cómplices "un amor aprueba de balas"

Capitulo 10

Después de un par de horas sin ver a Becca se acercó a mí otro chico con aspecto muy rudo pero su voz era muy gentil, este me informó que Becca esperaba por mí en la jaula y me dio ropa cómoda que según él iba a necesitar, entonces descubrí que la expresión del chico no era de amabilidad, era de lastima, me veía como si me fuese a enterrar, mas tarde comprendería porque.

Me cambie de ropa rápidamente, poniéndome un top cruzado bastante ligero y una licra  ajustada negra, también ordeno recogerme el cabello en una coleta y así lo hice, además me envió unos guantes sin dedos, que jamás había usado pero que eran bastante cómodos, minutos mas tarde el chico regreso para llevarme con Becca.

-ya me cambie, estoy lista. –aseguré abriendo los brazos para que me viera.

-no lo creo nena, jamás lo vas a estar para esto. –respondió levantando ambas cejas.

De pronto mi ánimo se esfumo por completo y empecé a dudar de haber tomado la decisión correcta, pero al pensar en que de esto dependería el resto de mi vida respiré profundo y lo seguí, al otro extremo de la bodega estaba Becca vestida con jeans y blusa holgada, estaba en una especie de rin de boxeo improvisado cercado por rejas iguales a las que ya vi, entonces escondí el pánico y me acerqué a ella segura.

-pensé que la “jaula” era donde estaba durmiendo. –digo para romper el silencio sepulcral que se respiraba en el ambiente, parecía que alguien hubiese muerto o tal vez aun no.

-debes olvidarte de todo lo que sabes hasta el momento princesita. –exclama seria.

-¿podrías dejar de llamarme así? Pensé que ya teníamos confianza. –pedí incomoda.

-pues para mi aun eres solo eso, pero pronto descubriremos si hay algo mas detrás de esa frágil carita de niña buena. –expone irónica.

-está bien como quieras y ¿Por qué no vestiste igual que yo? Supuse que íbamos a entrenar. –digo haciendo una ademan hacia ella y tal vez que dije algún chiste porque todos rompieron en risas a mi alrededor.

-¡hay chica! No es necesario, vas a entrenar tú, yo te aseguro que no sudaré ni una gota. –refuta orgullosa.

Aclaro mi garganta haciendo tiempo para pensar en los motivos por los cuales le pedí a una aparente guerrera ninja disfrazada de mujer que me entrenara ¡vas morir hoy pequeña! Pienso mientras me acerco.

-bueno, empecemos. –dice ella cortante. –primero que todo debes saber que esto no es juego, que aquí no tendré compasión por ti, que para que seas fuerte deberé romperte primero, no aceptare ruegos o lloriqueos de tu parte, no quiero una nenita consentida, quiero una guerrera valiente y mas te vale que haya algo de eso en ti o lo lamentaras. –advierte como leyéndome mis derechos solo que nada de lo que dice incluye algún derecho. –ahora hay simples pasos con los que vamos a empezar y es un entrenamiento en defensa personal.

-eso quiere decir que me enseñaras a defenderme. –digo aliviada.

-no chica, eso quiere decir que te golpearé tan fuerte que no tendrás otra opción que defenderte premeditando mis movimientos, así que debes estar atenta, ver cualquier oportunidad de ataque, no lo dudes si crees que puedes acabar conmigo deberás hacerlo antes de que yo lo haga contigo, en este mundo no sobrevive el más fuerte, lo hace el más audaz, de lo contrario no estaría hoy al mando. –dice mirando desafiante a su alrededor. –aquí nadie me ha regalado nada, he tenido que ganarme el respeto de todos y ¿sabes cómo? –pregunta y yo niego dudosa. –pues demostrando de que estoy hecha, eso no quiere decir que jamás me hayan herido pero me han visto levantarme cuando nadie pensó que lo haría ¿entendiste? –pregunta mirándome fijo y en cuanto asentí con la cabeza escuche algo como… muy bien…

Después de sus palabras advirtiéndome sobre qué era lo que debía tener en cuenta no recuerdo mucho más que el dolor que sentí, basto con un golpe en la cara para hacerme caer definitivamente al suelo, después ordenó que me levantara, pero no lograba hacerlo, sentía que mi cerebro se había salido de su lugar y mi cara ardía demasiado, Becca al ver que no me levantaba se lanzó sobre mí, quedando a hojarcadas dándome golpes en la cara.

-¡maldita sea! Defiéndete, si fuese un asesino no se detendría solo porque lloraras, ¡oblígame hacerlo! –gritaba fuerte y yo solo intentaba cubrirme con las manos lo que fue inútil.

Pensé que ahora si estaba muriendo por que escuchaba la voz de Jack, pero después apareció en mi campo de visión, bueno, con el ojo que aun tenia abierto, luego no sentí mas los golpes de Becca, apenas escuchaba quejidos ahogados, intenté girarme para ver qué pasaba y allí estaba Jack y Becca golpeándose, los ojos de Jack ardían cual antorchas de la ira pero Becca por el contrario parecía disfrutarlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.