cómplices "un amor aprueba de balas"

Capítulo 17

Al siguiente día, el timbre del celular de Jack me despertó, él se levanta sigilosamente para no despertarme y sale de la habitación, entonces la idea de que puede ser algo referido a Mark se instala en mi cabeza haciéndome despertar por completo, me levanto de la cama y salgo en silencio para escuchar sus murmullos en el teléfono.

-¡Pero cómo es posible esta mierda! –Pregunta Jack alterado y guarda silencio mientras le responden. -¡Maldita sea Becca! ¿Por qué hasta ahora nos enteramos? –grita furioso. –está bien, iré en cuanto pueda. –dice al fin antes de colgar dejando escapar un largo suspiro.

-¿Sucede algo? –pregunto llamando su atención y tarda un instante en fijarse en mí.

-Era Becca. –responde, pero estoy segura de que intenta evadir el tema.

-Sí, eso pude notar ¿Pero qué paso? –vuelvo a preguntar.

-No es nada de lo que debas preocuparte, yo lo arreglo, muy seguramente es un error. –empieza a decir pero noto que está nervioso.

-¡Hey! Dime que sucede ya mismo. –ordeno algo enojada.

-Es el alquimista. –dice al fin y siento que su nombre retumba en mis huesos.

-¿Qué hay con él? Está muerto hace más de un año. –digo pero en realidad me lo digo a mí.

-Se supone, pero Becca me informa que tenemos reportes de que se le ha visto reclutando seguidores como lo hacía antes. –dice con voz cansada. –por supuesto revisamos todo el proceso para ver donde pudo estar la falla, pero no hay nada que nos dé mayor información. –murmura para él mismo.

-entonces si está vivo ¿Eso significa que aún me busca? –pregunto asustada.

-Amelia, quisiera decirte que no es así, pero en realidad la charla que tuvimos acerca de ti antes de meterle un tiro no fue muy amena. –dice avergonzado.

-¿A qué te refieres exactamente Jack? –la angustia se instala en mi pecho mientras espero que responda.

-Yo tenía mucha ira, quería hacerle saber a ese maldito que contigo nadie se mete y efectivamente eso hice después de torturarlo y quitarle dos dedos. –acepta tranquilamente como si me estuviese contando su rutina matutina.

-¿Pero cómo es posible que esté vivo? No comprendo. –hablo para mí, pero Jack responde.

-El disparo fue en el pecho, tuve que salir huyendo antes de que sus hombres me encontraran lo que de igual forma paso antes de salir, luego las noticias y la evidencia fotográfica confirmando su muerte llegó, nuestras fuentes son confiables, además de que había sido buscado por el FBI durante mucho tiempo, por lo que su muerte fue noticia. –explica igual de confundido. –supongo que el maldito sobrevivió y encontró la manera de fingir su muerte y así dejar de ser el blanco de todos, en teoría le hice un favor. –suelta una risa molesta mientras aprieta fuerte sus puños.

-Tranquilo amor, no es tu culpa, nada de esto lo es, pero si está vivo ¿Por qué aún no me ha buscado? –doy vueltas por la sala de estar pensando en una razón lógica.

-No lo sé, pero eso lo voy averiguar, prometo que no te va a lastimar. –promete y veo la impotencia reflejada en sus ojos.

-Ahora es diferente Jack, ya no soy un indefenso cordero, ¡Ahora soy un maldito lobo y ese hijo de puta lo saber! –aseguro con total enojo.

-Tienes razón, eso es algo a nuestro favor, él no tiene información acerca de que ahora haces parte de la agencia, por lo que la mejor manera de atraparlo es…

-Poniéndole un anzuelo. –termino la frase.

-Así es amor, si le hacemos creer que estás indefensa se acercará más rápido, entonces lo tendremos. –dice Jack satisfecho. –ahora dúchate mientras preparo el desayuno. –pide sonriente.

-¡Me sorprendes! –digo sonriendo.

-¿Por qué? –pregunta mirándome como si acabara de decir una locura.

-Pues porque eres el único que logra planear la muerte de alguien y después pensar en hacer el desayuno. –digo haciendo un ademan con las manos.

-Cariño, con el tiempo aprendes que no puedes separar tu trabajo de tu vida personal, por lo menos no este, así que si aprendes a combinarlos racionalmente, tendrás algo así como una vida, igual a los demás. –explica y de verdad comprendo de que habla.

-Tienes razón, ahora me voy a bañar. –digo antes de escabullirme en dirección al baño.

-No tardes, debemos ir a la agencia, Coulden quiere vernos. –pide y me recorre un escalofrió.




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