cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 8

Un par de horas más tarde, me encontraba viajando hacia algún lugar del que no tenía conocimiento, en un auto que Jack tenía aparcado a unas cuadras de mi apartamento, debo admitir que esto ha sido lo más intenso que he vivido, después de guardar unas mudas de ropa en mi mochila, Jack realizó un reconocimiento de la zona, al parecer con una aplicación que según él, es algo así como un google maps pero que permite ver vías, atajos y calles que nadie sabe que existen, seguidamente y no sin antes salir él primero para asegurar que no existía peligro, me hizo salir por la ventana del baño que daba a un pequeño callejón justo detrás de la casa, estando afuera me tomó fuerte de la mano tirando de ella para que corriera a su paso por entre callejones por los que nunca había pasado, pero pronto me sentí fatigada, ya no lograba dar un paso más, jamás me caractericé por ser buena en los deportes y ahora lamentaba escaparme de las clases de atletismo en el colegio, Jack mostraba condescendencia conmigo pero en sus ojos se veía lo irritado e impotente que se sentía, luego de un par de paradas mas, llegamos a una calle sin salida donde estaba estacionado el auto de Jack, bueno, según lo que dijo porque ese no era el que siempre había llevado al bar y heme aquí, escapando para buscar refugio como una delincuente.

-¿Qué te pasa? –preguntó Jack al notar mi semblante.

-¿debería pasarme algo? No lo sé ¿tal vez sea el hecho de que me persigue una organización de asesinos? ¿Tú qué crees? –refuté sarcástica.

-se que no hay mucho que pueda decirte para aliviar tu angustia, pero por lo menos mantén la mente abierta, además hago esto desde que tengo memoria, escapo, me protejo y al fin de cuentas sobrevivo. –murmuró encogiéndose de hombros. –sin embargo no quiere decir que esto es lo que quiera para ti, mereces mucho más de lo que yo puedo darte. –afirmó tomando mi mano mientras miraba por el retrovisor.

-¿es por eso que me querías alejar? –pregunté tímida.

-¡mierda! –maldijo haciendo que me sobresaltara.

¿Qué sucede? –exclamé angustiada.

-nos están siguiendo… parece que había más vigilancia de la que note. –dijo en un tono más calmado del que hubiese imaginado para una situación así. –bueno Amelia… abrocha tu cinturón porque daremos un largo paseo. –dijo mirándome de reojo y casi puedo jurar que sonreía.

Antes de que pudiera pronunciar palabra aceleró el auto a tope, no logré verificar a qué velocidad íbamos pero sé que una carrera de NASCAR era juego de bebes al lado de este hombre al volante,  yo por mi lado intentaba controlar mi respiración para no hiperventilarme, pero lo que más miedo de producía era que cuando miraba a Jack este se veía relajado y hasta emocionado, sus ojos ardían de adrenalina, íbamos tan rápido que no podía siquiera notar donde estábamos, las calles pasaban una tras otra y a penas me deba cuenta, lo que si era evidente era que no eran calles muy concurridas porque el tráfico era casi nulo, mi corazón latía desbocado cuando veía el reflejo de los autos siendo esquivados por Jack como en un video juego, esto era ridículo, me aterraba cuando un taxista conducía por encima de los limites y ahora estaba montada en auto con la reencarnación de Michael Schumacher eso sin contar que era mucho más sexy él, ¿pero qué dices? Estas a punto de morir baleada por quien te persigue o posiblemente saldrás volando por el parabrisas de este auto y solo piensas en lo sexy que es el hombre ¡estás loca!  Tal vez sí lo estaba no lo sé, pero algo era seguro cando estaba a su lado me sentía más poderosa y protegida que nunca.

-¿Cómo vas cariño? –preguntó Jack dándome una ligera mirada.

-¿es en serio Jack? –no podía creer sus preguntas. -¿quieres que te cuente como ha estado mi día mientras escapamos de nuestros asesinos? –me sentía más que irritada.

-bueno pues al menos no puede ser peor… -aseguró burlándose.

Justo cuando le iba a responder de una manera no muy agradable, un disparo atravesó el espejo retrovisor haciendo que saltaran esquirlas en mi rostro.

-¡carajo! ¡Hijos de puta! –maldijo Jack intentando esquivar los disparos que ahora no paraban de golpear el auto. –Cariño agáchate ¡por favor! -ordenó Jack mientras luchaba por esquivar  las balas.

Me encogí metiendo la cabeza entre mis rodillas, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos pero intenté no gritar para no angustiar más a Jack, me sentía inservible sin poder hacer nada más que esconderme.

-¿Jack? –grité para llamar su atención. -¡Jack maldita sea! –grité nuevamente esta vez obteniendo que me mirara. –Dime que hago… ahora… -ordené segura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.