cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 2

Las semanas siguientes transcurrieron igual que de costumbre, muchas bebidas, los clientes aumentaban y las salidas tardes también, afortunadamente Julian me acompañaba a casa todas las noches, aún cuando tenía plan, lo cual se lo agradecía mas después de que Mario mi ex novio, me acosara constantemente, ahora sus llamadas y mensajes eran más perturbadores, en diferentes ocasiones iba al bar, pedía un par de tragos e intentaba acercarse, pero por solicitud a los guardias no le era nada fácil, debo decir que me estaba asustando su comportamiento, parecía obsesionado y tal vez en ocasiones me sentía culpable de verlo así, pero mi amiga Linda que siempre era la voz de la razón me recordaba que se había portado como un patán, después de un año de noviazgo empezó a querer controlar todo lo que hacía, mis salidas, llamadas, mensajes, además sus celos se estaban saliendo de toda proporción, hasta que un día al ver un mensaje de Julian donde me citaba para tomar café, reaccionó salvajemente dándome un golpe en el rostro, el dolor que sentí, no se compara con el miedo y la angustia del momento, así que le terminé, desde aquel día no deja de insistir en que ha cambiado y que jamás volverá a tocarme, sin embargo ese día mato cualquier sentimiento que hubiese llegado a tener por él.

La noche del sábado estarían realizando un evento para celebrar el día de san Valentín en el bar, por lo que el administrador le pidió a todo el personal venir especialmente presentados para estar acorde con el evento, así que decidí esmerarme un poco más en mi aspecto para no desentonar con la ocasión, me puse un vestido ceñido color vino tinto que estaba guardado en mi guardarropa desde hace mucho, me calcé unos tacones de punta que me había regalado mamá para mis cumpleaños asegurando que necesitaba usarlos, recogí mi cabello de medio lado dejándolo suelto y con ondas, al verme al espejo me sentí bastante satisfecha con el resultado, sin embargo fui a preguntarle a Linda porque mi criterio en cuanto a la moda no era muy confiable.

-¡Carajo nena! Estas muy bella, definitivamente hoy si vas a tener sexo. –me dijo entusiasmada mi amiga.

-pues muchas gracias, pero mi interés no es tener sexo, es solo cuestión de trabajo. –respondí tranquila.

-pues deberías vestirte por cuestión de trabajo a menudo, tal vez no serias soltera ahora mismo. –refutó segura.

-no comprendo cuál es tu interés en que tenga novio, pero te informo que eso no me interesa ahora mismo, así que me voy, de lo contrario no solo seré soltera sino además desempleada. –le dije irónicamente mientras salía de casa.

Después de un par de horas estaba lamentando haberme puesto tacones, no soportaba mis pies, el bar estaba a reventar y las mesas no dejaban de llamar, yo solo podía pensar en otra cosa que no fuera hora del cierre, en eso Julian me dio un pedido indicándome que era para la mesa diez, así que lo llevé de inmediato, al dejar la bandeja sobre la mesa sentí como una mano me tomo fuerte por el brazo, el lugar estaba muy oscuro así que me tomo un par de segundos reconocer de quien se trataba.

-¿Mario? Pero qué diablos haces aquí… -dije alarmada.

-quería hablar contigo Amelia, por favor déjame explicarte que… -empezó a decir en tono evidentemente irritado.

-mira, no me interesa lo que quieras, lo nuestro se terminó hace mucho, así que déjame ir o tendré que llamar a seguridad. –le dije amenazante mientras forcejaba para soltarme de su agarre.

-pues de aquí no te vas a ir hasta que me escuches. –gruñó cerca a mi rostro y su aliento embriagador me confirmó que estaba alcoholizado.

-¡que me sueltes! –ordené en un tono más fuerte.

Cuando estaba a punto de gritar de la angustia escuché aquella voz grave y varonil a mis espaldas.

-creo que la señorita te dijo que la soltaras. –dijo Jack en un tono irritado.

-pues no, yo pagué por el servicio, ¿además a usted que le importa? –respondió groseramente Mario.

-espero no tener que volver a repetirle que suelte a la señorita o tendrá serios problemas. –añadió Jack tan elegante como siempre.

-no me haga reír, Amelia es mi novia y no me muevo de aquí sin ella. –gritó apretando aun mas mi brazo.

Jack me miro por un momento intentando obtener mi aprobación, pero yo estaba estática y muerta del miedo, un segundo después en un ágil movimiento hizo que Mario me soltara, propinándole un golpe tan fuerte que hizo que Mario cayera de espaldas sobre la silla, hasta el momento no comprendo lo rápido y certero que fue todo, Jack solo arregló un poco su traje, me tomo suavemente del brazo indicándome que lo siguiera, a lo que accedí de inmediato hasta la oficina de administrador, solo hasta ese momento comencé a asimilar todo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.