Querido Tao:
No quería escribir esta carta, porque no quiero recordar el final... Es extraño porque te he estado escribiendo estas cartas desde que sentí la primera chispa por ti y luego, un año después, decidí continuar con ello.
Te he escrito una cada día sin falta durante casi una semana, pero cuando he llegado a esta parte me he negado a recordar, me he impedido a mí misma escribir sobre esto por tres días seguidos, intentando no revivir aquel episodio oscuro en el que yo misma nos empuje y que nos causó tanto dolor. Sin embargo, no he parado de recordar y pensar en ello durante las tres largas noches, reflexionando acerca de todo hasta que al final he decido hacerlo, porque me debo a mi misma el cierre tanto como te lo debo a ti.
El día que rompimos, bueno... el día que decidimos dar por terminado aquello que habíamos... diablos, es difícil describirlo porque no teníamos una relación, al menos no la típica; no éramos novios, pero había algo, teníamos un no sé qué, una especie de compromiso, de conexión, exclusividad, y ese vínculo ubicado entre las figuras de amigo y novios en el que estuvimos por alrededor de tres meses había significado algo importante para los dos. Así que cuando decidimos detener el tren e ir cada quien por su lado, se sintió como una ruptura y pese a lo que pudiste llegar a creer, me dolió como el infierno.
No recuerdo que día de la semana fue, ni el momento del día en el que sucedió, porque es un recuerdo que he estado bloqueando en mi cabeza por mucho tiempo. Solo puedo verme en la habitación de mi cuarto, escribiéndote aquellas palabras, enviándote todos esos mensajes que nos separaron.
Recuerdo que me habías invitado a pasar la tarde en un parque, tu plan era tener un picnic similar al que tuvieron los personajes de mi libro favorito, Hazel y Gus, pero por alguna razón me imagine algo totalmente diferente y decidí decirte que no, te dije que los parques eran aburridos y clichés, que yo no era una chica de esos planes, que mejor hiciéramos algo más original. Lo más estúpido que he dicho, tanto así que aquel día te había escrito para decirte que había cambiado de opinión sobre la idea del parque.
Sin embargo, lo que tengo de recuerdo, es esta imagen de mí un poco molesta, después de haber mantenido una larga reflexión diciéndote:
─ Creo que esto no está funcionando... Nos prometimos intentarlo, te prometí hacerlo y tú prometiste ser paciente, pero nuestras palabras han ido más allá de nuestras acciones. Siento que logrado desarrollar un cariño muy especial hacia ti y que probablemente siempre lo tendré, pero me sigo encontrando perdida a la hora de interpretar mis sentimientos hacia ti. Y está este abismo de diferencias que han empezado a separarnos, como nuestras distintas maneras de pensar, de ser, de expresarnos, las metas que tenemos a futuro; tú quieres formar una familia y yo no me veo casada ni con hijos, me veo viajando y explorando el mundo, nuestras maneras tan distintas de concebir el mundo y las personas que nos rodean nos apartan el uno del otro. Y encima está la crianza que tuvimos y que nos ayudó a ser parte de lo que somos, y todo ese mundo de miedos e inseguridades que llevamos dentro y que no nos permiten acercarnos o entendernos como quisiéramos. Como te lo dije en aquella carta, estoy tan llena de miedos e inseguridades que lo más seguro es que te lastime al dejarte estar a mi lado. No sé cómo ser romántica, no sé cómo soltarme... Te lo advertí y no me hiciste caso, soy una mujer extremadamente difícil de amar, como una fuente agua secreta protegida con un complejo campo minado, así es como me veo a mi misma y no quiero lastimarte más de lo que probablemente lo estoy haciendo ahora.
Tú me has demostrado tanto y yo no he podido devolver lo mismo y no te mereces eso, te mereces más, te mereces a una persona que te amé con la misma intensidad con la que tú lo haces y no a medias y de una forma tan torpe como la hago yo. Tenías razón cuando me dijiste que no me podías esperar toda la vida, así que ahora quiero dejarte ir, aunque me duela, pero sé que es lo mejor, porque mientras yo descubro si te amo o no tú pierdes oportunidades y tiempo, y ninguna de las dos cosas son recuperables en esta vida.
Además, necesito un hombre a mi lado que sea seguro de sí mismo, uno al que yo le despierte confianza absoluta con mi cariño y lastimosamente no logré eso en ti, y es que mi inseguridad es lo suficientemente grande como para intentar manejar la tuya, lo siento.
Lamento que este dejando todo ahora, lamento dejarlo todo de este modo, lamento que las cosas no hayan pasado como pensamos y darme por vencida antes de si quiera empezar formalmente, pero sobretodo lamento no amarte como tú me amas a mí.
Envié todos los mensajes uno detrás del otro sin detenerme a esperar o leer tus respuesta, necesitaba decirlo todo de una vez porque había decido apartarte de mi vida en ese momento y una parte de mí no quería dejarte ir, una parte que quemaba en mi interior conociendo el peso de la decisión que estaba tomando, negándose a aceptarla y aferrándose a tu cariño.
─ Hayley... Por favor, no abandones esto tan bonito que hemos construido hasta ahora, no acabes esto antes de empezarlo. Sabes que te quiero y que eres la chica con la que siempre he soñado, haría cualquier cosa por ti y no puedo solo dejar de quererte. Sé que fui un tonto y me desesperé por favor discúlpame, me llené de inseguridades, pero puedo trabajar en eso, amos podemos. Déjame seguir conquistándote.