cómplices "un amor aprueba de balas"

Capítulo 18

Unas semanas después y a pesar de que no hemos tenido noticia alguna del Alquimista, las cosas han estado calmadas, hasta hoy que Jack recibió un llamado de Coulden diciéndonos que tenía algo para nosotros.

Una hora después de la llamada ya estamos de nuevo en la agencia, antes de entrar Jack me nalguea y cuando le dedico una mirada de advertencia sonríe con picardía, debo decir que estos días solo nos dedicamos a nosotros, se podría decir que comprobamos la resistencia de todos los muebles del apartamento y teniendo en cuenta que ninguno se rompió a excepción de un florero de la mesa de centro, que sobra decir cómo fue que sucedió, diría que son de buena calidad.

-Buenos días señor. –saludamos al unísono entrando en la oficina de Coulden.

-Quisiera decir que son buenos pero la realidad es que no es así. –refuta él con tono estresado. –el día de ayer enviamos a Melissa a una misión, su objetivo era relativamente fácil, motivo por el cual solo se le encomendó este trabajo a ella, tenía que dar de baja a Nicolás Cortez, este hombre es dueño de una de las redes de trata de blancas que pasan desde México hasta aquí,  obtuvimos información de que estaba resguardándose en una de fábrica de muebles que ha estado abandonada hace años, así que enviamos a Melissa, pero perdimos total comunicación con ella desde el día de ayer. –masculla preocupado.

-¿Y que mas información tenemos? –pregunta Jack evidentemente alarmado.

-Por el momento solo obtuvimos información de que su seguridad, la cual últimamente había sido casi nula, aumentó drásticamente, debido a un altercado que tuvo con uno de sus socios, por lo que Melissa fue descubierta y ahora está en manos de Cortez. –sisea golpeando la mesa con frustración.

-señor, deme toda la información del lugar, iremos en seguida, sí Cortez la tiene seguramente no la matará hasta que obtenga información de quien la envió, así que tendremos tiempo de llegar a ella. –asegura Jack.

-De acuerdo, pero tengan mucho cuidado, ya una vez subestimamos a ese maldito y no puede volver a pasar. –pide Coulden.

Antes de encaminarnos hacia el lugar donde supuestamente podría estar Melissa, pasamos por la bodega de armas, Jack dice que debemos estar preparados para cualquier situación por lo que llevamos todo tipo de armas, desde fusiles, armas pequeñas, granadas y cuchillos, mientras revisa las municiones veo que la preocupación hace meya en él, lejos de provocarme celos, admiro que esté dispuesto a todo por apoyar incondicionalmente a sus compañeros y aunque Melissa no sea de mi agrado, ahora somos compañeras por lo que también haré lo que esté a mi alcance para salvarla.

Poco tiempo después ya estamos escaneando la zona donde se resguardan Cortez y sus hombres, lo extraño es que no se ven más que un par de hombres montando guardia fuera de la fábrica, pensamos que tendría más personas protegiéndolo, pero de igual forma no debemos confiarnos, caminamos sigilosamente entre la maleza para evitar ser descubiertos, acercándonos por la parte trasera del lugar, rodeamos a los guardias que no se percataron de nuestra presencia ya que estaban discutiendo acaloradamente entre ellos, lo que aprovechamos para emboscarlos, Jack fue más efectivo dándole un golpe contundente en la cabeza con su arma a uno de ellos, sin embargo al que yo ataqué tuve primero que golpearlo en la parte baja del estomago para evitar que llamará la atención de otros, al encorvarse le di un fuerte rodillazo en la cara dejándolo inconsciente.

-¡Hey cariño! Si que has mejorado ese golpe. –susurra Jack divertido y quiero golpearlo a él también por hacer bromas en este momento, pero basta con una mirada amenazante para que se ponga serio nuevamente.

Jack dispara en la cerradura de la puerta para abrirla, entonces entramos cubriéndonos la espalda, todo está peligrosamente en silencio y estoy a punto de hacer el comentario cuando un golpe fuerte en la cabeza me derriba al suelo, solo sentí el calor inundándome la nuca, antes de perder el conocimiento.

Las punzadas de dolor en mi cuello hacen que me queje, me remuevo pero unas sogas me detienen, entonces todo vuelve a mi memoria lentamente, abro los ojos y confirmo lo que pensaba, nos descubrieron antes de que pudiéramos encontrar a Melissa.

-¡Pero vean quien ah despertado de su siesta! –Dice un hombre que está parado en frente de mí, la luz es tenue pero logro asimilar que es Cortez, por la descripción que ya tenía de él y el marcado acento mexicano no podría ser otro. –es una lástima que seas tan fierecilla, de lo contrario serías mía, ¡porque estas como se te da la gana güerita! –dice rozándome la mejilla con sus ásperas manos que además apestan a tabaco.

-Si me vuelves a tocar te juro que te cortaré los dedos. –siseo amenazante mientras intento evadir su roce.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.