Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

33. Nina

Publicado Originalmente: 29 de octubre de 2021

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«Nina Evans, la trilliza perdida»

 

Luego de que Alexa se fuera aprovecho un rato de ver televisor. Cuando se aburrió cogió su tablet y se puso a indagar en las noticias. Hasta que llegó a un título que la hizo temblar. Pasó saliva sintiéndose terriblemente mareada.

Sus manos temblaban. Sus lágrimas habían regresado y ya no podía detenerlas.

«Nina Evans, la trilliza perdida

Hemos descubierto la identidad de la chica que estuvo secuestrada junto a Lady Lina y es nada más y nada menos que su trilliza perdida. De la que supimos que se llamaba Nina Evans y fue adoptada por una pareja de empresarios muy conocidos cuando solo era una bebe recién nacida. Su abuelo adoptivo, Augusto Evans, no quiso dar declaraciones sobre su nieta. Lady Nina, como comienzan a llamarla los medios, se encuentra en un hospital privado del que no quisieron dar su nombre y su historial es privado.

Sabemos gracias a nuestras fuentes fidedignas, que Nina Evans mantuvo una relación larga con Fabrizio Russo, hijo de unos importantes empresarios italianos y que es un chef internacional reconocido. La relación terminó poco después de ella saber que era hija de los duques de Woodville.

¿Será que la Lady Nina ya no quería estar con quienes creció? Es algo que intentaremos averiguar tan pronto Fabrizio acepte dar una entrevista. El gran duque, Garret Hiltmoose, anunció que iba a dar una rueda de prensa tan pronto su nieta se recuperara. Pidió espacio y precaución ya que su nieta aun esta convaleciente.

Aparentemente Nina Evans iba a ser presentada en sociedad dentro de un mes. Manténganse pendiente para más información sobre la trilliza perdida»

Nina soltó la Tablet sin poder creerlo. ¿Como era posible que ellos hubieran hablado sobre ella en la prensa? Como si eso no fuera poco, hablaban como si fuera una vil interesada de la fortuna Hiltmoose. Como si realmente hubiera dejado a Fabrizio por ser de la familia real.

No lo soportaba más. Esa noticia había colmado su vaso. Sentía una tormenta en su interior que no podía controlar. Buscó en el cajón del hospital el celular que Nathan le había dado. Tenía todos los números de su anterior teléfono.

Marcó el único número que se sabía de memoria y esperó obtener respuestas. Estaba frenética y no pensaba con claridad.

—Buenas tardes, habla con Walden Moore.

—¡Como es posible que me hayan hecho esto! —gritó sintiendo su garganta arder—. ¡Son peores que esa gente que me quiere matar!

El silencio que se formó en la línea la hizo desesperar más.

—¿Nina? No sé de qué estás hablando, pero debes tranquilizarte —lo escuchó sincero, pero en esos momentos estaba tan cegada que simplemente siguió hablando sin pensar.

—Mataron a mi familia, casi me matan a mí y ¿aun así se atreven a decir a la prensa mi identidad? ¿¡Quien mierda les dijo a ustedes que quería que se supiera que era la trilliza perdida!? No hay personas más viles y crueles que la familia Hiltmoose. ¿Tanto les importa su dignidad en sociedad o su posición?

»Creí que eran diferente. Pensé que eran una familia diferente, pero me equivoqué. Iba a dar el paso para que pudieran verme. Quería realmente arreglar mis problemas con ustedes. Pero eso ya no será así. Quiero que les diga, Walden, que los quiero fuera de mi vida. Que por nada del mundo voy a ser presentada en sociedad, que por nada del mundo quiero que me liguen con su apellido y que los quiero fuera de mi existencia. ¡Yo no pedí esto, no lo quería! Yo solo quería a mi familia con vida y ahora están muertos —no pudo seguir hablando porque el llanto la atacó.

No paraba de pedir que regresaran, que no la dejaran. En ese momento, más que nunca extrañaba y necesitaba a sus padres ahí.

—Odio la hora en la que termine en la casa de los Hiltmoose, lo odio —no paraba de decir. Nathan entró a la habitación y al ver a su hermana así se desesperó. Intentaba calmarla mientras ella se refugiaba en su abrazo. Fue entonces que se percató de que el celular de Nina seguía con la llamada activa.

—¿Hola? —preguntó sin saber a quién había llamado.

—No me gusta escucharla sufrir —respondió Walden en un susurro sin poder terminar la llamada.

Nathan reconoció la voz. Ya lo había visto varias veces en el hospital preguntando por su hermana. Como también lo había visto en la empresa de su familia porque era el arquitecto a cargo de su proyecto más reciente.

—Debo colgar, mi hermana no se encuentra bien —dijo antes de hacerlo sin esperar respuesta por parte de Walden.

A Nina le tomó mucho tiempo en volver a tranquilizarse. Hizo su mayor esfuerzo porque no estaba dispuesta a que el Dr. Roberts volviera a sugerir que pasara más tiempo en el hospital. Sus heridas ya estaban cediendo, solo necesitaba mantenerlas cuidadas. Necesitaba que le dieran de alta de una vez y por toda.

Cada vez que pensaba en todo lo que debía de hacer luego de salir la agobiaba. Lo que hicieron los Hiltmoose al exponerla de esa forma, la había derrumbado. Se sentía traicionada y muy dolida. Porque no consultaron con ella, porque nunca la escucharon con sinceridad.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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