Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

55. Walden

Publicado Originalmente: 24 de abril de 2022

Nuevo capitulo de Complices. Espero que les guste. Ya estamos en la recta final. 

****

«Rose Hiltmoose-Ivanov»

 

—Agradezco que aceptaras que hablásemos en privado, Srta. Evans. Ya me habían dicho que era poco probable que accedieras tan siquiera a decirme hola. Y si te soy honesto, puedo entenderlo.

Notó como Nina se tensaba y cruzaba sus brazos para disimularlo. Ese encuentro había sido casualidad. A pesar de que ya se había reunido con Dimitry Ivanov, había decidido no decirle nada a Nina, hasta que no tuviera la certeza de que ese hombre estaba de su lado. Aunque estaba seguro qué Nina no se creería nada de lo que le dijera hasta que no se le pasara su enojo.

—Mi novio fue el que acepto esta charla. Si por mi fuera ya me hubiera marchado. Porque hasta donde a mí respecta usted es el esposo de mi prima lejana que ha ayudado a su abuelo a pasar desapercibido por el mundo. Un hombre que no solo está involucrado con la muerte de mis padres y de empleados de la casa. Sino que también ha intentado matarme muchas veces en los últimos meses. ¿Qué me puede decir sobre eso, Sr. Ivanov? Después de todo su esposa está involucrada y es agente de la interpol, ¿no?

—Nina, dale la oportunidad de explicarse. Si hubiera creído que estabas en peligro con su presencia no estaríamos aquí. El Sr. Ivanov ha estado trabajando en el último mes con Dixon. Él no tenía ni idea de lo que hacía su esposa. Escúchalo…

Colocó su mano sobre la de ella y le sonrió con tranquilidad. Intentando que se calmara. Y la sintió relajarse al instante.

—Bien, seré más amable para que después si veo que me equivoco mi imagen no quede tan por el piso —le respondió. Walden sonrió sintiendo que estaban avanzando—. Voy a darte el beneficio de la duda. Te escuchare y luego vere si me fio de lo que me digas o no. Espero que entiendas que ya he llegado a mi límite de confiar en los desconocidos con buenos empleos. A parte de que tú estás en esa línea frágil de la que me da miedo fiarme.

—En cualquier otra circunstancia te hubiera dado la espalda por el mal trato —confirmo—. Este encuentro fue totalmente casualidad. Aunque estaba esperando a que pasara la actividad planeada por tu familia, para reunirme contigo. Llevo trabajando con el detective Dixon desde hace un mes. Cuando me contacto, pensé que se trataba de un asunto de la oficina del pueblo. Luego me explico la situación y fue que supe toda la verdad.

»No miento cuando digo que no sabía lo que mi esposa estaba haciendo. Pero también debo abogar por ella. Las cosas no son como todo el mundo cree. Rose no ayuda a su abuelo por amor o confianza. Lo hace porque le tiene miedo y a pesar de que con su puesto de trabajo y conmigo a su lado, no tendría problemas de meterlo preso. Parece que ustedes los Hiltmoose tienen un afán a atarse a los suyos.

Notó que Nina asintió. Siendo el alguien que ha estado con los Hiltmoose gran parte de su vida, reconocía esas palabras de Dimitry. A veces la lealtad familiar iba en contra de los principios y, aun así, se protegían entre sí.

—¿Me está diciendo que mi prima lejana no apoya a su abuelo? No es lo que me ha dado a entender todo este tiempo —replicó Nina. Acarició su mano por debajo de la mesa. No le gustaba que estuviese tan alterada.

—Debes saber que George Hiltmoose luego de tu secuestro, fue internado en un centro psiquiátrico por sus condiciones. Es un hombre narcisista, psicópata y controlador. Durante mucho tiempo el Rey Thomas estuvo intentando curar de alguna forma a su hijo descontrolado. Cuando se dio cuenta de sus intenciones, lo desheredó y lo mando muy lejos. Un hombre con estas características era un peligro para su familia, pero seguía siendo su hijo. Así que no podía hacerle daño, a pesar de que George no hubiera dudado ni un segundo en hacerlo.

»En el exilio enamoró a una mujer de alta cuna. Heredera de un gran patrimonio y de la que podía obtener muchos beneficios. Con ella tuvo un hijo, Gabriel Thomas.

—Y ahí es donde entra mi padre —dijo una voz femenina que Walden no reconoció. Se sorprendió al ver a la que dedujo era Rose Hiltmoose-Ivanov, la prima lejana de su novia. Observo a Nina para ver si había alguna reacción de sorpresa o incomodidad, pero no vio nada. Estaba igual de seria que al principio, dispuesta a escuchar.

—Rose Hiltmoose-Ivanov, un gusto verte por primera vez —dijo Walden calmando la tensión del ambiente. La joven debía ser varios años mayor que Nina, pero lucía muy joven. Le sonrió y le tendió la mano a modo de saludo.

—Walden Moore, no lo sabes, pero tú hiciste los planos de mi casa. Eres un gran arquitecto. Mi casa es un paraíso que amo.

Eso lo tomó por sorpresa y asintió con orgullo.

—Para tu conveniencia que bueno que no te pareces en nada a mi tío abuelo loco.

—¡Nina! —dijo Walden sonriendo. Sabía que eso fue un pensamiento en voz alta de su parte.

—¿Qué? Es una verdad. Así que tú eres buena y no has estado siendo cómplice de tu abuelo, ¿cierto? Porque sé que tu hermano Jared no solo es cómplice de tu abuelo, sino que intento meterse con mi hermana Lina. O sea, entiendo que somos familiares lejanos, pero no dejamos de tener el mismo apellido y compartimos los mismos bisabuelos. Así que es un poco loquito tu hermano. Supongo que, de tal abuelo, tal nieto.



#25214 en Novela romántica
#6534 en Thriller
#2549 en Suspenso

En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.