cómplices "un amor aprueba de balas"

Capítulo 22

Es muy temprano aún no amanece del todo, pero me sorprende lo mucho que he dormido, hace varios días que mis sueños eran esporádicos e inconsistentes, pero estos últimos han sido diferentes, me levanto lentamente, pongo una bata sobre mis hombros y unas pantuflas, salgo de mi habitación silenciosamente al recordar que Jack está dormido en el sofá, llego a la sala y lo veo allí dormido tranquilamente, es evidente que ninguno de los dos la ha pasado bien estos meses, quiero negarlo pero lo cierto es que ambos dormimos tranquilamente sabiendo que el otro está cerca.

Avanzo lentamente en puntillas de pies para evitar despertarlo, anoche estuvimos hasta muy tarde revisando evidencia acerca del alquimista, lo convencí de que lo hiciéramos en mi casa, aunque insistió en que fuéramos a la suya, me negué, quiero estar en mi terreno para mantener la situación bajo control, es increíble el efecto que Jack causa, a pesar de que estoy llena de tanta basura por dentro, el solo hecho de sentirlo cerca hace que se me ericen los vellos del cuerpo entero, no puedo darme el lujo de bajar la guardia frente a él.

-Buenos días. –Saluda perezoso entrando en la cocina.

-¡Carajo Jack! –grito derramando el café recién hecho sobre mi mano.

-¡Amelia! ¿Estás bien? –dice quitándome el pocillo de la mano para verificar la quemadura.

-No te preocupes, es solo que me asustaste, pero estoy bien. –Miento, claro que me arde la mano, pero su roce me pone nerviosa, podría decir que me arde más su contacto que la quemadura misma, así que retiro la mano evadiéndolo—. Creí que seguías durmiendo, ¿Quieres café? –Ofrezco.

-Claro, pero esta vez yo lo sirvo, no quiero que te quemes de nuevo. –Bromea y asiento con la cabeza.

Después del café, Jack se ofreció a preparar el desayuno, no quise entrar en un debate interminable así que acepté, preparó algo delicioso como siempre, jugo de naranja, panqueques con miel de maple, huevos y tocino.

-Estas decidido a ponerme como un globo ¿Verdad? –pregunto al ver la montaña de comida frente a mí.

-Solo quiero que estés sana y esta basura de cereal que has comido no cuenta como desayuno. –Me recalca señalándome la caja de cereales, que es lo único que como aparte de lo que me trae Linda.

Quiero agradecerle por ayudarme, pero no sé cómo hacer eso después de comportarme como una ¡Perra! Respiro profundo antes de abrir la boca para decirlo.

-¿Jack? quiero… yo quiero… -empiezo a decir pero no logro terminar la frase, no por vergüenza, esta vez algo más me sucedía, la cabeza me daba vueltas, el frio recorría mis extremidades y mi visión era borrosa.

-¿Te sucede algo Amelia? –Pregunta en tono preocupado al notar mi expresión, niego con la cabeza para no alarmarlo, pero antes de que pueda abrir la boca, su imagen frente a mí se nublo por completo, a penas logré escuchar mi nombre salir de su boca antes de perder la conciencia.

Parpadeo un par de veces antes de abrir del todo los ojos, miro a mí alrededor, estoy en la habitación de mamá, intento mover mi mano pero algo me sujeta, dirijo la mirada a ella y veo que Jack tiene su mano entrelazada con la mía.

-Qué bueno que despiertas, me diste un susto tremendo. –confiesa llevándose mi mano a su boca para depositar un tierno beso.

-¿Qué paso? –pregunto frunciendo el seño.

-Estábamos desayunando, cuando te desvaneciste. –dice asustado—. Debemos ir al médico. –Advierte.

-No es necesario, recuerda que soy propensa a desmayarme. –Bromeo—. Además no he comido bien, eso sin contar con los niveles de estrés que he manejado es lógico que tenga bajonazos. –Intento ser lo más persuasiva posible.

-Tal vez tengas razón, pero de todas formas quisiera que te revisara un medico, para descartar. –Objeta todavía preocupado.

-Olvídalo ya, ahora mejor vamos a continuar con la investigación, es lo más importante. –exclamo evadiendo de tajo el tema.

El resto del día no me sentí mejor, cada vez que me levantaba del sillón los mareos regresaban a mí, sin embargo fingía que todo marchaba a la perfección, Jack me vigilaba como perrito guardián todo el tiempo, por otro lado estábamos cubiertos de papeles por todas partes pero no había nada que nos diera indicios concisos acerca de nuestro objetivo, esto cada vez estaba siendo más tedioso y desesperante. Estaba leyendo un informe donde declaraban haberlo visto, cuando el teléfono de Jack vibró sobre la mesa, lo que me extraño mucho, nunca lo mantiene en vibrador, mis ojos viajaron directo a él cuando note que era un número desconocido, podría ser él, no dije nada, solo esperé a que respondiera, Jack tomó su teléfono y salió de la casa para hablar a fuera, lo que me extrañó aún más, algo estaba pasando estaba casi segura, él solía ser un libro abierto, por lo que ese comportamiento no era normal.




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