Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

32. Nina

Publicado Originalmente: 15 de octubre de 2021

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«Menuda suerte tienes, Nina»

Nina llevaba varios días en el hospital. La recuperación estaba resultando lenta y bastante tediosa. Alguno de esos días despertaba con pesadillas sobre la cabaña y terminaba llorando desesperada. Sentía mucha angustia porque no habían encontrado todavía a quienes estaban detrás. Igual sentía como si hubiera pasado meses desde que la secuestraron e intentaron matar. Estaba segura qué la pesadilla apenas comenzaba.

Mientras continuaba sumergida en sus pensamientos no se dio cuenta de que Alexa entraba a la habitación. Sintió la cama hundirse para de inmediato darse cuenta qué Alexa estaba a su lado.

—¿Le paso algo a mi abuelo? —preguntó de inmediato al ver su rostro preocupado.

—No, el señor Augusto se encuentra bien. Ya el doctor le dio luz verde de poder venir a verte —le respondió su amiga y eso la hizo sentirse mucho mejor.

Aun sentía culpabilidad de que su abuelo hubiera sufrido un infarto cuando supo que estaba secuestrada.

—Entonces, ¿Por qué luces como si fueras a decirme una mala noticia? —preguntó. Alexa respiró hondo antes de responder.

—Se trata sobre mi tío, él se encuentra afuera. Desea saber si puede interrogarte. Le dije que primero consultaría contigo ¿Crees que estas preparada para recibirlos? —preguntó Alexa con cautela. No quería agobiarla.

Nina sabía que tarde o temprano debía dar declaraciones sobre lo que paso en la cabaña. Tenían las de Nina, pero eso no sería suficiente. No estaba preparada, aunque tampoco iba a seguir postergando eso más tiempo. Ya había pasado demasiado y mientras más rápido cerrara ese ciclo, mejor sería para todos. Asintió hacia su amiga.

—Dile que pase, debo terminar con esto —respondió con pesar. Alexa asintió y fue hasta la puerta para decirle a su tío que pasara.

El detective Scoot entró y le sonrió con cariño. Le hizo sentir bien no tener ninguna mirada de lastima o compasión por ella.

—Sé que en estos momentos no te sientes del todo bien para hablar sobre lo que está sucediendo.

—Si no tenemos esta charla ahora, la tendremos en algún momento. Y solo deseo salir de ella con rapidez. Estoy muy cansada de todo —se sinceró.

—Cuéntame lo que recuerdas de ese momento. Palabras que solo te hayan dicho a ti mientras tu hermana dormía. Necesito saber todo lo que te dijeron. Tu versión es clave para el caso, Nina. Sabemos que eres a la que llevan siguiendo desde hace mucho tiempo.

Asintió sabiendo que tenía razón. Le dijo exactamente lo que sabía, lo que recordaba. Le habló sobre todo lo que dijo Lydia y Martin.

Ellos planeaban tenerlas a las tres para matarlas. El «gran jefe», como ellos le llamaban al líder, no quería que nadie las tocara. Fue algo que también le menciono al detective. Llegar a la parte de Martin fue lo más difícil. Porque se trataba de alguien que creyó que era su amigo y al final termino lastimándola de la peor forma.

Sentía el nudo en su garganta crecer aún más. Verbalizar todo lo que le sucedió le había causado escalofríos. Le hacía ver el error que cometió en no decirle a nadie sobre los anónimos. Esos malditos anónimos que no pararon de llegar. Se sintió bien en no sentirse juzgada por el Señor Scoot. Él anotaba todo y la escuchaba con suma atención sin interrumpirla.

Alexa estaba a su lado sujetando su mano y dándole apoyo. Sin su amiga cerca no sabía si hubiera podido decirle todo al tío de ella con la misma facilidad.

—Tenemos todo al equipo trabajando, Nina. No tienes que preocuparte por nada más.

Deja que nos encarguemos del resto.

—Eso ultimo significa que, si vuelvo a recibir un anónimo con una dirección, no debo ir como las valientes a ella sola, ¿correcto? —intentó bromear para subir sus anónimos.

—Con dos experiencias malas es como para que tengas la respuesta. Me marchare, cualquier cosa que notes extraña no dudes en llamar Nina. Puede que ahora solo me veas como el detective del caso, pero recuerda que siempre he sido el tío de tu mejor amiga. No dudes en llamar con confianza.

—Lo sé, detective Scoot —respondió Nina asintiendo.

Cuando el detective se marchó Nina paso la mano por su frente, estaba agotada.

»Si pudiera marcharme sin necesidad de dar la cara, lo haría sin pensarlo —dijo tratando de tranquilizarse de nuevo.

—No pienses en eso ahora. Ya escuchaste a mi tío, Nina. Solo debes confiar y ser paciente.

El culpable será atrapado, de eso no tengas dudas.

—¿Martin ha decidido decir al fin lo que sabe? —preguntó sin dejar el tema descansar. Alexa negó de inmediato.

—Se niega a dar más información de la que ya ha soltado. Pienso que tiene más miedo de lo que pueden llegar hacerle los malos, que la policía en sí. Mi tío a veces menciona qué si voy y hablo con él, quizás decida soltar la sopa.

—Es un hombre que está obsesionado contigo. Cuando lo comenzaste a rechazar eso provocó que necesitara buscar un culpable. Porque este tipo de personas son incapaces de darse cuenta del rechazo. No te sientas presionada en ir a hablar con él por mi culpa.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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