Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

39. Nina

Publicado Originalmente: 1 de Enero de 2022

*****

«Descansa, Nina, todo estará bien»

 

La cena con los Roy había sido todo un éxito. Nina habló mucho con la pareja. Al descubrir que su abuelo era Augusto Evans se alegraron muchísimo. Ya que habían coincidido en una feria de ofertas en donde nunca supo quién ganó.

Durante la cena tocaron muy poco el tema de las cabañas y de cómo vivió esa experiencia. Porque la realidad es que eso ya debe quedar en el pasado. No planeaban dañar una velada tan buena. Mientras Lina recordaba a hombres que la miraban de forma lasciva, pero que no la tocaban. Ella recordaba verdades tras verdades. Confesiones tras confesiones y había llegado en un punto que no sabía qué creer.

Para esas alturas pensar en cómo Martin nunca la quiso como amiga y siempre espero el momento de hacerle daño. Le daba escalofríos. Porque en muchos momentos ella había ido al restaurante y habían hablado a solas en la oficina. Nina ya no le daba tanta importancia a todo lo que él le dijo.

Lo cierto es que le daba mucho miedo ver la obsesión que Martin tenía con Alexa. Ósea, el hombre confesó todo cuando Alexa le dio la posibilidad de salir y de estar a su lado como él siempre deseó. Eso era enfermizo y le asustaba pensar que Martin pudiera realmente hacerle daño a Alexa solo por «amor».

Respiró hondo cuando llegó hasta el hotel. Luego de esa cena reforzaba la idea de regresar y de intentar cerrar ciclos. Era algo que sentía y necesitaba hacer. Para que esos 6 meses que estuvo fuera realmente hubieran servido para algo. En el lobby se detuvo llamando la atención de Walden.

—¿Qué te sucede? —le preguntó curioso.

—Es solo que no quiero ir a mi cuarto todavía. Me voy a dar un paseo por el muelle. He escuchado que hoy hay fiesta.

—Has tenido un día muy largo. ¿Segura que deseas ir a una fiesta? Mañana sale el vuelo —le recordó.

Al final había decidido irse con él de regreso a Woodville. Quería visitar a los Hiltmoose y quedarse unas semanas con ellos. No es como si antes hubiera podido compartir demasiado y quería darse esa oportunidad que le arrebataron. Su abuelo ya sabía sus planes y eso la tranquilizaba.

Si bien había disfrutado su exilio, ya era hora de regresar.

—No te preocupes por mí. Estaré bien. Al fin de cuentas no podrás custodiar mis pasos todo el tiempo y los guardaespaldas están cerca —dijo haciendo un asentimiento de cabeza para que los viera.

A Walden esas palabras le dieron igual.

—Si estás segura sobre eso, que tengas una buena noche.

Nina sonrió y lo vio entrar al elevador. Realmente le sorprendió lo bueno que se había comportado con ella en ese día. Era increíble ver como una noche le dice que ni siquiera eran amigos y al otro día ya estaba defendiéndola de alguien que la estaba molestando. Nina les envió un mensaje a los guardias y se dispuso a ir hasta el muelle. Era sencillo llegar ya que la playa estaba interconectada con el paseo principal.

Salió del hotel y disfruto de la naturaleza. Bajó por las escaleras de piedra y no se sorprendió al ver a todas esas personas dando vueltas por el tablado. Se concentró en la música que venía de todas las esquinas. En la brisa chocar con su rostro.

El aire libre siempre le daba una sensación de paz que la hacía sentirse tranquila.

Su celular de pronto comenzó a sonar y no dudo en responder al ver el nombre.

—¡Nina Evans, cuando piensas volver! ¡Regresa!

Comenzó a reír negando.

—Qué bueno que tenía el celular alejado de mi oreja. ¡Me vas a dejar sorda, tonta!

—No has respondido a mi pregunta.

—Eso es porque yo te dije que era una pregunta que no deberías hacerme nunca.

—Extraño a mi mejor amiga. Ha pasado demasiado tiempo y me acostumbre a tu ayuda en mis eventos.

—Sobrevivirás —le respondió riendo.

—Hablando en serio. ¿Cuándo piensas regresar?

—Mañana —soltó con simpleza mientras intentaba esquivar a todas las personas que se tropezaban con ella.

—¡Que! ¡Estas de broma! ¿Es una broma?

Nina no paraba de reír. Porque sabía que su tonta amiga se pondría así de histérica.

—¿Porque suenas como si estuvieras molesta?

—¡Porque no puedes soltar algo como eso! ¿A qué hora llegas? Iré a buscarte.

—No te preocupes. Alguien me lleva y además no aterrizare en Roseville. Mi primera parada será en Woodville.

Pudo escuchar el chillido en el otro lado de la línea. Estaba realmente deseando colgar. Se sentó en uno de los bancos que daba con vistas al mar.

—¿Ya acabaste de hiperventilar? Porque pienso colgar.

—¿Con quién estás Nina Evans? ¿Conociste a un jevo por allá y por eso no has regresado? ¿Qué rayos te dio para regresar?

—Dios, a veces no te entiendo cuando hablas asi de rapido.



#25213 en Novela romántica
#6534 en Thriller
#2549 en Suspenso

En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.