que me molesta es que alguien que es capaz de poner cuernos sea capaz de pedirle matrimonio a su pareja —soltó sin medir sus palabras.
Fue entonces que notó la mirada sorprendida de Mina. No supo en qué momento se había acercado. Y no hubiera querido que ella lo escuchara hablar así. Cerró los ojos negando despacio.
—¿Qué has dicho? —preguntó—. ¿Cómo es posible que hiciera esto de forma pública? —dijo sin poder dar créditos a la situación.
—Mina, cariño, las personas son terriblemente malas —respondió Ewen a su lado—. Esto solo alimenta el ego de ese chef.
Editado: 21.10.2022