Comprando un esposo

CAPITULO 11: VIVE HOY COMO SI FUERA EL ULTIMO DE TUS DÍAS...

 

Al salir Claudia de la sala de reuniones, Keren la esperaba en la puerta, le tomó de la mano y la condujo a su despacho, cuando entraron, cerrando la puerta tras de sí, no dijeron nada solo se besaron, así como siempre que le pedía perdón, un largo beso e intenso, como intentando borrar con sus labios todo lo que sus palabras dañaron, queriendo reparar sus corazones rotos, ese era el hombre que ella amaba, de sus ojos brotaron lágrimas que se confundieron con las de Keren, Claudia sabía que él amaba, no necesitaba decir nada.

Minutos más tarde Claudia recibió un mensaje: recuerde la factura por favor.

- Cariño transfiere este dinero a esta cuenta, el Ing. López prestó el dinero para los repuestos de la tubería. –acomodándose el bolso y revisando el celular se despidió - me voy.

- ¿Te vas ya? ¿no me esperas?

- Voy pagar un par de cervezas que debo.

- ¿Esta mañana te acompañaron a tomar el taxi? - preguntaba queriendo que la respuesta fuera un no.

- No tome un taxi, el ing Alfonzo me llevo a casa. – le dio un beso y se fue dejando a Keren estupefacto ante su rápida partida.

Hacía mucho tiempo que Keren no tenía estas sensaciones, tomó el café que Margarita le ofreció, pero estaba inquieto, demasiado inquieto para quedarse en la oficina.

Claudia y el ing. Alfonso estaban sentados en la acera cerca del bodegón, tenían una conversación amena cuando Keren se acercó, traía en la mano tres cervezas.

- ¿Puedo acompañarlos?

- Claro jefe, - contestaba Alfonzo.

- Siéntate cariño- invitaba Claudia señalándole la acera a su lado.

- Gracias Alfonzo por acompañar a mi esposa a casa, Claudia te debo una disculpa, había notado la tensión con Margarita, pero no sabía que esto estaba llegando a tanto y con todas, cuando te pregunté si pasaba algo, me dijiste que no y baje la guardia, lo siento estaré más pendiente a estos detalles. - dándole un beso en la frente.

Compartieron un rato más con temas triviales, Keren le invitó a la fiesta, Alfonzo le dijo que no se la perdería.

Un poco más tarde Pasaron por la casa de los padres de Keren saludando, la Sra. Ubalda no los dejó ir sin que comieran algo.

Ya estaban acostados, Keren quería tocar el tema de la fotografía de Camil, Claudia le puso su dedo en los labios de Keren diciéndole:

- Amor déjala fuera de nuestra cama y de nuestra casa ahora puedes hacer cosas más interesantes como besarme, besarme y besarme.

Era el día de la fiesta, en uno de los salones del club, La Sra. Ubalda y Virginia estaban dando órdenes al personal, revisando que todo estuviera en su lugar, asegurándose de los últimos detalles.

Claudia y Keren tenían prohibido acercarse al club, así que podían dormir hasta tarde, la estilista y la maquilladora irían a la casa de Claudia en la tarde, el Sr. Benedetti enviaría al chófer con un auto clásico a recogerlos.

- El peinado y el maquillaje están muy bien, las felicito - le decía Keren a la Estilista.

- vamos a ayudar a vestir a la novia. – decía la estilista que estaba muy presta.

- No gracias, está bien, yo la ayudare dijo Keren- pueden retirarse.

- Que pena, como las despediste? - decía Claudia cuando las señoras se habían ido.

- Es verdad te ayudare a vestir, ¿qué no me crees? aún hay tiempo, ¡para que te van a vestir si yo te voy a desvestir!, mejor te quedas así y después te visto- decía mientras se sacaba la franela.

El auto se estaciono en la entrada al Salón Junior del club, - llegaron los novios ¡decía un niño que corría al salón a dar la noticia, mientras Keren ayudaba a Claudia a bajar del auto, acomodándole el vestido revisaba que estuviera perfecta, Claudia le estiro un poco las solapas del smoking le dio beso, estaban felices.

Sonaba un vals, Claudia caminaba del brazo de Keren hacia el salón, al entrar se apagaron las luces y se detuvieron, un reflector guiaba a la pareja por el salón mientras los presentes aplaudían, de repente el salón quedó iluminado y se vieron frente a un altar con un sacerdote que les esperaba. Realmente estaban sorprendidos se suponía que era una fiesta no un nuevo matrimonio, la pareja reía, Virginia y Ubalda se acercaron a besar la pareja.

- ¿Sorprendidos? Preguntaba Virginia.

- Realmente nunca nos imaginamos esto, no era lo planificado, gracias, juntas ustedes son peligrosas – decía Keren

- Claudia, no llores hija se correrá el maquillaje, - decía Ubalda mientras secaba las lágrimas con su pañuelo.

- Vamos a dar inicio a la ceremonia – decía un asistente el sacerdote.

- No te preocupes, Dios sabe que estoy haciendo lo posible por consolidar nuestros negocios y cumplir mis promesas- le decía Keren al oído a Claudia.

- Igual yo, hago lo posible para no dificultarte el camino, por eso me entrego a ti sin reservas, así no te sacrificas solo- le contestaba Claudia al oído a Keren.

La ceremonia fue corta, el padre de Claudia hizo entrega de los anillos al sacerdote, minutos después Keren besaba a la novia.




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